Es un plan "histórico": poner un tercio del planeta Tierra bajo protección antes de que acabe la década.
A este nuevo acuerdo, destinado a preservar la biodiversidad, se llegó este lunes en la Conferencia de las Partes de la Convención sobre Biodiversidad, conocida como COP15, en Montreal, Canadá.
También habrá objetivos para proteger ecosistemas vitales, como las selvas tropicales y los humedales y los derechos de los pueblos indígenas.
Originalmente, la cumbre iba a realizarse en China, pero se pospuso y cambió la sede debido a la pandemia de covid-19.
Este encuentro suponía para muchos "una última oportunidad" de tomar las riendas y el camino para que la naturaleza se recupere.
Los puntos principales del acuerdo incluyen:
- Mantener, mejorar y restaurar los ecosistemas, lo que implica detener la extinción de especies y mantener la diversidad genética.
- "Uso sostenible" de la biodiversidad: esencialmente garantizar que las especies y los hábitats puedan proporcionar los servicios que brindan a la humanidad, como alimentos y agua limpia.
- Garantizar que los beneficios de los recursos de la naturaleza, como las medicinas que provienen de las plantas, se compartan de manera justa y equitativa y que se protejan los derechos de los pueblos indígenas.
- Pagar y poner recursos en la biodiversidad: asegurar que el dinero y los esfuerzos de conservación lleguen a donde se necesitan.
Negociaciones y problemas con la financiación
El acuerdo sigue a días de intensas discusiones.
Tras un pimer texto, China, que a pesar del cambio de locación ostentó la presidencia de esta cumbre, presentó un nuevo documento este domingo. Luego de varias horas de discusión, reuniones y demora, se aprobó temprano en la mañana de este lunes.
El presidente de la COP15, el ministro de Ecología y Medio Ambiente chino Huang Runqui, declaró aprobado el acuerdo a pesar de las objeciones que presentó la República Democrática del Congo, reacia a respaldar el pacto.
A lo largo de las conversaciones hubo división sobre qué tan ambiciosos eran los objetivos y cómo se iba a sostener económicamente. De hecho, un gran punto conflictivo fue cómo financiar los esfuerzos de conservación en aquellos lugares del mundo donde están las biodiversidades más destacadas de la Tierra.
Con los ecos aún recientes de la Cumbre del Clima, la COP 27, en Egipto, algunos países pidieron que se establezca un nuevo fondo para ayudar a preservar la biodiversidad, pero no hubo unanimidad al respecto.
El sábado pasado los ministros asistentes pronunciaron discursos muy apasionados sobre la necesidad de acordar objetivos claros para poner a la naturaleza en el camino de la recuperación antes de 2030.
"La naturaleza es nuestro barco. Debemos asegurarnos de que se mantenga a flote", dijo el comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca de la Unión Europea, Virginijus Sinkevicius.
La ministra de Medio Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, recibió aplausos cuando pidió ambición para proteger el planeta por el bien de todos. "La naturaleza no tiene límites", dijo.
Un "compromiso" con la naturaleza
Distintos expertos han resaltado la importancia de este acuerdo, aunque no sin poner algunos "peros".
Georgina Chandler, asesora de política internacional de la Real Sociedad de Protección de las Aves (Royal Society for the Protection of Birds, en inglés) de Reino Unido, dijo que gracias al acuerdo alcanzado en Montreal tanto las personas como la naturaleza deberían estar en una mejor situación.
"Ahora que está hecho, gobiernos, empresas y comunidades deben descubrir cómo harán para que estos compromisos se conviertan en realidad".
Sue Lieberman, de la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre (Wildlife Conservation Society, en inglés) de Estados Unidos, dijo que el acuerdo era un compromiso en sí. Pero, a pesar de tener varios elementos buenos y difíciles de lograr, remarca que podría haber ido más allá "para transformar verdaderamente nuestra relación con la naturaleza y detener nuestra destrucción de ecosistemas, hábitats y especies".
Los científicos han advertido que con la pérdida de bosques y pastizales a un ritmo sin precedentes y los océanos bajo la presión de la contaminación, los humanos están empujando a la Tierra más allá de unos límites seguros.
Esto incluye aumentar el riesgo de enfermedades, como SARS CoV-2, ébola y VIH, que se transmiten de los animales salvajes a las poblaciones humanas