El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, extendió hasta fines de 2020 la suspensión de los permisos de residencia o "green cards" que se solicitan desde el extranjero y ordenó la congelación de ciertos tipos de visas de trabajo.
Entre los afectados por la nueva medida, que impacta a las llamadas visas H-1B, H-2B, J1 y L, están trabajadores tecnológicos altamente calificados, trabajadores estacionales no agrícolas y altos ejecutivos.
Los actuales poseedores de ese tipo de visas, sin embargo, no deberían verse afectados por las restricciones anunciadas el lunes.
La Casa Blanca dijo que la medida creará empleos para los estadounidenses que se han visto afectados por la pandemia de covid-19.
Pero sus críticos acusan a la administración Trump de aprovechar la pandemia de coronavirus para endurecer las leyes migratorias.
Medio millón de afectados
En una sesión informativa para periodistas, funcionarios de la Casa Blanca estimaron que la congelación de visas hasta fin de año afectará a unas 525.000 personas.
Eso incluye a unas 170.000 personas afectadas por la extensión de la prohibición de las "tarjetas verdes" que otorgan permiso de residencia permanente.
La Casa Blanca había anunciado en abril que dejaría de emitir "green cards" en el extranjero por 60 días, pero la orden debía expirar el lunes.
Y la nueva disposición ahora también extiende la prohibición a las visas H-1B, como las utilizadas por numerosos expertos en tecnología provenientes de India.
Los críticos aseguran que ese tipo de visas han permitido que las compañías de Sillicon Valley reemplacen a trabajadores estadounidenses con empleados extranjeros peor pagados.
El año pasado se recibieron 225.000 solicitudes para 85.000 puestos disponibles bajo el programa de visas H-1B.
Numerosas visas H-2B para trabajadores estacionales, incluyendo a aquellos que trabajan en restaurantes y hoteles, también se verán afectadas por la orden presidencial, que sin embargo protege a los dedicados a labores agrícolas, los profesionales de la salud y empleados de procesadoras de alimentos.
La medida restringe además las visas J-1 para intercambios cortos, una categoría que incluye a estudiantes universitarios y niñeras au pair, pero ni profesores ni académicos se verán afectados por la misma.
También se suspendió la emisión de visas L para directivos y otros empleados clave de corporaciones multinacionales.
Las reacciones
Según el alto funcionario que le explicó la medida a la prensa, la política migratoria busca garantizar que al país llegan "los mejores y los más brillantes" y obtener "el mayor valor para nuestra economía".
"Esta es una medida audaz por parte de la administración Trump para proteger los empleos estadounidenses", dijo por su parte Mark Krikorian, director ejecutivo del Centro de Estudios de Inmigración.
Pero a la nueva política se oponen muchas empresas que dependen de trabajadores extranjeros.
"A medida que la economía se recupere, las empresas estadounidenses necesitarán garantías de que pueden satisfacer todas sus necesidades de fuerza laboral", escribió la Cámara de Comercio.
"Para ese fin, es crucial que tengan acceso al talento tanto a nivel nacional como de todo el mundo", dijo en una carta enviada este mes en la que advertía sobre la nuevas restricciones.
Y el Sindicato Estadounidense de Libertades Civiles (AUCL) también criticó con dureza la decisión de Trump.
"Es la explotación de una pandemia para reformar la ley de inmigración, mientras reemplaza al Congreso", dijo en un comunicado.