El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha estado quejando sobre las precarias finanzas de Puerto Rico, mientras este territorio no incorporado estadounidense lucha por recuperarse de los destrozos causados por el huracán María.

La atención que el mandatario ha puesto sobre la deuda de US$70.000 millones acumulada por la isla ha traído nuevamente a discusión las preguntas sobre cómo podrá afrontar esos pagos pendientes.

Entonces, ¿cuál es el plan para Puerto Rico?

El gobierno de la isla no puede pedir dinero para financiar su reconstrucción en el mercado de inversores privados debido a su deuda pendiente.

El huracán María paralizó la actividad económica de la isla y generó inmediatamente una crisis fiscal: el gobierno se está quedando sin dinero.

El Congreso acaba de aprobar un fondo de emergencia por más de US$36.000 millones, en el que se incluye un préstamo por US$4.900 millones para mantener el funcionamiento de las instituciones de la isla.

El resto del dinero será dividido entre todos los estados afectados por las tormentas recientes, incluyendo Texas y Florida.

¿Más recursos?

Los legisladores han dicho que evaluarán la aprobación de más recursos para los esfuerzos de reconstrucción de largo plazo, pero no está claro el monto.

La agencia Moody's estima que los daños a la propiedad ocasionados por el huracán María podrían alcanzar los US$55.000 millones, pero en total las pérdidas llegarían a US$95.000 millones.

El gobernador Ricardo Roselló dijo que la isla se enfrenta a un posible "éxodo" si no se aprueba un paquete fuerte de ayudas.

Puerto Rico tiene unos 3,4 millones de habitantes, muchos de los cuales viven en situación de pobreza.

Desde 2006, la población ha disminuido en más de 10% debido a una larga recesión causada, en parte, por el fin de los beneficios fiscales para las manufacturas de la isla.

El legislador Rob Bishop, que pertenece al comité responsable de los territorios estadounidenses, incluyendo a Puerto Rico y a las Islas Vírgenes, dijo que espera que los fondos para apoyar la recuperación sean "significativos".

Añadió que está trabajando en los cambios legales necesarios para facilitar el uso de esos recursos y para estimular la inversión privada.

La influencia de Puerto Rico en el Congreso está limitada por su estatus como territorio y no como un estado.

Tradicionalmente, la isla ha encontrado sus mayores aliados entre los legisladores del Partido Demócrata, muchos de los cuales han criticado duramente la respuesta del gobierno de Trump al huracán María, calificándola de lenta e inadecuada.

La Casa Blanca ha dicho estar comprometida con la isla y el presidente Trump ha desestimado las críticas, considerándolas actuaciones con fines políticos.

Pero Trump ya ha mostrado antes su reticencia a ayudar a Puerto Rico.

En un tuit que publicó hace unos meses calificó como un "rescate" el financiamiento que el Partido Demócrata había propuesto para la isla.

Este jueves, el mandatario puso la responsabilidad en manos de los legisladores, al escribir en Twitter que depende del "Congreso decidir cuánto gastar".

Matt Fabian, socio de la firma de investigación Municipal Market Analytics, afirma no ver las ganas de aprobar grandes fondos para la reconstrucción de Puerto Rico, especialmente dadas las limitaciones derivadas de los esfuerzos de los republicanos para lograr grandes reducciones en los impuestos.

"Este no es el Congreso que va a proveer una ayuda grande y sin restricciones a Puerto Rico", apuntó.

La cuestión de la deuda

En 2016, el Congreso intentó abordar la crisis fiscal de la isla a través de la Ley para la Supervisión, Administración y Estabilidad Económica de Puerto Rico, más conocida como Ley Promesa, por sus siglas en inglés.

Esta iniciativa colocaba las finanzas de Puerto Rico bajo la supervisión de un panel federal y establecía un mecanismo para reestructurar la deuda a través de una especie de protección antibancarrota.

La tormenta ahora obliga a reiniciar toda esta discusión.

Lo ocurrido con el huracán María podría favorecer la posición de los negociadores de Puerto Rico durante las conversaciones sobre la reestructuración de la deuda, nutriendo su argumento de que el gobierno y sus agencias no pueden pagar sus acreencias, dijo Fabian.

Apuntó que la destrucción podría haber creado nuevas oportunidades para llegar a acuerdos con los tenedores de bonos si el gobierno avanzara hacia la privatización de infraestructuras y de compañías de servicios públicos como parte de los esfuerzos de reconstrucción.

¿Puede Estados Unidos simplemente borrar la deuda?

A inicios del mes, Trump pareció sugerir esta posibilidad cuando le dijo a la cadena estadounidense Fox News: "Tenemos que mirar a toda la estructura de su deuda. Ya sabes. Ellos deben mucho dinero a tus amigos en Wall Street y vamos a tener que borrarla. Puedes despedirte de eso".

El precio de los bonos de Puerto Rico se desplomaron después de esas declaraciones.

Pero los asesores de la Casa Blanca rápidamente se alejaron de esa idea, diciendo que el gobierno se mantendrá apegado a la ruta establecida con Promesa y que Wall Street no debería tomar los comentarios del presidente literalmente.

Trump no puede eliminar la deuda de forma unilateral y, aunque el gobierno federal puede en teoría dar un paso al frente y pagar la deuda, los analistas creen que la dinámica política hace que eso sea poco probable.

Algunos esperan que la ayuda sirva también para levantar la economía de la isla y termine generando ingresos fiscales que faciliten el pago de la deuda.

Pero otros afirman que la tormenta acelerará la contracción económica de la isla, a medida que los boricuas emigren hacia el continente.

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