Una profusión de flores con tonos variados de rosa y borgoña profundo, emergiendo de una base de follaje verde de formas e intensidades múltipes.
Cada detalle en la corona de flores sobre el ataúd de la reina Isabel II durante el histórico funeral de este lunes cuenta una historia.
Las coloridas flores y plantas, extraídas de los jardines de diferentes propiedades reales, fueron elegidas por su simbolismo.
A pedido del rey Carlos III, la corona para el funeral de la monarca contenía flores y follaje cortados de los jardines del Palacio de Buckingham y Clarence House en Londres, y Highgrove House en el condado de Gloucestershire.
En el follaje se destacaban tres plantas asociadas con tradiciones ancestrales.
· Romero para el recuerdo: esta hierba ha sido asociada durante mucho tiempo con conmemorar y jamás dejar caer en el olvido
· Mirto, el antiguo símbolo de un matrimonio feliz, cortado de una planta cultivada a partir de una ramita de mirto en el ramo de bodas de la reina Isabel II en 1947
· Roble inglés, símbolo nacional de fuerza, en una alusión a la constancia y la dedicación inquebrantable de la reina. El roble también simboliza la fuerza del amor.
Entre las flores había una tarjeta escrita a mano por el rey Carlos III que decía: "En memoria amorosa y devota, Carlos R".
La firma del rey se debe a su nuevo puesto como soberano. La "R" después de su nombre significa "Rex", "rey" en latín. Durante su reinado histórico, la reina Isabel firmaba comunicaciones oficiales como "Isabel R", o "Regina", reina en latín.
Las flores de la corona fúnebre de la reina incluían pelargonios perfumados, rosas, hortensias otoñales, sedum, dalias y scabiosa, todo en tonos dorados, rosados y borgoña, con toques de blanco, para reflejar los colores del estandarte real británico, la bandera que cubrió el féretro.
Tradicionalmente las coronas funerarias reales han sido sombrías, en tonos blancos y verdes, señaló Gemma Kavanagh de la floristería londinense Moyses Stevens.
Sin embargo, los colores de las flores también pueden ser elegidos para reflejar una bandera, como sucedió en esta ocasión.
El rey Carlos III es bien conocido por su compromiso con el medio ambiente y, a pedido suyo, la corona se hizo de manera sostenible, sin el uso de espuma floral, que fue reemplazada por un lecho de musgo y ramas de robles.
El romero ha sido durante mucho tiempo un símbolo de recuerdo porque los antiguos herbolarios consideraban esta hierba buena para la memoria, afirmó Fiona Stafford, autora del libro "La breve vida de las flores", "The brief life of flowers".
"El romero también se asocia con el amor y la lealtad, y se usaba en ramos de boda o en coronas funerarias. También se esparcía sobre los muertos. Así que es muy, muy apropiado que esta planta sea parte del ramo", agregó Stafford.
El romero también estuvo presente cuando el rey Carlos III dio su primer discurso televisivo a la nación.
El monarca estaba flanqueado por un retrato de su madre a un lado y un pequeño jarrón de plata con alverjillas y ramitas de romero por el otro.
A la reina le encantaban las flores de su jardín. Todos los lunes, los jardineros del Palacio de Buckingham enviaban un ramo de flores frescas para su escritorio cuando ella estaba en la residencia.
El jardinero Alan Titchmarsh recordó en un artículo anterior que la reina "amaba las prímulas, los lirios del valle y otras flores modestas mucho más que las exóticas; algo que dice mucho sobre su personalidad".
Coronas blancas
A diferencia del colorido arreglo floral durante el funeral, otras coronas funerarias blancas más tradicionales se colocaron sobre el ataúd de la reina Isabel II en su viaje final desde el castillo escocés de Balmoral, vía Edimburgo, hasta Westminster Hall en Londres.
Pero todas las coronas incluían flores cortadas de los jardines reales.
Cuando el ataúd de la reina salió del castillo de Balmoral iba acompañado de una corona hecha de dalias, alverjillas, phlox, brezos blancos y follaje de abetos, todos recogidos por su personal en el castillo de Balmoral.
Las alverjillas recordaron la elección de flores de la reina para la corona que acompañó los restos de su esposo, el Príncipe Felipe de Edimburgo, en 2021.
Cuando los restos de la reina estuvieron en la capilla ardiente en Westminster Hall, la corona de flores incluyó pino de los jardines de Balmoral, así como pittosporum, lavanda y romero de los jardines del Castillo de Windsor.
La Reina será enterrada junto a su difunto esposo, el príncipe Felipe, en la Capilla Conmemorativa del rey Jorge VI, en Windsor. Las flores en la Capilla de San Jorge incluirán:
· Lirios de Pascua o azucenas de trompeta (Lilium longiflorum), bouvardias "Blanco Real", dalias, eustomas y rosas.
· En el follaje habrá hojas de eucalipto populus y ruscus, entre otras.