La pandemia no está acabada.
Tres años después de la llegada del virus que nos cambió la vida, la Organización Mundial de la Salud (OMS) todavía no ha decretado el fin de la covid-19.
Tenemos vacunas que funcionan y que han salvado millones de vidas, pero también nuevas variantes que nos ponen en alerta.
La más reciente, la conocida como XBB.1.5, es una subvariante de ómicron que se propaga con rapidez en decenas de países y que los científicos consideran la más contagiosa hasta la fecha.
David Heymann, epidemiólogo de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y jefe del Centro para la Seguridad Sanitaria Global de Chatham House, repasa con BBC Mundo en qué punto estamos ante el desafío de la covid-19.
La OMS dice que la pandemia no se ha terminado. ¿Qué necesitamos para que acabe?
Aunque la OMS declare o no la pandemia como acabada, algo que no sé cuándo sucederá, la mayoría de países ya tratan la enfermedad como endémica.
Vigilan bien, detectan nuevas variantes, vacunan a su población. Se han diseñado programas de control y de pruebas diagnósticas caseras.
En muchos casos la gente ha retomado su vida y está siendo muy cuidadosa.
Muchos países dan la pandemia por acabada aunque la OMS diga que no.
¿Cómo describiría la situación global de la pandemia ahora mismo?
Sabemos que ha seguido expandiéndose a muchos más países y es endémica en prácticamente todo el mundo.
Los países experimentarán posiblemente lo que pasa con la gripe, brotes temporales, y es por eso que es tan importante la vacunación.
No existe magia para declarar el fin de la pandemia. Es ahora una enfermedad endémica y así la tratan muchos países.
Con la llegada frecuente de nuevas variantes, algunos científicos afirman que estamos bajando la guardia. ¿Comparteesa visión?
No creo que hayamos bajado la guardia. Tenemos vacunas que funcionan y que pueden adaptarse rápido a nuevas variantes.
Muchos países también están vacunando contra la influenza y otros virus respiratorios.
Si los países no consiguen que su población acepte todas estas campañas de inoculación, colectivos como los ancianos sí estarán ante un gran riesgo si no se vacunan.
Pero en general hemos visto programas excelentes de vacunación y vigilancia de variantes.
Mucha gente se confunde cuando escucha sobre nuevas variantes con más capacidad de infección. Las vacunas nunca han protegido por completo contra la infección, sino que previenen contra enfermedades graves y muertes.
Hasta el momento, todas las vacunas han sido capaces de lidiar con las variantes.
Los programas de control deben ser robustos, como lo son en muchos países europeos.
Hay que mantener la vigilancia, seguir vacunando, analizar qué sucede en la población, si aumentan las muertes o ingresos hospitalarios y prevenir transmisiones en hospitales y lugares de reunión.
¿Qué tan grande es el reto de nuevas variantes como XBB1.5 para la población más vulnerable?
Si no están vacunados, cualquier variante preocupa. Ese es el problema.
Los ancianos y aquellos con comorbilidades, si no están vacunados, están ante un gran riesgo.
¿Estamos preparados para reaccionar rápido si llegan variantes que consiguen evadir la inmunidad de las vacunas?
Los fabricantes de vacunas de tecnología ARNm (como las de Pfizer o Moderna) dicen que pueden modificar sus compuestos y probarlos en un corto periodo de tiempo.
Ahora mismo seguimos teniendo inmunidad ante nuevas variantes y, si llega el escenario en que no estamos tan protegidos y aumentan muertes e ingresos hospitalarios, tendremos que modificar las vacunas.
En el presente, los datos muestran que las muertes no incrementan en poblaciones con altas tasas de vacunación.
China, el país más poblado del mundo, ha reabierto sus fronteras. Parte de la comunidad científica ha cuestionado la efectividad de las vacunas que administró a su población. ¿Preocupa?
Las vacunas chinas siguen siendo efectivas en prevenir gravedad y muerte. El problema en China será para la población anciana o inmunocomprometida que no haya sido vacunada.
Ni yo ni nadie hemos podido ver con claridad los datos de China, pero basándonos en lo que sucedió en Hong Kong recientemente con las vacunas chinas, sí que parece que estarán protegidos contra la gravedad de la enfermedad, pero habrá menos efectividad en evitar la infección como con las otras vacunas.
Aunque ninguna ofrece protección total contra la infección.
¿Y qué hay sobre el riesgo de covid de larga duración?
Todas las variantes vienen con el riesgo de desarrollar covid de larga duración. El peligro es menor para los vacunados, pero es una secuela muy seria.
Sucede parecido con la influenza. Si la sufres, muchas veces pasas por un periodo largo de recuperación, aunque no tanto como con la covid larga.
Muchos órganos pueden quedar afectados con esta dolencia.
Es una enfermedad grave que la gente debe evitar y, una vez más, las vacunas son clave para ello.
¿Existe algún riesgo de volver a la época de restricciones y confinamientos?
No creo que la gente regrese a los confinamientos otra vez.
Se mantendrá la vigilancia y, si existe alguna duda o preocupación, se actualizarán las vacunas lo más pronto posible.
Los confinamientos se impusieron cuando no había vacunas disponibles. Ahora las tenemos y podemos modificarlas rápido.
Ni yo ni nadie podemos predecir lo que va a pasar, pero no creo que la mayoría esté pensando en volver a las grandes cuarentenas.
¿Qué desafíos sigue suponiendo la covid-19?
La covid de larga duración es un desafío primordial porque no la entendemos lo suficiente.
También la coincidencia de múltiples enfermedades respiratorias que causan brotes.
En muchos países la temporada de influenza ya ha tocado máximos y se encuentra disminuyendo, así cómo sucedió con el coronavirus en otros países en diciembre.
Es difícil predecir y, los que predicen, se adelantan a lo que yo considero como evidencia.
Y la evidencia en el presente es que podemos convivir fácilmente con este virus si usamos las vacunas de forma correcta.
Lo que necesitamos entender ahora es cómo lidiar con la covid de larga duración.
Varios países continúan reportando un alto número de exceso de muertes. Muchos lo atribuyen al impacto del coronavirus. ¿Seguiremos experimentando lo que muchos llaman "muertes evitables"?
Dependerá de la solidez de los sistemas sanitarios.
En varios países hay enormes retrasos de personas en necesidad de tratamiento que no lo recibieron durante la covid.
Muchos de esos pacientes pueden estar causando estos excesos de muertes.
De esta pandemia hemos aprendido tres cosas. Primero, que la salud pública debe ser fuerte, con buena vigilancia y sistemas de contacto y rastreo.
Al mismo tiempo, si queremos estar a salvo en pandemias futuras, necesitamos sistemas de salud capaces de gestionar pacientes en estado quirúrgico y pacientes con cuestiones rutinarias.
Y tercero, necesitamos una población saludable más resistente a las infecciones. Comorbilidades como la obesidad fueron un factor de riesgo importante en la pandemia en cuanto a muertes y cuadros graves.
Necesitamos mejorar en la promoción de estilos de vida más saludables y evitar el desarrollo de estas dolencias.
Y en el caso de América Latina, ¿qué podemos esperar de la pandemia en 2023?
Los países com amplia cobertura de vacunación estarán en la misma situación que el resto del mundo.
Si tienen menos proporción vacunada, deberán preocuparse, especialmente por los ancianos y aquellos con morbilidades asociadas.
Las variantes parecen causar menos gravedad porque, probablemente, la mayoría ya ha estado expuesta al virus y ha desarrollado cierta inmunidad contra los estadíos más graves de la infección.
Será muy importante analizar lo que suceda ahora en China con aquellos no vacunados y que no han pasado la enfermedad.
Eso nos va a permitir entender la virulencia y poder real de las variantes actuales. Es algo que no comprendemos muy bien en los países con altas tasas de vacunación, pero en muestras con menos inoculación entenderemos mejor lo que están haciendo las variantes.
El problema es que China no muestra todos los datos y no podemos entender qué tan graves están siendo las infecciones.