Mucho se está hablando de la neutralidad de internet en Estados Unidos.
Todo después de que este jueves la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés) de dicho país acabara con esta al derogar una serie de normas que hasta ahora impedían que las compañías proveedoras de internet bloquearan, ralentizaran o discriminaran a favor o en contra de ciertos contenidos o plataformas, cobrando distinto en función de ello.
El objetivo de la neutralidad de la red es asegurar una internet abierta, en la que haya condiciones igualitarias para todos los consumidores al tiempo que se evita que los prestadores de servicio de banda ancha favorezcan sus propios contenidos o los de las empresas que paguen un canon.
El cambio de las reglas aprobado este jueves bajo el auspicio del gobierno de Donald Trump ha sido duramente criticado por las organizaciones que defienden una internet libre, así como por grandes compañías del sector como Facebook y Alphabet, la empresa matriz de Google, y el Partido Demócrata.
Pero EE.UU. no estará solo en el mundo al no contar con leyes que protejan la neutralidad en la red.
¿Qué enseñan las experiencias de otros países sobre cómo será navegar en una red menos igualitaria, abierta y accesible?
Segmentación por temas
Como miembro de la Unión Europea, Portugal está regida por leyes de neutralidad de internet que prohíben a las empresas disminuir la conexión o bloquear el acceso a determinados servicios.
Sin embargo, lo que no está regulado es la "tasa cero", es decir, ofrecer contratos en los cuales ciertas aplicaciones o páginas web no consumen datos del paquete general.
Eso es lo que explicó el parlamentario demócrata Ro Khanna en un tuit de octubre pasado que se volvió viral, que dice: "En Portugal, sin neutralidad de la red, los proveedores de internet están empezando a dividir la red en paquetes".
La imagen muestra las tarifas diferenciales del proveedor de internet portugués Meo según qué tipo de aplicaciones desee priorizar: mensajería (WhatsApp, Skype, FaceTime, etc.), redes sociales (Facebook, Instagram, Twitter, etc.), video (YouTube, Netflix, etc.), música (Spotify, SoundCloud, etc.) o correo electrónico y servicios en la nube (Gmail, iCloud, etc.).
"Esto se ha interpretado incorrectamente como una falta de neutralidad de internet, pero es una estrategia permitida siempre y cuando el proveedor no desacelere los datos de otras fuentes", explica el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE), una asociación de profesionales con sede en EE.UU.
De hecho, las compañías de internet en EE.UU. lo hacían aún bajo las normas de neutralidad creadas en 2015 por el gobierno del expresidente Barack Obama.
Por ejemplo, los usuarios móviles de AT&T, propiedad de DirecTV, pueden ver gratis este servicio de contenidos audiovisuales. Lo que hasta ahora estaba prohibido en el país norteamericano era entorpecer la conexión de aquellos clientes que quisieran ver Netflix o cobrarles más por ello.
La implementación de la "tasa cero" ha sido denunciada en varios países de la Europa por organizaciones como La Quadrature du Net, la cual sostiene que esta práctica comercial ubicada en la zona "gris oscura" de la ley debería ser regulada.
Sin embargo, el ejemplo portugués ha prevalecido en los medios y redes, probablemente por influencia del tuit de Khanna.
Hiperfragmentación
"Portugal es una versión más generosa de lo que sucede en países de Centroamérica y África", dice Renata Ávila, asesora seniorde la organización World Wide Web Foundation en temas de derechos digitales.
Como abogada guatemalteca especializada en propiedad intelectual y tecnología el ejemplo que mejor conoce es el de su propio país.
Debido a que en Guatemala la neutralidad de la red "está regulada de forma laxa", las compañías ofrecen paquetes prepago con acceso no ya a un conjunto de servicios similares, sino a una aplicación sola, explica a BBC Mundo.
"Pero en los hechos, lo que los usuarios hacen es tener una tarjeta SIM con WhatsApp gratuito ilimitado, otra con Facebook y otra con ciertos megas de navegación diarios", cuenta Ávila.
Luego van cambiando las tarjetas según sus necesidades o directamente usan teléfonos que tienen entradas para más de una.
Según Ávila, el más desfavorecido por esta hiperfragmentación del acceso a internet es aquel "que tiene poco dinero para conectarse, que es justamente el usuario al que hay que empoderar, ayudar que amplíe su horizonte, que postule a trabajos online".
"Son usuarios que darán prioridad a lo más barato e indispensable, que es el internet de consumo y pasivo, pero perderán la posibilidad de acceder al internet de la creación e innovación", dice.
Y pone un ejemplo: "Es como que te inviten a una biblioteca con todos los libros del mundo, pero solo te dejen ver uno".
Ávila estima que, bajo las nuevas normas estadounidenses, es probable que prevalezca el modelo portugués, pero que el guatemalteco se imponga en los sectores más marginales.
La falta de neutralidad en la red tiene tres implicaciones centrales, dice:
- Económicas, porque da menos opciones a los consumidores y las pequeñas empresas que no pueden competir
- Sociales, porque te ofrece una visión limitada de internet y, por ende, del mundo
- Políticas, porque las compañías telefónicas ganan aún más poder, pudiendo limitar o bloquear el acceso a ciertos contenidos, por ejemplo, periodísticos
Censura y monopolio
La falta de neutralidad de internet ha generado distintos tipos de abusos por parte de gobiernos y empresas a lo largo del mundo.
En 2016 en Marruecos, por ejemplo, múltiples proveedores de internet acordaron bloquear los servicios de llamadas online como Skype o WhatsApp, informó la revista estadounidense Slate.
El objetivo era potenciar las llamadas telefónicas, pero debido a las protestas del público, la prohibición fue eliminada.
Otro ejemplo narrado por Slate sucedió en 2005 en Canadá, donde la empresa de telecomunicaciones Telus bloqueó el acceso al sitio web del sindicato que convocaba a una huelga contra la firma.
También existen ejemplos de censura gubernamental online por parte de países como China y Rusia.
En este último país existen leyes de neutralidad de internet desde el año pasado, centradas en el acceso no discriminatorio al contenido.
Según el IEEE, "un acercamiento neutral a los información no significa que se permita cualquier contenido, y un gobierno aún puede optar por bloquear el acceso a gran parte de internet si tiene la capacidad de hacerlo".
De hecho, Australia no tiene leyes que protejan la neutralidad en la red "y es poco probable que eso cambie en el corto plazo", dice el IEEE.
Si bien la "tasa cero" está muy extendida en el país, asegura el IEEE, debido a la gran cantidad de proveedores de internet (63), las fuertes leyes de protección del consumidor que prohíben el bloqueo o ralentización de contenidos, y las políticas de transparencia, en los hechos la neutralidad está protegida.
Sin embargo, para Ávila, lo mejor es tener leyes específicas y actualizadas que den una mayor certeza jurídica y ayuden a defender esta "poderosa herramienta de creatividad".