Cuando los residentes del atolón Ailuk, en las Islas Marshall, hallaron la semana pasada un barco fantasma encallado en sus costas intentaron moverlo infructuosamente.

Inexplicablemente, la embarcación de unos 5,5 metros de eslora era demasiado pesada y se resistía a sus esfuerzos.

Una revisión posterior reveló la causa de ese fenómeno: en un compartimento secreto encontraron bultos de cocaína que sumaban 649 kilos, con un valor estimado de unos US$80 millones.

Aunque en este remoto archipiélago del océano Pacífico se encuentran con relativa frecuencia estos barcos fantasmas cargados de droga, el hallazgo de la semana pasada es el mayor del que se tenga registro.

La policía informó que el cargamento fue incinerado este martes, con excepción de dos paquetes que fueron remitidos a la Administración para el Control de Drogas de EE.UU. (DEA, por sus siglas en inglés) para ser sometidos a pruebas.

De un extremo a otro del mundo

Las autoridades de las Islas Marshall creen que la embarcación y la droga pueden provenir de América Latina.

El fiscal general de las Islas Marshall, Richard Hickson, dijo que el barco podría haber estado a la derivadurante más de un año y que probablemente provenía de América Central o de América del Sur.

A menudo, las corrientes del océano Pacífico empujan los escombros desde allí a las Islas Marshall y los hallazgos de drogas son frecuentes.

Sin embargo, la mayoría de las veces los residentes locales venden las drogas en lugar de informar a la policía.

Las autoridades del archipiélago dicen que esto ha generado un problema de drogas y los hospitales han informado de un aumento de pacientes con complicaciones relacionadas con el consumo de crack.

En este caso, el fiscal Hickson elogió a los lugareños por notificar a las autoridades sobre este nuevo hallazgo.

En 2014, un salvadoreño fue descubierto en un barco que había llegado a la costa del atolón Ebon. El hombre dijo que había pasado 13 meses perdido en el mar y afirmó haber sobrevivido capturando peces, pájaros y tortugas con sus propias manos.

Después de su rescate, investigadores de la Universidad de Hawai realizaron 16 simulaciones por computadora de patrones de deriva de la costa de México y descubrieron que casi todos terminaron finalmente en las Islas Marshall.


 

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