La versión de que los dos ciudadanos rusos que estaban en Salsbury cuando el ex espía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia fueron envenenados el pasado mes de marzo no eran más que dos turistas paseando por esta ciudad de Inglaterra sin apenas atractivo turístico fue motivo de mofa en Reino Unido.
Pero, y esto es más sorprendente, también lo fue en Rusia.
La aparición de Alexander Petrov y Ruslan Boshirov en una televisión financiada por el Kremlin para afirmar que eran turistas y no asesinos a sueldo, ha sido ampliamente ridiculizada en Rusia.
Pero lo peor es que la escena ha hecho dudar a muchos sobre si los que están a cargo en el gobierno ruso han perdido la noción de lo que puede resultar real y de lo que no.
¿Impresionar a Putin?
Gennady Gudkov siempre sospechó que el ataque de Salisbury fue obra de agentes rusos, así que cuando este exoficial de la KGB vio a los dos jóvenes en televisión, justo después del llamado del presidente Vladimir Putin para que se presentara y se explicara, cualquier resquicio de duda desapareció.
"Claramente hubiese sido mejor que guardaran silencio", me dijo Gudkov en una oficina decorada con medallas que atestiguan sus propios años en el servicio secreto.
"Toda persona con el mínimo espíritu crítico en Rusia se pregunta '¿qué fue eso? ¿para qué era?'"
Él ya no tiene dudas de que Petrov y Boshirov son agentes de la inteligencia militar rusa, el GRU.
Sus propias fuentes le sugieren que el ataque a Sergei Skripal, un oficial del GRU considerado un traidor, fue un intento fracasado de impresionar al presidente Putin por una agencia que buscaba tener algo más influencia y poder.
Pero Gudkov no entiende por qué los sospechosos aparecieron en televisión.
"¿Qué estaba pensando Putin? Creo que muestra la degradación entre los que están en el poder. Han perdido la capacidad de hacer algo normal y creíble. El sistema se está cayendo a pedazos".
La versión de que estos dos hombres se encontraban en Salisbury en los mismos días que ocurrió el envenenamiento de Skripal el pasado 4 de marzo en calidad de turistas empieza a no ser creíble para muchos en Rusia.
¿Todo falso?
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, comparó el pasado jueves las historias que relacionan a Rusia con el envenenamiento con la leyenda del monstruo del lago Ness.
"Todos los han visto, todos han hablado con ellos... pero cuando se examinan los hechos más detenidamente, se ve que todo es falso", llegó a decir.
Pero el equipo de investigación de Bellingcat, un sitio web de periodismo ciudadano de investigación, obtuvo una ficha del pasaporte de Alexander Petrov.
Un sello en la parte superior dice "No Divulgar" y otra marca que aparece en el documento parece una abreviatura de "Alto Secreto" que aparece junto a un número de teléfono que, alegan, pertenece al Ministerio de Defensa.
El documento parece ser auténtico.
Una mujer en el apartamento que aparece en el formulario le dijo a la BBC que vivió allí durante cuatro años.
Nunca conoció al inquilino anterior, pero apenas se mudó empezó a recibir múltiples notificaciones de multas de tráfico dirigidas a Alexander Petrov.
Bellingcat ha publicado ahora más material, incluida una prueba que sugiere que los pasaportes de los sospechosos de Salisbury fueron emitidos en el mismo lote que el de un agente del GRU conocido.
Otras teorías
La idea de que tanto Petrov como Boshirov eran en realidad una pareja gay que pasaba un fin de semana fuera y que fue insinuada por la presentadora que condujo la entrevista fue una hipótesis que algunos quisieron remarcar con demasiada frecuencia.
Fuera de Rusia, muchos comentaristas vieron en la comparecencia de estos dos hombres un desafío hacia Gran Bretaña y a sus teorías conspiratorias.
Y es que a Moscú se le ha acusado últimamente desde entrometerse en las elecciones de Estados Unidos hasta de haber derribado el avión que cubría el vuelo MH17 sobre Ucrania.
Rusia siempre ha rechazado las acusaciones y ha dado explicaciones que han sembrado serias dudas sobre su autenticidad.
Y ya no solo fuera del país.
Esta vez, incluso en Rusia muchos creen que el gobierno ha ido demasiado lejos.
"La sociedad se ríe de las autoridades"
"Los que todavía quieren creer lo hacen, pero otros dicen que es un desastre", argumenta Alexander Baunov, del Centro Carnegie de Moscú, quien califica la aparición televisiva de ridícula.
"Si el nivel de nuestros servicios especiales es tan bajo, la gente se pregunta qué podemos esperar de los demás funcionarios", agrega.
Baunov cree que el ataque de los agentes químicos fue una especie de "señal silenciosa" a los rusos que contemplen la traición.
Su teoría es que la unidad de inteligencia del Kremlin se ha puesto nerviosa dada la reciente hostilidad hacia Rusia y los esfuerzos de otras agencias de inteligencia extranjeras por reclutar a nuevos talentos.
Pero la versión oficial del motivo de por qué los dos hombres estaban en Salisbury parece haber fracasado tanto como la operación real en sí.
En lugar de temblar de miedo, muchos rusos se ríen de sus propios espías.
"No es solo burla, es mofa. Tengo amigos que no podían creer que nuestro país pudiera estar tan podrido", admite Gennady Gudkov. "Ahora me llaman y me creen".
Con bromas y 'memes' inundando las redes sociales, algunos comentaristas sugieren que se ha cruzado la línea de lo verosímil.
Pero Gudkov ve incluso otro tipo de síntoma.
"La sociedad se ríe de las autoridades", escribió el periodista en redes sociales. "La propaganda del Estado se está volviendo demasiado cómica y eso desacredita y debilita a los que están en el poder".
Y esta reacción ya no se limita solo al caso Skripal.
Cambio de percepción
Los comentaristas también destacan un video publicado en internet por el jefe de la Guardia Nacional de Rusia en la misma semana, llamando al crítico del Kremlin Alexei Navalny a batirse en duelo.
Vestido con el uniforme completo, Viktor Zolotov amenazó con convertir al político de la oposición en carne picada, agitando el puño y diciendo que Navalny necesita un "buen escondite".
En teoría con la intención de infundir miedo, el video provocó en su lugar un aluvión de desprecio, mientras una serie de figuras públicas se mofaban del desafío lanzado por el general.
"La imagen que dan es la de una capacidad de control en decrecimiento", argumenta Baunov, que ve la amenaza como otra señal de aquellos que intentan poner orden en casa y también en el extranjero.
Pero Rusia corre un riesgo mucho más inmediato con todo el asunto de Skripal.
Petrov y Boshirov fueron expulsados de Reino Unido justo cuando Estados Unidos se encontraba considerando la posibilidad de introducir sanciones adicionales y más duras contra Moscú vinculadas al ataque químico.
"A nivel internacional, el momento no pudo ser peor", señala Baunov, sugiriendo que detrás de las sonrisas y el tono desafiante los funcionarios están preocupados.
"Será casi imposible para el gobierno de Estados Unidos no imponer un nuevo próximo conjunto de sanciones", cree.
"Podría ser bastante desastroso".