El balotaje que definiría al próximo presidente de Uruguay parecía cerrado.

El viernes pasado, el último día en que las encuestadoras tenían permitido publicar resultados por ley, todas daban como ganador a Luis Lacalle Pou, líder del Partido Nacional y la coalición opositora de centroderecha.

La diferencia con el candidato oficialista, Daniel Martínez, perteneciente al izquierdista Frente Amplio, era de entre el 5 y 8% según las distintas empresas.

Sin embargo, cuando el domingo a las 20:30 horas locales se levantó la veda y los medios publicaron las proyecciones de voto comenzó la confusión: unos daban a Lacalle como ganador y otros, a Martínez, aunque eran los menos.

El margen era tan estrecho que ni unos ni otros se atrevían a festejar y se empezó a hablar de un histórico "empate técnico".

En una elección donde se precisaba una mayoría simple para hacerse de la presidencia en el periodo 2020-2025, la inédita situación hacía que, de repente, ya nada fuese simple.

La Corte Electoral uruguaya terminó informando que no anunciaría el ganador en la noche del domingo, tal como estaba previsto, debido a que el margen entre ambos candidatos era tan estrecho que la definición dependía de los llamados votos "observados".

¿Qué son estos votos y cómo se llegó a esta situación tan reñida que nadie supo prever?

Los números

Lo primero que hay que saber es que en Uruguay el voto es obligatorio y que no está permitido el sufragio desde el exterior.

En este contexto, los votos "observados" pertenecen a personas que, por una razón justificada, emiten su sufragio en un lugar diferente al circuito que les corresponde.

Ejemplo de ello son las personas que trabajan en las mesas electorales y quienes custodian dichos circuitos.

Hechas las aclaraciones, comienzan los cálculos matemáticos.

Con el 100% de los resultados del escrutinio primario, la Corte Electoral informó que Lacalle Pou obtuvo 1.168.019 votos (48,7%) y Martínez 1.139.353 (47,5%).

Es decir que hubo una diferencia de apenas 28.666 (1,2%) sufragios entre ellos. Sin embargo, los denominados votos "observados" ascienden a 35.229 (1,3%).

En otras palabras, técnicamente, estas últimas boletas podrían cambiar el resultado del escrutinio primario.

De acuerdo con analistas uruguayos, 91% de los "observados" tendrían que ser a favor de Martínez para revertir lo que muchos catalogan de inevitable: la victoria de Lacalle Pou y el fin de 15 años de gobiernos de izquierda en Uruguay.

Fue por ello que el presidente, Tabaré Vázquez, llamó a Lacalle Pou para felicitarlo y que éste último se declaró virtual ganador a pesar de que Martínez dijo que esperaría el resultado definitivo.

Para ello aún faltan varios días. Tras tomarse el lunes de descanso, la Corte Electoral verificará cuántos de esos votos "observados" son hábiles y a cuál de los dos candidatos se suman.

Se espera que el organismo declare un ganador recién el jueves o viernes de esta semana.

Mientras tanto, el país permanece en vilo, con una extraña sensación de incomodidad en el contexto de estallidos sociales y protestas contra la política y modelos económicos que vive Sudamérica.

El voto del exterior

"En Uruguay sería impensable un fraude electoral", dijo la semana pasada el politólogo e historiador uruguayo a BBC Mundo.

"Las garantías electorales hacen que el conjunto de los ciudadanos no tenga dudas de que su pronunciamiento va a ser plenamente respetado sin importar quién gane o quien esté en el gobierno", agregó.

Es decir que, si bien la situación del domingo tomó a los uruguayos por sorpresa, los resultados en sí no están siendo disputados.

Dicho esto, ¿cómo se llegó a la actual situación de márgenes tan ajustados?

"Hasta el miércoles decíamos que (la intención de voto) estuvo todo el mes estable, pero con una diferencia como la que había, unos poquitos puntos podían mover el tablero", dijo este lunes el director de Opinión Pública de la encuestadora uruguaya Equipos, Ignacio Zuasnabar, a el diario local El Observador.

Si bien aclaró que "es muy difícil atribuir causalidad", dijo que "hay 1 punto o 1 punto y algo de gente que vino a votar desde el exterior. Eso pudo haber ayudado a achicar la diferencia".

Históricamente, los uruguayos que viajan al país para votar, principalmente desde Argentina, son del Frente Amplio.

Pero los analistas señalan otro posible factor.

El "factor Manini Ríos"

El viernes, a poco de que comenzara la veda, el líder de uno de los cinco partidos que integran la coalición opositora liderada por Lacalle Pou publicó un video que se convirtió en el gran tema de conversación del fin de semana electoral.

El video en cuestión fue publicado por el general retirado Guido Manini Ríos, líder del partido de derecha Cabildo Abierto, que en solo ocho meses desde su fundación ha estado envuelto en numerosas polémicas.

En su mensaje dirigido a "los soldados de todas las jerarquías", Manini Ríos enumera los motivos por los cuales no votar al Frente Amplio, partido que se ha "burlado" de quienes "visten el uniforme de nuestra patria", dice.

Sus palabras de apelación a los integrantes de las Fuerzas Armas y en contra de la izquierda despertó los fantasmas del último gobierno de facto (1973-1985).

En un artículo de El Observador sobre el "factor Manini Ríos", la directora de la encuestadora uruguaya Cifra, Mariana Pomiés, aseguró que "no solo puede haber influido el mensaje" del video, sino también "el silencio de los líderes" de la coalición opositora.

"Eso puede ayudar al miedo", afirmó.

Para Pomiés, "la veda pedía el silencio, pero hay cosas en las que hay que ser oportunos y también prever".

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