Hace tres años, la comunidad internacional aplaudía una hazaña que, según se esperaba, traería algo de calma a una de las regiones más convulsas del planeta: Irán accedía a reducir su programa nuclear.
A cambio, Naciones Unidas, Estados Unidos y Europa anulaban las sanciones económicas que le habían impuesto.
Irán, que siempre ha defendido que su programa nuclear tiene fines pacíficos, empezó a recuperarse: el desempleo comenzó a caer e incluso los sectores industriales que no dependen del petróleo repuntaban, aunque con timidez...
Hasta que el fantasma de las sanciones regresó con la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump con su promesa de retirarse del pacto nuclear.
La advertencia de Trump se materializó este martes, cuando anunció que Estados Unidos dejará de participar en el Plan de Acción Conjunto y Completo (JCPOA, por sus siglas en inglés), el acuerdo nuclear firmado en 2015 junto a Irán, Reino Unido, Alemania, Francia, China y Rusia.
El mandatario tachó el pacto de "defectuoso en su esencia" y aseguró que fue "tan mal negociado, que incluso si Irán cumple con todo, el régimen estaría al borde de conseguir armas nucleares en un corto periodo de tiempo".
Pero, ¿cuál es el verdadero potencial nuclear de Irán?
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) controla las instalaciones nucleares iraníes y realiza informes periódicos sobre el seguimiento de este pacto nuclear.
Según el último de ellos, con fecha del 7 de marzo de 2018, estos son los activos atómicos de Teherán.
Más de 5.000 centrifugadoras activas
Irán se comprometió en 2015 a no tener en funcionamiento más de 5.060 centrifugadoras de uranio IR-1 durante la siguiente década.
En ese entonces, el país contaban con 9.000 en activo y otras 9.000 en reserva, según la Iniciativa de Amenaza Nuclear (NTI por sus siglas en inglés), una organización estadounidense sin ánimo de lucro que defiende la reducción de las armas nucleares.
Las centrifugadoras de gas se utilizan para producir uranio enriquecido a partir del hexafluoruro de uranio (UF6), el gas más pesado que se conoce. Se encargan de separar el uranio 238 del 235, el que se usa para la energía y las armas nucleares.
Las IR-1 son la base del programa nuclear iraní, la mayoría de ellas se encuentra en la planta de enriquecimiento de uranio de Natanz. El país también cuenta, aunque en menor cantidad, con centrifugadoras más modernas y rápidas como la IR-2.
Irán tiene otras 1.040 centrifugadoras IR-1 en la planta de enriquecimiento de uranio de Fordo, la segunda más importante después de Natanz. Aunque, según el acuerdo, estas instalaciones no pueden almacenar material nuclear durante 15 años y deben ser utilizadas como un centro nuclear, físico y tecnológico.
Según el último informe de la OIEA, Teherán ha cumplido con todos estos puntos.
109 kilos de uranio
Irán llegó a almacenar más de 8.000 kilos de uranio enriquecido al 3,5%. Para desarrollar armas nucleares es necesario que el uranio 235 esté enriquecido a al menos el 90%.
Irán todavía no lo había conseguido, pero de haberlo logrado ya contaba con la cantidad suficiente de uranio para abastecer de combustible a varios misiles nucleares, según publica The New York Times.
Ahora, al país no se le permite enriquecer el uranio 235 a más del 3,67% y en el momento en el que la OIEA elaboró su informe contaba con unas reservas totales de 109,5 kilos. Una cifra por debajo de los 202,8 kilos que el pacto estipula como máximo.
Agua pesada
El agua pesada es un componente clave en algunos tipos de reactores nucleares y consiste en una sustancia equivalente al agua, pero con un hidrógeno modificado que hace que sea más pesado.
También llamada óxido de deuterio, puede ser empleada en la producción de plutonio, el otro material además del uranio con el que se puede elaborar bombas atómicas. Irán cuenta con una instalación de agua pesada cerca de la ciudad de Arak.
En el JCPOA, el país se comprometió a reconstruir el reactor de esta planta para utilizarlo en la investigación nuclear pacífica y estudiar sus aplicaciones en la medicina y la industria.
El nuevo diseño debía "minimizar la producción de plutonio" y de su producción con fines armamentísticos, según se puede leer en el Anexo 1 del documento.
La OIEA asegura en su informe de febrero que Irán ha cumplido con estas condiciones y que durante el periodo en el que fue monitoreado sus reservas de agua pesada no superaron las 130 toneladas métricas, el límite establecido en el acuerdo.
Reactor de investigación de Teherán
El reactor de investigación de Teherán (THR) fue dado por Estados Unidos a Irán en 1967 y es capaz de producir hasta 600 gramos de plutonio al año, según la NTI.
No requiere de uranio muy enriquecido gracias a la reconversión que le hizo en 1987 la empresa estatal argentina Invap (Investigaciones Aplicadas Sociedad del Estado), que también le proveyó de 115,8 kilos de este tipo de uranio, según la NTI.
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