Un tribunal de Brasil condenó a cuatro hombres a largas penas de cárcel por la muerte de 242 personas en un incendio en un club nocturno durante una fiesta en 2013.

El fuego empezó cuando miembros de una banda que actuaba en el club Kiss, en la sureña ciudad de Santa Maria, prendieron unas bengalas que se propagaron al techo.

Hubo una estampida y la mayoría de las víctimas murieron por inhalación de humo.

Los dos propietarios del club y dos miembros de la banda fueron declarados culpables de asesinato e intento de asesinato en un tribunal de Porto Alegre.

Una investigación policial determinó que las llamas de una bengala encendida por la banda Gurizada Fandangueira en el escenario prendió el material de aislamiento del club que a su vez produjo los gases tóxicos.

Según los hallazgos, el local no tenía extintores en funcionamiento y no había una buena señalización de emergencia. Las autoridades encontraron solo dos salidas de emergencia.

El incendio ocurrió durante una fiesta universitaria y la mayoría de las víctimas eran estudiantes de entre 17 y 30 años de edad. Hubo más de 600 heridos.

Un juicio seguido por TV

En el juicio se oyó el testimonio de 14 sobrevivientes y otros 19 testigos.

Las sesiones se transmitieron en vivo por televisión y otras plataformas, y atrajeron una gran atención del público.

Kátia Giane Pacheco Siqueira, exempleada de Kiss y una de las sobrevivientes, ofreció una emotiva declaración en la que describió los 21 días que pasó en el hospital con quemaduras en el 40% del cuerpo.

"Gritaba que no quería morir", recordó. También dijo que la política del club era: "Cuanta más gente dentro, mejor".

Elissandro Spohr y Mauro Hoffmann, los dueños del club, fueron sentenciados a 22 y 19 años de cárcel respectivamente. Los miembros de la banda Marcelo de Jesus dos Santos y Luciano Bonilha Leão recibieron sendas penas de 18 años de cárcel.

Sin embargo, los cuatro fueron puestos en libertad y seguirán libres mientras sus abogados apelan la sentencia.

El desastre, uno de los incendios más mortales de Brasil, llevó a una reforma de las regulaciones de los clubes nocturnos y locales similares en todo el país.

 

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