Hace exactamente dos meses se confirmó el primer caso de covid-19 en tierras latinoamericanas.

Pero mucho ha cambiado en la región -y en el mundo- desde aquel 26 de febrero, cuando las autoridades brasileñas informaron haber detectado la presencia del nuevo coronavirus en un hombre de 61 años.

Al final de ese día la Organización Mundial de la Salud nada más registraba 82.294 casos en todo el mundo, y la inmensa mayoría -más del 95%- todavía se concentraba en China.

Y aunque el brote ya había sido declarado emergencia sanitaria de preocupación internacional por la OMS, todavía faltaban dos semanas para que fuera reconocido como pandemia.

Para entonces algunos países ya habían empezado a restringir la llegada de personas provenientes de China, pero las estrictas medidas de aislamiento social actualmente vigentes en casi todo el planeta parecían inimaginables.

Pero dos meses después, el mundo es un lugar radicalmente diferente: el total de infectados ya ronda los tres millones y entre los más de 200.000 muertos atribuidos al virus hay víctimas de todos los países de América Latina.

Pero, ¿cómo se compara la evolución la pandemia en nuestra región con lo que ha ocurrido en otros territorios? ¿A qué países ha golpeado con más fuerza?

En BBC Mundo tratamos de explicártelo con siete gráficos, elaborados con las cifras oficiales disponibles sobre la pandemia.

Son cifras que tienen evidentes limitaciones, pues no capturan toda la realidad del virus ni permiten buenas comparaciones dadas las grandes diferencias en las capacidades de diagnóstico de covid-19 de los diferentes países.

Pero son la mejor herramienta disponible para tratar de hacerse una idea de la progresión de la pandemia que tan profundamente está cambiando a nuestro planeta.

1. En aumento

Después del primer caso detectado en Brasil, el coronavirus tardó menos de un mes extenderse por toda América Latina: el 20 de marzo, cuando Haití confirmó sus primeros dos casos, el covid-19 hacía presencia oficial en todos los países de la región.

La primera muerte, por su parte, se registró en Argentina el 7 de marzo y casi exactamente un mes después -desde el 6 de abril- todos los países latinoamericanos ya habían reportado fatalidades.

El rápido aumento en contagios y muertos es un resultado de la llamada "transmisión comunitaria", que ya es una realidad asumida en casi todos los países de América Latina.

Y cada día que pasa la región es responsable por un porcentaje mayor de los casos globales, actualmente el 5,6% de todos los casos confirmados: 168.248 al 26 de abril de 2020.

Las cifras oficiales -que también incluyen al menos 8.246 muertos, el 4% de todas las víctimas fatales del planeta- son sin embargo nada más la punta del iceberg.

Y si de algo se puede estar seguro en estos momentos es que el número de contagiados y muertos seguirá creciendo, pues se estima que todavía faltan algunas semanas para que la pandemia llegue a su "pico" en tierras latinoamericanas.

2. Ritmos diferentes

La tendencia regional, sin embargo, esconde muchas realidades diferentes a nivel de país, pues el virus no llegó al mismo tiempo a todos lados y las respuestas también han sido diferentes.

Y, como ya se explicó, las comparaciones entre países deben tomar en cuenta que no todos están realizando la misma cantidad de pruebas, ni siquiera cuando se toman en cuenta las diferencias de población.

En números absolutos Brasil es, de lejos, el país más afectado de toda la región y ya ocupa el puesto número 10 a nivel mundial en casos confirmados.

Y aunque su tamaño -es el país más grande de la región- y el hecho de haber sido el primer país en reportar contagios son parte de la explicación, también es el país en el que los casos se han multiplicado a mayor velocidad, lo que podría tener que ver con las reticencias del gobierno federal a imponer medidas de aislamiento.

Curiosamente, sin embargo, el segundo país en número de casos y por ritmo de contagio es Perú, que también fue uno de los primeros en reaccionar con estrictas medidas de confinamiento.

Pero parte de la explicación puede ser el elevado número de pruebas de covid-19 realizadas por las autoridades peruanas, las que contrastan, por ejemplo, con el "modelo Centinela" de México, un sistema de vigilancia epidemiológica que descarta la realización masiva de pruebas y, por lo tanto, puede resultar en un subregistro de los casos mexicanos.

Y aunque el brusco salto dado por Ecuador pareciera sugerir que el país duplicó su número de contagios en un día, en realidad es el reflejo de la publicación de resultados de miles de pruebas atrasadas.

Por lo demás, de lo que no da cuenta este gráfico ni la curva de contagios regional es que ya hay países que han empezado a estabilizarla, como Costa Rica y Uruguay.

Covid-19 en América Latina, casos confirmados hasta el 26 de abril

País

Casos

1er caso reportado

Brasil

63.100

26 de febrero

Perú

27.517

6 de marzo

Ecuador

22.719

29 de febrero

México

14.677

28 de febrero

Chile

13.331

3 de marzo

República Dominicana

6.135

1ro de marzo

Panamá

5.779

10 de marzo

Colombia

5.379

6 de marzo

Argentina

3.892

3 de marzo

Cuba

1.369

11 de marzo

Bolivia

950

10 de marzo

Costa Rica

695

6 de marzo

Honduras

661

11 de marzo

Uruguay

606

13 de marzo

Guatemala

500

13 de marzo

Venezuela

325

13 de marzo

El Salvador

298

18 de marzo

Paraguay

228

7 de marzo

Haití

74

19 de marzo

Nicaragua

13

18 de marzo

Total LatAm

168.248

 

Total Mundial

2.971.831

 

Cifras a las 06:30 GMT del 27 de abril de 2020. Fuente: Centro de Recursos sobre el Coronavirus, Universidad Johns Hopkins.

3. Lo que dicen las muertes

En teoría, el número de muertes por covid-19 debería ser un mejor indicador del avance de la pandemia en la región. Pero los números oficiales tampoco parecen estarlas registrando adecuadamente.

La tendencia, sin embargo, es clara: a nivel regional las muertes también siguen aumentando exponencialmente.

Aún así, la curva latinoamericana progresa a un ritmo menor que el observado en Europa y Estados Unidos en momentos similares de la pandemia.

Aunque, como ya se indicó, en todos lados los número reales son probablemente mucho mayores que lo que reconocen las cifras oficiales.

Por ejemplo solo en Guayas, Ecuador, en la primera quincena de abril se registró una sobremortalidad de 5.703 fallecimientos (es decir, de muertos por encima del promedio habitual para esas fechas), de los cuales únicamente 127 fueron diagnosticados con covid-19.

Y es altamente probable que lo mismo esté ocurriendo en muchas otras partes de América Latina.

4. Los países con más muertos

Un vistazo a los muertos por covid-19 en los países que han reportado más fallecimientos, sin embargo, puede ayudar a identificar tendencias interesantes.

El ritmo de muertes en Perú, por ejemplo, es muy inferior al del aumento de contagios, mientras que en México ocurre justamente lo contrario.

Y, si se utiliza este indicador, que en el caso mexicano probablemente es mucho más preciso que el de contagios, México ya es el segundo país más afectado de la región, después de Brasil.

Obviamente el tamaño de la población de ambos países debe ayudar a poner las cosas en perspectiva: los 2 muertos por cada 100.000 habitantes de Brasil y el 1 por 100.000 de México, sugieren un impacto relativo menor que el de Panamá (3,9), Ecuador (3,3), República Dominicana (2,6) y Perú (2,2).

Pero su ritmo de progresión, que es lo que estamos comparando aquí, es mucho más rápido: durante la última semana, Brasil y México duplicaron su número de muertos, lo mismo que Perú, pero para ello Panamá necesitó de dos semanas, República Dominicana de 16 días y Ecuador de 18.

(Una vez más, sin embargo, valga la advertencia sobre los problemas con las cifras oficiales).

5. ¿Un virus con diferentes letalidades?

La tasa de letalidad -es decir, el porcentaje de fallecidos del universo de casos confirmados- también puede ayudar a poner en perspectiva las otras cifras disponibles.

Obviamente, este indicador puede ayudar a dar una idea de la capacidad de respuesta de los sistemas de salud de los diferentes países de la región, y por ende no debería sorprender que entre los países que mejor parece estar haciéndolo sean Costa Rica, Chile y Uruguay.

Pero, una vez más, la comparación entre países debe tomar en cuenta las diferencias en la realización de pruebas diagnósticas: si se realizan pocas, o estas se centran casi exclusivamente en los pacientes más graves, la letalidad será necesariamente mayor.

Y eso es lo que podría estar ocurriendo en algunos países centroamericanos, con la elevada tasa de letalidad de Nicaragua, Honduras e incluso México muy probablemente indicando un subregistro de casos.

6. ¿Menos mortal que en España, China y EE.UU.?

La comparación de las tasas de letalidad de los diferentes países latinoamericanos con el promedio regional y con algunos países emblemáticos de la pandemia también puede resultar bastante útil.

Por ejemplo, si la diferencia es muy grande, y no hay explicaciones lógicas para ello, las probabilidades de un subregistro de casos es mucho más elevada.

De hecho, tomada en su conjunto la mortalidad del covid-19 en América Latina resulta ligermanente menor que la de China y Estados Unidos, que curiosamente presentan tasas muy similares.

Y entre los factores que pueden explicarlo están que la región actualmente está en una etapa mucho más temprana de la pandemia y que los países latinoamericanos pudieron imponer medidas de aislamiento social mucho antes.

Mientras que la mayor diferencia con España, por su parte, también podría ser en parte resultado de la mayor juventud de la población latinoamericana.

Las diferencias ya mencionadas en capacidad diagnóstica, sin embargo, también pueden ser clave.

Y la verdadera letalidad del coronavirus en todos los países solamente podrá ser establecida con algo de seguridad dentro de unos años.

7. Arranque rápido, progresión más lenta

Y para terminar una última comparación, siempre con el país en el que se originó la pandemia (China) y con los dos más afectados hasta la fecha (Estados unidos y España): la progresión del contagio.

Cómo se puede apreciar en el gráfico, las cifras oficiales sugieren que América Latina empezó a contagiarse a un ritmo más acelerado que Estados Unidos y España, que luego la superaron.

Y, en estos momentos, la curva latinoamericana es mucho menos pronunciada que la de EE.UU.

España, por su parte, ya parece haber empezado a estabilizar su curva de contagios, como ya lo hizo China, algo que todavía no ha empezado a ocurrir en América Latina.

La gran pregunta ahora es hasta dónde subirá esa curva.

Publicidad