¿Cómo puede un país recuperarse de siglos de esclavitud y racismo?

En Estados Unidos, un creciente número de voces afirman que la respuesta son las compensaciones.

Estas constituyen alguna forma de restitución por la esclavitud y pueden incluir la presentación de disculpas y el pago de dinero a ciudadanos cuyos ancestros fueron esclavos.

Es una idea a favor de la cual se han manifestado muchos académicos y activistas afroestadounidenses, pero que los políticos han dejado de lado.

Sin embargo, la creciente discusión pública sobre las desigualdades raciales -un asunto sobre el cual han estado opinando recientemente varios aspirantes a la candidatura presidencial del Partido Demócrata- ha puesto este tema en la agenda pública.

Esta semana, una colaboradora de la cadena Fox News habló en contra de posibles compensaciones, argumentando que Estados Unidos, en realidad, merece más reconocimiento por haber puesto fin a la esclavitud tan pronto como lo hizo.

"Estados Unidos fue el primer país que acabó con ella en 150 años y no obtenemos reconocimiento por ello", dijo el martes Katie Pavlich, quien agregó que las reparaciones solamente "alimentarían más las tensiones raciales".

Su comentario fue rápidamente cuestionado.

Bernice King, hija de Martin Luther King Jr., señaló que Estados Unidos "no merece reconocimiento por 'acabar con la esclavitud'", cuando las ideologías que la permitieron aún prevalecen.

Una disculpa onerosa

Desde la era de la Guerra Civil, cuando oficialmente se puso fin a siglos de esclavitud, se ha hablado de hacer reparaciones a los afroestadounidenses.

Algunos expertos han calculado el valor del trabajo esclavo en Estados Unidos en cifras que van desde miles de millones hasta billones de dólares.

Por otra parte, hay que considerar que, incluso después del fin técnico de la esclavitud, a los negros en Estados Unidos se les negaba la educación, así como el derecho al voto y a la propiedad privada.

Quienes abogan por las reparaciones señalan estas desigualdades históricas como causas de la actual brecha entre los estadounidenses blancos y negros en temas de ingresos, vivienda, salud y niveles de encarcelamiento.

Darrick Hamilton, director ejecutivo del Instituto Kirwan para el Estudio de la Raza y de la Etnicidad de la Universidad de Ohio, considera que el impacto de la esclavitud se sigue manifestando en la sociedad estadounidense.

"La consecuencia material es evidente en la brecha racial de la riqueza. Psicológicamente, la consecuencia es que tratamos a los negros sin dignidad y los deshumanizamos en los espacios públicos", dijo.

Hamilton considera que EE.UU. tiene un problema estructural que debe ser atendido para poder avanzar y que se expresa en cuestiones como la adopción de políticas que excluyen fundamentalmente a la población negra -como ocurrió inicialmente con la Seguridad Social- o el mantenimiento de narrativas que culpan a los afroestadounidenses por sus problemas económicos.

En 2014, la periodista Ta-Nehisi Coates propició un debate público sobre este tema con la publicación de un trabajo sobre los argumentos a favor de las reparaciones.

Coates detallaba cómo la política de vivienda y la brecha de ingresos en particular ilustraba con claridad cómo los ciudadanos negros aún están afectados por el pasado.

Décadas de segregación racial mantuvieron a las familias negras lejos de las áreas blancas, las cuales tenían un mejor acceso a la educación, a la salud, a los alimentos y al resto de servicios, al tiempo que la discriminación institucionalizada afectaba el desarrollo económico de los afroestadounidenses.

"Mientras más retrocedemos en nuestra historia, se puede ver como algo explícitamente violento. Ahora podría ser implícitamente violento", señala Hamilton.

La brecha de las reparaciones

En la opinión pública, el apoyo a las reparaciones se distribuye de forma consistente con las divisiones raciales.

Una encuesta del Instituto Marist de Opinión Pública, realizada en 2016, halló que 58% de los negros estadounidenses apoyan las reparaciones, mientras que 81% de los estadounidenses blancos se oponen a esa idea.

En 2018, un estudio de Data for Progress reveló que las reparaciones eran impopulares, especialmente entre los estadounidenses blancos.

Un argumento en contra de las reparaciones apunta que estas podrían aumentar la división entre los ciudadanos.

"Un pago único y luego ya no se debe nada más?Esa es la única reparación que podrían ser políticamente viable. También sería increíblemente tóxica, ampliando al final la brecha que intentamos reducir", señaló la columnista Megan McArdle en el Washington Post.

Pero incluso algunos activistas negros se han opuesto en el pasado a las reparaciones.

"Es insultante para los negros ofrecerles reparaciones por el sufrimiento de las generaciones pasadas, como si el balance de un pasado irreparable pudiera arreglarse con un pago", señaló en su momento Bayard Rustin, un activista que fue amigo de Martin Luther King Jr.

Pero es que, además, muchos expertos consideran que un pago en metálico no atacaría la raíz del problema.

"Simplemente pagando la deuda no se resuelven los problemas estructurales que tiene Estados Unidos", dice Hamilton, quien respalda que se haga un pago como mero gesto simbólico pero pide que vaya acompañado de una ley de derechos de justicia económica.

El economista William Darity también ha sugerido crear un "portafolio de reparaciones" en el que se combinarían políticas orientadas a financiar la educación, la salud y la creación de riqueza así como asegurar que las escuelas públicas enseñan de forma apropiada cuál fue el gran impacto de la esclavitud.

¿Qué pasa en América Latina?

América Latina es la región del mundo con más descendientes de esclavos africanos. Hay decenas de millones.

Si bien las definiciones raciales cambian según el país, el porcentaje de la población total con algún ancestro negro llega a ser del 62% en Cuba, 45% en Brasil y 26% en Colombia.

Ello representaría, solamente en Brasil, casi 100 millones de personas con al menos parte de su ancestro relacionado con la esclavitud colonial.

Un 7% de los brasileños, cerca de 15 millones de personas, se identifican primariamente como negros.

Estas cifras evidencian la magnitud que podría requerir la adopción de políticas de reparación en países de la región.

Algunos expertos piensan que España podría ser objeto de reclamaciones como las que le han hecho a Reino Unido los países del Caribe anglófono por su papel en la esclavitud durante la época colonial.

"Creo que los descendientes de esclavos africanos en las antiguas colonias españolas podrían tener un argumento legal contra España por reparaciones a cuenta de su papel en el comercio trasatlántico de esclavos y la esclavitud", le dijo en 2015 a BBC Mundo Ferne Brennan, catedrática de Derecho en la Universidad de Essex en Reino Unido y experta en la controversia por reparaciones.

Sin embargo, el Estado español no fue el único responsable de la esclavitud en América Latina.

Esa institución perduró por varias décadas en la época independiente con la anuencia de los gobiernos de la región.

"Ellos también fueron responsables", le dijo entonces a BBC Mundo la académica colombiana y experta en temas de afrodescendientes Claudia Mosquera.

La experta afirmó que la discusión sobre las reparaciones y la deuda histórica se da en algunos otros países de América Latina, entre ellos Brasil, la nación que junto con Colombia tiene la mayor población negra de la región.

Mosquera señaló que, con las reparaciones, nadie se está imaginando al Estado repartiendo dinero a individuos afrodescendientes.

En cambio, vislumbra una situación en que las autoridades eventualmente accederían a programas de inversión social que ayudarían en particular a las comunidades negras.

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