"Todos con el carnet de la patria en la mano", gritaba la mañana de este domingo un hombre vestido con el color rojo oficialista a una fila de personas que esperaban bajo un intenso sol.

La escena en el barrio popular de Petare, en el este de Caracas, se repetía en buena parte de Venezuela durante la jornada electoral de este domingo.

Y fue uno de los motivos para que el candidato Henri Falcón desconociera las elecciones en las que Nicolás Maduro fue reelegido como presidente.

Falcón argumentó que esos quioscos de toldo rojo donde voluntarios tomaban el nombre y escaneaban el llamado carné de la patria suponen una "compra de votos".

¿Por qué? ¿Qué es ese carnet?

En enero de 2017 el presidente Maduro anunció la creación del carnet de la patria, que con un código QR identifica a los ciudadanos que reciben algún tipo de ayuda social del gobierno.

A través de él se han entregado también en los últimos meses bonos de ayudas económicas directas.

El domingo 13 de mayo, Día de la Madre, varias mujeres en la Plaza Bolívar, en el centro de Caracas, hacían fila para que un funcionario con un celular escaneara el carnet.

El premio para las madres era de 1,5 millones de bolívares, una ayuda de menos de US$2 al cambio en el mercado paralelo que da para poco pero que alivia algo en la Venezuela de la hiperinflación.

Durante la campaña, Maduro prometió a través del carnet entregar a los votantes un premio cuya cantidad no reveló, pero que este domingo se supo que en algunos casos llegaba a los diez millones de bolívares.

"El premio de la patria", lo llamaba Maduro. "El carnet te protege a ti y tú proteges a la patria votando", pedía sin reclamar el voto para sí de forma directa.

"Para todos es conocido que ese planteamiento del primer mandatario sin duda violentó el proceso", denunció Falcón el domingo.

Tradición

En Venezuela, durante los procesos electorales, sobre todo por parte del chavismo, ha sido habitual la entrega de regalos y de incentivos, lo que se ha denunciado siempre como ventajismo de parte oficialista.

Falcón calificó este domingo el carnet y su registro en los llamados puntos rojos como una forma de "control político y social". En días anteriores había reclamado al Consejo Nacional Electoral (CNE) por considerar que se estaba violando por ello el acuerdo de garantías suscrito entre los candidatos.

Es también uno de los reclamos de la oposición tradicional, que llamó a no participar el domingo por considerar que el proceso no es justo.

"El presidente de la República sugería la compra de votos, de conciencia, jugar con el hambre de los más pobres", acusó Falcón.

El candidato aseguró que hubo más de 12.711 puntos rojos en las inmediaciones de cada centro electoral.

"En el centro donde yo voté estaba a 12 metros, frente al centro", dijo el exgobernador del estado Lara, que también denunció el "voto asistido" y habló de 142.000 denuncias documentadas.

"Desconocemos este proceso electoral categóricamente (?) No reconocemos este proceso electoral como válido, cierto, realizado. Para nosotros no hubo elecciones, hay que hacer nuevas elecciones en Venezuela", aseguró.

Los puntos, habituales para registrar a votantes de cada bando, no son nuevos. Pero siempre han sido más masivos los puntos rojos, parte de la aceitada maquinaria de movilización electoral del chavismo.

"Han existido durante 20 años, son pequeños quioscos para mover el voto partidario. Han existido toda la vida", dijo Maduro en el discurso el domingo tras ser declarado como vencedor con una amplia diferencia de 47 puntos porcentuales sobre Falcón.

"¿Por qué pretenden criminalizar a la gente humilde que participa en las maquinarias de movilización?", expresó el presidente reelegido.

Maduro aseguró que precisamente quiere ampliar el carnet de la patria, del que ya disponen más de 16 millones de personas y que la oposición "ha querido demonizar", según el presidente.

Esa cifra es muy superior a los 5,8 millones de votos que logró este domingo Maduro.

Por lo tanto, hay muchos que no son chavistas pero que aún así tienen el carnet para poder recibir las ayudas directas.

En un acto de campaña la pasada semana en Charallave, a una hora de Caracas, hablé con Dinalia Ávila, una mujer de 30 años sin trabajo y con dos hijas, una de ellas con epilepsia.

Su único ingreso son los bonos. ¿Y qué pasaría con eso si ganara la oposición?, le pregunté. "Que no llegarían", respondió dando uno de los varios motivos que tenía para votar por Maduro.

Luego, durante el acto de campaña, Maduro gritó: "¿Quién tiene el carnet de la patria?".

Y miles de personas agitaron jubilosas el documento de plástico.

Es "dando y dando", dijo Maduro, repitiendo la consigna tradicional que significa regalar algo a cambio de un voto. Es lo que Hugo Chávez verbalizaba como "amor con amor se paga".

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