El Círculo de Economía, el más influyente grupo de presión empresarial en Cataluña, mostró este miércoles su "máxima preocupación" ante la posibilidad de que las autoridades catalanas declaren su independencia de España de forma unilateral tras el referéndum del 1 de octubre.

En una carta, la organización dijo que una proclamación de ese tipo "sumiría al país en una situación extraordinariamente compleja y de consecuencias desconocidas pero, en cualquier caso, muy graves".

Los empresarios señalaron que este escenario "no solo perjudicaría a todas las opciones políticas, sino que, lo más preocupante, sometería a la ciudadanía catalana, sea cual sea su sensibilidad política, a una tensión de difícil control".

Desde su punto de vista, la decisión afectaría la recuperación económica y el empleo. También plantearon que la mejor alternativa sería una vía dialogada.

La institución, liderada por Juan José Brugera, está integrada por las grandes corporaciones e instituciones financieras catalanas, además de académicos y economistas. Entre ellos están Jordi Gual (CaixaBank), Jaume Guardiola (Banc Sabadell), Marc Puig (Puig), Amancio López (Hotusa), Jordi Mercader (Miquel y Costas), Ramón Asensio (Roca), Joan Roca (Roca Junyent) y Joan Faus (Meridia Capital).

"Nos vamos a Madrid"

El presidente catalán, Carles Puigdemont, dejó en manos del Parlamento de Cataluña los próximos pasos a seguir en la senda secesionista, incluido el formato y tiempo de una eventual declaración unilateral de independencia.

Aunque no es oficial, se cree que el anuncio podría ser hecho el lunes, día en que el Parlamento celebrará un pleno "excepcional".

Además Puigdemont, en una entrevista con BBC, aseguró que la declaración de independencia se produciría "en cuestión de días" y en declaraciones al periódico alemán Bild le dijo: "Ya me siento el presidente de un país libre".

La consulta ha sido declarada ilegalpor el gobierno central y el Tribunal Constitucional de España.

Ante este escenario las organizaciones empresariales han comenzado a reaccionar más allá de las declaraciones. Por ejemplo, la empresa biotecnológica Oryzon Genomicsanunció que deja Cataluña y traslada su domicilio a Madrid.

El mismo había dicho la compañía Naturhouse justificando razones "operativas", pero su presidente, Félix Revuelta, ha criticado duramente los planes soberanistas del gobierno catalán.

Hace unos días el consejero delegado del Banco Sabadell, Jaume Guardiola, sostuvo que las empresas preparan "planes de contingencia" ante una eventual declaración de independencia.

¿Pero qué planes de contingencia? Versiones de la prensa local sostienen que incluyen el traslado del domicilio social de las grandes empresas desde Barcelona a Madrid, aunque esto no han sido confirmado por la empresa.

Y el presidente de la Cámara de Comercio de EE.UU. en España, Jaime Malet, dijo que entre exponerse a una doble legalidad y a ser multados, las corporaciones optarán por cambiar su domicilio.

Divisiones en el mundo empresarial

Hay dos farmacéuticas, Almirall y Grifols, que representan la cara y la cruz de las grandes empresas catalanas ante la disyuntiva separatista. Sus presidentes han tomado partido en sentidos opuestos, reflejando las divisiones políticas que existen en el sector empresarial.

Para muchos empresarios es complejo pronunciarse a favor o en contra del proyecto separatista porque podría afectar sus intereses al momento de negociar reglamentos o la renovación de una concesión en sectores fundamentales como el de la sanidad o las infraestructuras.

Entre los que se han pronunciado abiertamente a favor de la independencia está el holding Agrolimen, propietario del grupo alimentario Gallina Blanca. También lo ha hecho la empresa de mensajería Unipost.

Una posición contraria han expresado consistentemente las dos grandes entidades financieras con sede en Cataluña, CaixaBank y Banco Sabadell, alertando sobre las consecuencias negativas de la independencia.

Y el presidente de Foment, la principal asociación empresarial de Cataluña, Joaquim Gay de Montellà, manifestó su rechazo al referéndum porque "es ilegal", pero al mismo tiempo, hizo un llamado al diálogo proponiendo una fórmula.

Su propuesta, que a estas alturas podría ser poco viable dada la evolución de los acontecimientos, consiste en que se elabore un nuevo Estatuto que sería votado en referéndum -esta vez legal, remarca- en 2019.

Ese estatuto debería recoger cuatro grandes concesiones del Estado: reconocimiento de identidad, pacto fiscal, más inversiones del Estado y vía libre a que Cataluña tenga representación propia en organismos internacionales y competencias deportivas.

"Los clientes no tienen nada que temer"

En medio de este clima polarizado, el ministro de Economía de España, Luis de Guindos, aseguró que los clientes de los bancos catalanes y las empresas catalanas no deben tener miedo.

"Los bancos catalanes son bancos españoles y europeos, son entidades sólidas y los clientes no tienen nada que temer".

Las palabras del ministro se producen pocas horas después de que la biotecnológica Oryzon anunciara que traslada su sede a Madrid desde Barcelona.

En días previos De Guindos advirtió que las ventas fuera de Cataluña representan el 75% del Producto Interior Bruto (PIB) de la región. Estas ventas, explicó, quedarían sujetas en la Unión Europea a unos aranceles que en el sector del automóvil, por ejemplo, se situarían en 10% y en la industria textil alcanzarían 15%.

La bolsa de Madrid cayó 2,85% este martes, su peor sesión desde el Brexit -el referéndum con el que el 23 de junio de 2016 Reino Unido decidió salir de la Unión Europea- ante la incertidumbre de los inversionistas por la posible declaración independentista de Cataluña.

Banco Sabadell, Inmobiliaria Colonial y CaixaBank lideraron las caídas con pérdidas de 5,69 %, 5,51 % y 4,96 % respectivamente.

También bajaron Santander, BBVA, Iberdrola, Telefónica, Repsol e Inditex.

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