La amenaza del coronavirus se ha vuelto global.

Desde que se reportaron los primeros casos en China en diciembre pasado, lo que más se temía ha sucedido: la enfermedad se ha expendido por casi todo el mundo y promete convertirse en una pandemia.

Más de 90.000 personas se han contagiado y cerca de 3.000 han muerto en los últimos tres meses como resultado del virus, cuyo origen sigue siendo una incertidumbre para los científicos.

Sin embargo, aunque se han reportado casos de la enfermedad en más de 70 países, la mayor parte de los contagios y muertes siguen estando en China y, en especial, en la ciudad de Wuhan, donde se detectaron los primeros enfermos.

Desde enero pasado, Hubei, la provincia en el epicentro de los contagios, se encuentra en cuarentena y el gobierno chino ha limitado ferozmente la movilidad en la zona, aunque la enfermedad finalmente se ha propagado por todos los continentes, con excepción de la Antártica.

Ahora, a medida que los casos se expanden por el resto del mundo, en China han comenzado a disminuir.

Y si bien los expertos coinciden en que se trata en parte de la curva natural de las epidemias, que suelen decrecer tras un punto máximo, también creen que tiene que ver las formas en las que se ha manejado la crisis en el país asiático.

Entre las críticas y los halagos que se le hecho al gobierno chino por la forma en la que lidiado con el coronavirus, los países por los que se comienza a difundir ahora podrían también encontrar algunas lecciones.

Aquí te contamos cinco de ellas.

1. No causar pánico

Desde que China reconoció la presencia del virus y puso en cuarentana a más de 750 millones de personas para evitar la difusión de los contagios, los temores se han difundido más allá de sus fronteras e, incluso, de Asia.

El miedo que ha generado la propagación del virus ha llevado a caídas en las bolsas, en los precios del petróleo e incluso ha impactado en la industria del turismo y los viajes.

Y si bien las autoridades sanitarias advierten que se deben de tomar todas las medidas posibles para evitar la propagación del virus, principalmente entre poblaciones de riesgo, las estadísticas médicas desde China muestran algunas señales de alivio.

Pese a que el país reporta el mayor número de contagios a nivel global, más de la mitad de los casos detectados en meses previos se han recuperado: 47.204 de un total de 80.000 pacientes, según la Comisión Nacional de Salud de China.

De hecho, los datos médicos hasta ahora indican que la tasa de mortalidad del virus es aproximadamente del 2%, que es más alto que el de la influenza común (0,1%,), pero menor que otros que se han propagado en los últimos años, como el SARS (9,6%) o el MERS (35%).

Según un estudio difundido el mes pasado por China, para gran parte de las personas, los síntomas de covid-19 se parecen a los de un resfriado común y pueden desaparecer por sí solos, mientras la mayor amenaza es para adultos mayores o con condiciones de riesgo.

Las autoridades médicas advierten, no obstante, que se debe intentar al máximo reducir los contagios por los problemas que puede implicar para ciertos grupos poblaciones o para los propios sistemas de salud.

2. Evitar el desabasto de productos necesarios

Las llamadas "compras de pánico", cuando la gente sale compulsivamente a adquirir cosas que realmente no necesitan, se han disparado en medio mundo por temor a los contagios.

En China, que por años ha sido el productor de gran parte de lo que consume el resto del mundo, muchos hospitales de Wuhan dieron señales de alerta por la escasez de cosas necesarias para contener el brote, ya no solo medicamentos, sino también guantes o mascarillas faciales.

El fenómeno que después se ha dado en países como Hong Kong o Corea del Sur se ha expandido también a Latinoamérica y en muchas farmacias y mercados locales productos como las mascarillas, geles antibacteriales o vitamina C se han agotado.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió esta semana que esta situación podría llevar a que escaseen estos productos para los lugares donde realmente se necesitan, como en China.

En Japón, por ejemplo, la compañía de electrodomésticos Sharp tuvo que comenzar a utilizar sus fábricas para producir mascarillas, ante la amplia demanda del mercado.

3. La transparencia puede evitar más contagios

Críticos del gobierno chino han señalado que, como antes pasó con el SARS, las autoridades inicialmente minimizaron la importancia del nuevo brote o trataron de ocultar su magnitud.

Diversos reportes de disidentes desde dentro de China indican que las autoridades de Wuhan ocultaron la difusión del virus durante varias semanas, lo que retrasó una respuesta adecuada y aumentó la propagación del virus.

También que han perseguido o arrestado a personas que trataban de difundir los impactos que el gobierno presuntamente ocultaba.

Ahora que el virus se propaga por medio mundo, varios gobiernos, incluido el de Japón, han sido señalados de mentir sobre las cifras oficiales.

En América Latina, críticos de varios gobiernos también han denunciado que se ha estado ocultando casos o cifras reales de contagio.

Según la OMS, la transparencia sobre la enfermedad garantiza no solo la preparación de los sistemas de salud, sino también que puede ayudar a prevenir la propagación y evitar noticias falsas sobre la enfermedad.

David Heymann, quien dirigió la unidad de enfermedades infecciosas de la OMS durante el brote de SARS, le contó con anterioridad a la BBC la transparencia es un factor clave para prevenir la propagación de virus, especialmente los desconocidos.

Esto, según el especialista, ayuda a que se implementen las medidas de control adecuadas y la prevención de infecciones que pueden llevar a la contención de los brotes.

Para esto, recomienda que la información de salud pública sea compartida por la OMS y los gobiernos locales donde sea que el coronavirus se manifieste.

4. La cooperación de la comunidad médica mundial es necesaria

Según Heymann, la cooperación de la comunidad médica a nivel internacional para hacer frente a este tipo de epidemias resulta fundamental para la contención.

Una de las primeras medidas que tomó China tras la detección del nuevo coronavirus fue compartir la información médica disponible con la comunidad internacional.

El país publicó rápidamente el mapa genético del virus para ayudar al trabajo de otros investigadores a estudiarlo mejor y facilitar el trabajo de farmacéuticas y centros de investigación para probar nuevas vacunas.

La cooperación entre diversas instituciones médicas ha hecho que ya varias vacunas estén en fase de investigación, mientras publicaciones médicas han recibido una avalancha de estudios de expertos a nivel mundial.

Varios países han comenzado a prepararse para la eventual llegada a sus territorios tomando como ejemplo el caso chino.

De hecho, algunos, como Chile, han anunciado que enviarán expertos a China para estudiar la forma en la que han combatido la enfermedad.

5. El acceso a la salud

Uno de los factores que la OMS ha destacado de China fue la respuesta de su comunidad médica.

Más de 40.000 doctores, enfermeras y otros miembros del personal de salud de todo el país acudieron de forma voluntaria a la provincia afectada para apoyar a sus colegas locales en la contención del virus

Otro de los aspectos que se ha destacado es el acceso que han tenido a los servicios de salud todas las personas enfermas o presuntamente contagiadas.

Y no se trata solo de que el país construyó nuevos hospitales en una semana para atender a los infectados por el virus, sino que garantizó el acceso gratuito a las pruebas y a la atención médica.

Ahora que el virus se esparce por varios países, la OMS ha alertado sobre los peligros que implicarían los costos de las pruebas o de atención de los servicios de salud para hace frente a una epidemia de este tipo.

En Estados Unidos, por ejemplo, los precios de los exámenes para detectar el virus rondan los US$3.000, por lo que existe el temor de que muchas personas sin seguro médico (casi 28 millones) o con un seguro limitado se frenen de acudir a los hospitales aunque presenten síntomas.

En muchos países de América Latina y del resto del mundo, donde el acceso a la salud no es gratuito, se podría presentar un panorama similar.

Mientras, la situación podría ser incluso más complicada en lugares donde no existe el personal médico capacitado o no cuenten con las pruebas necesarias para detectar el virus.

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