Reino Unido comenzaba 2015 con muy buen pie.
Su economía era "la excepción europea" y crecía un 2,8% anual, la reciente derrota de los independentistas escoceses en un referendo aseguraba la cohesión y la estabilidad del país y los tories, los conservadores británicos, estaban cómodamente al mando del país.
Nadie se imaginaba que, tan solo un año después, la quinta economía mundial comenzaría una nueva etapa de incertidumbre que pondría al descubierto un lado poco conocido del pueblo británico.
El conservador David Cameron, el primer ministro más joven de la historia de su país, cumplió en 2016 su promesa electoral de organizar un referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea (UE).
La votación tuvo lugar el 23 de junio de 2016. El resultado, favorable a la salida de la UE (que desde entonces se conoce como Brexit) transformó la dinámica política nacional y, tres años después el desasosiego persiste, en lo que fue una de las democracias más estables del planeta.
A pesar de que muchos expertos culpan al Brexit del embrollo político en el que se encuentra sumergido Reino Unido, -el Parlamento británico no ha aprobado ninguno de los acuerdos negociados por los conservadores para consumar el divorcio con Europa- otros opinan que el fondo del asunto es mucho más complejo.
"El Brexit ha sido una consecuencia, no la fuente del problema", dice a BBC Mundo Anthony Painter, director de investigación de la Real Sociedad para el Fomento de las Artes, Manufacturas y Comercio), una organización británica que promueve el cambio social.
Más allá del brexit
"En Reino Unido existe una profunda desigualdad económica y social", afirma el también escritor, agregando que se trata de una realidad que ha perdurado desde la década de los 80, tras las reformas de Margaret Thatcher y que se intensificó con la crisis de 2008.
La crisis financiera global afectó a toda Europa, pero Reino Unido fue uno de los países más golpeados: en el año 2009 su PIB se desplomó un 4,1%.
Igualmente, según Painter, el país atraviesa por una crisis de identidad que él describe como una "ansiedad cultural por no saber cuál es nuestro lugar en el mundo, ni nuestro lugar en nuestra comunidad local, ni lo que somos como pueblo".
Y sumado a todo esto, la cuestión sobre la permanencia de la nación en la UE dividió "aún más" al pueblo británico, explica el experto, quien considera el Brexit como otro movimiento populista en medio de muchos que han surgido en todo el mundo.
"Los políticos británicos han sido capaces de aprovechar los temores y las ansiedades de la población para movilizarla con una agenda política".
Tanto los promotores de la campaña a favor del Brexit, como su organización rival, "Gran Bretaña más fuerte en Europa", fueron acusados de engañar a los votantes.
"Confundidos y cansados"
El Brexit yaha acabado con la vida política de dos primeros ministros: David Cameron y su sucesora Theresa May.
Y debido a la complejidad y las consecuencias de la salida británica de la UE -tema sobre el que ningún partido logra ponerse de acuerdo - se han acabado organizado tres elecciones generales en cuatro años.
Tim Bale, profesor de la Queen Mary University de Londres (QMUL, por sus siglas en inglés) y director adjunto del centro de estudios UK in a Changing Europe (Reino Unido en una Europa cambiante), opina que todas estas elecciones organizadas en un corto periodo no afectan a la democracia británica, pero "dejan a la gente confundida y cansada".
En diálogo con BBC Mundo, el politólogo señala que la forma en la que conservadores y laboristas -encabezados por Boris Johnson y Jeremy Corbyn respectivamente- han planteado estas elecciones es lo que le ha causado daño a la democracia.
"He observado muchas elecciones a lo largo de los años y no recuerdo ninguna en la que los políticos se hayan tomado tantas libertades".
Un "drama" que sorprende en el Viejo Continente
Esta nueva dinámica política en Reino Unido también se ve con curiosidad desde el otro lado del canal de la Mancha: en la época anterior al referéndum, Reino Unido era visto como un ejemplo de estabilidad dentro del continente europeo.
"En Europa, y en países como Francia, todo este drama sorprende porque no es la imagen tradicional que se tiene de ese país, donde la política se suele llevar de forma tranquila", dice a BBC Mundo Adrien Rodd, profesor titular en Civilizaciones Británicas y de la Mancomunidad de Naciones de la universidad Sciences Po de París.
"Contrariamente a Estados Unidos, donde las tensiones políticas son fuertes desde hace décadas, estamos acostumbrados a ver un sistema parlamentario estable en Reino Unido, basado en una larga tradición que ha perdurado durante siglos y que había funcionado hasta el momento".
Pero según el académico francés, esta imagen está cambiando. "La gente en Europa continental ahora se pregunta: '¿Cómo es posible que el pueblo británico se dejara invadir por esta ola de populismo si las ideologías extremas nunca han tenido cabida en ese país?".
Para Tim Bale, la respuesta a esta pregunta también se responde con la palabra que domina la política británica desde hace tres años: Brexit.
"Este rompecabezas ha traspasado las lealtades tradicionales de los partidos y ciertamente ha creado un ambiente inusual. Es un tema sobre el que los políticos encuentran difícil discutir e incluso mantener la calma".
No obstante, este politólogo destaca que si bien la política británica actualmente es bastante caótica, ningún país europeo está exento de los problemas sociales que agitan el Viejo Continente.
"El presidente Macron está bajo presión debido a las protestas en Francia, en España se ha hecho muy difícil formar un gobierno y por eso se han organizado varias elecciones y algo similar ha pasado en Italia... quizás Reino Unido se ha vuelto más europeo".
¿Cómo se sale de este impasse?
Parece que ningún partido ha conseguido elaborar una propuesta que satisfaga a una vasta mayoría de la población británica.
El 12 de diciembre, un electorado altamente polarizado debe tomar una decisión que difícilmente logrará curar las divisiones profundas que han impedido encontrar una solución a la cuestión de la salida del país de la UE.
Este voto ha sido incluso calificado por algunos expertos como uno de los más cruciales en la historia de la nación europea desde la II Guerra Mundial.
"No existe una mayoría electoral para una solución en particular", le dice a BBC Mundo John Curtice, profesor de Política en la Universidad Strathclyde y experto en votaciones.
"Tendremos un margen muy estrecho en los resultados y en base a ellos se tomará una decisión: o salimos de la Unión Europea o tendremos que organizar un segundo referéndum".
Según Curtice, de organizarse un segundo referéndum, el pueblo británico tendría la opción de decidir bajo qué términos salir o si finalmente quiere seguir siendo parte de la organización europea.
Pero la idea de un segundo referéndum es criticada por muchos expertos que apoyan el Brexit e incluso por personas que votaron a favor de la permanencia en la UE, como la propia ex primera ministra Theresa May.
"La razón es muy simple. Le dimos a la gente la opción en un referéndum (...) y nos dieron un mensaje muy claro: quieren que abandonemos la Unión Europea", sostuvo May en una entrevista con la BBC en diciembre de 2018.
Algunos han llegado a juzgar la idea de un segundo referéndum como antidemocrática.
Sin embargo, Tim Bale no ve ninguna actitud antidemocrática en la organización de otra elección.
"No creo que una invitación para que el público vote sobre cualquier tema pueda dañar la democracia. Al contrario, creo que darles a las personas la oportunidad de expresar una opinión es lo que hacemos en democracias", opina el politólogo.
"Obviamente, las personas que quieren abandonar la Unión Europea les gusta dar esa impresión porque tienen miedo de perder un segundo referéndum", prosigue.
Lo que se espera de la elección
De acuerdo con los pronósticos, el Partido Conservador es el favorito para ganar una mayoría parlamentaria y como resultado Reino Unido podría abandonar la UE el próximo 31 de enero, como lo ha prometido el líder de los tories y actual primer ministro británico Boris Johnson.
Pero también existe la posibilidad de un parlamento en el que ningún partido tenga una mayoría absoluta.
Y como el gurú en votaciones John Curtice explica, "debido a que ninguno de los partidos de oposición está dispuesto a votar por el tratado de salida actual", también existe la posibilidad de que se efectúe un segundo referéndum.
De lo que no cabe duda, según el experto, es que la próxima elección general británica gira en torno al Brexit.
Y las encuestas le dan la razón. Según los últimos datos de la organización Ipsos Mori publicados en npviembre, el 56% de los electores considera el Brexit como la prioridad número dos, después del NHS (sistema de salud británico), al que el 60% de los votantes nombró como la preocupación número uno.
Para Curtice, la incertidumbre que rodea a esta elección no es inédita ni necesariamente perjudicial. "No hay nada malo en que una democracia parlamentaria se encuentre en una situación en la que el ejecutivo no tiene mayoría y tiene que tratar de negociar su posición a través del Parlamento".
"No es un evento desconocido en Europa ni es la primera vez que pasa en Reino Unido, de hecho en los años 1970 hubo un gobierno minoritario".
No hay una "fórmula mágica" para la democracia
El académico insiste en que no existe una fórmula "mágica" para la democracia. "Podría decirse que es más democrático tener una situación en la que el ejecutivo realmente tiene que persuadir a la legislatura que en sistemas donde el ejecutivo hace lo que quiere".
Lo que parece ser cierto es que ni estas elecciones ni un segundo referéndum lograrán apaciguar la polarización que afecta al electorado británico.
Para eso, como lo explica Anthony Painter, se tendrán que atacar problemas de fondo como la desigualdad que golpea especialmente a las poblaciones del norte de Inglaterra.
Y son muchos los que creen que los políticos deben escuchar las preocupaciones de la población sobre la inmigración, aunque este asunto haya sido utilizado por los políticos con fines partidistas.
Los comicios de este jueves nos permitirán saber si la estabilidad regresa a una de las democracias más antiguas del mundo.