Delcy Rodríguez dio un paso más en su carrera en la cúpula del Estado venezolano al ser nombrada este jueves vicepresidenta ejecutiva por el presidente Nicolás Maduro.

El líder bolivariano siempre la ha considerado una de las personas de su máxima confianza, como dejó claro en el tuit en el que anunció que se convertía en su mano derecha en el Ejecutivo Nacional.

Rodríguez sustituirá en el cargo a Tareck El Aissami, que pasará ahora a ser vicepresidente del área económica y nuevo ministro de la recién creada cartera de Industrias y Producción Nacional, un intento de Maduro por "construir las bases del bienestar y la prosperidad futura".

El nuevo cargo de Delcy Rodríguez pone otra vez de manifiesto su cercanía a Maduro.

Hasta ahora venía ejerciendo como presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente, establecida por Maduro en la primavera de 2017 con el encargo de elaborar una nueva Constitución para el país.

La oposición no reconoce esta cámara, a la que considera un intento de Maduro de neutralizar los poderes de la Asamblea Nacional, el órgano legislativo previsto en la Constitución controlado por una mayoría contraria al mandatario desde las elecciones legislativas de 2015.

Rodríguez fue también recientemente designada presidenta de la denominada Comisión de la Verdad de la Asamblea Constituyente, establecida por Maduro tras su victoria en las elecciones presidenciales celebradas hace pocas semanas.

Desde ese puesto ha tenido gran protagonismo en la reciente liberación de 43 presos a los que las autoridades considera responsables de "violencia política" y las fuerzas de la oposición, así como instancias internacionales, califican como "presos políticos".

Esa liberación, el gobierno la presenta como un primer paso hacia la "reconciliación nacional".

Esta graduada en Derecho por la Universidad Central de Venezuela de 49 años, es hermana de Jorge Rodríguez, ministro de Información y Comunicación, es otro de los pesos pesados del chavismo.

Ambos son hijos de Jorge Rodríguez, histórico dirigente de la izquierda venezolana que murió en manos de los servicios de inteligencia en 1976.

Jorge Rodríguez padre fue fundador de la Liga Socialista, un movimiento político de ideas marxistas que es mayoría en la Constituyente y al que perteneció luego Maduro. Rodríguez es, desde su muerte, un mártir de la izquierda y ahora del chavismo.

La muerte de su padre reafirmó sus incipientes convicciones revolucionarias en sus años de juventud, en los que compatibilizó su brillante expediente académico con su papel de dirigente estudiantil.

"Yo sí sé lo que es una dictadura (?) A mi padre le costó la vida ser un disidente político", dijo en una entrevista en 2017 a BBC Mundo.

Maduro suele referirse a ella solo por su nombre de pila y fue con él en la presidencia cuando su carrera política despegó.

Antes, en tiempos de Chávez había sido directora de Asuntos Internacionales del Ministerio de Energía y Minas y vicecanciller de Venezuela para Europa. Pero quedó apartada del círculo de confianza del entonces presidente.


Una escudera "probada en mil batallas"

por Daniel García Marco, corresponsal de BBC News Mundo en Caracas

"Probada en mil batallas", ese fue uno de los elogios que Nicolás Maduro le dedicó en Twitter al nombrarla vicepresidenta, número dos del Ejecutivo.

Tras ser ministra de Información, canciller y presidenta de la plenipotenciaria Asamblea Constituyente, cuya creación en una polémica interpretación constitucional fue una de las estrategias políticas más hábiles de Maduro para golpear a la oposición, Delcy sigue ascendiendo.

Y es que Delcy Rodríguez es a Maduro lo que Maduro fue a Chávez

Su papel recuerda al que tuvo el presidente para el fallecido Hugo Chávez. El actual mandatario presidió el Parlamento y luego fue jefe de la diplomacia durante siete años, el periodo de mayor expansión y éxito del chavismo en la política exterior.

Luego, ya enfermo, Chávez lo nombró vicepresidente, anticipando lo que sucedió en diciembre de 2012, cuando el comandante anunció que si algo le pasaba, el chavismo debía unir fuerzas detrás de Maduro.

Chávez murió en marzo de 2013 y Maduro ganó las elecciones un mes después. Pese a la crisis económica, ha ido cimentando su poder y en ello ha tenido un papel trascendental la lealtad de Delcy Rodríguez.


La nueva vicepresidenta fue además la elegida para la presidencia del partido Somos Venezuela, la nueva formación impulsada por Maduro y que ahora comparte protagonismo en el oficialismo con el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) heredado de la época de Hugo Chávez.

La suya ha sido una figura protagonista tanto en la política exterior del país, que dirigió como canciller desde finales de 2014 a 2017, como en la interior, en la que en ocasiones ha jugado el papel de interlocutora con dirigentes opositores.

Delcy Rodríguez mantuvo entrevistas con el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero, que encabeza la misión de mediación auspiciada por Unasur que intenta, sin éxito por ahora, que el gobierno y la oposición dialoguen y se entiendan en Venezuela.

Su afable sonrisa no impide que haya mostrado siempre una total firmeza en defensa del gobierno y la llamada "Revolución bolivariana".

Quienes la conocen la caracterizan como una mujer "muy inteligente" y dogmática".

Firmeza en la Cancillería

Con Maduro fue que llegó al gobierno. Primero como ministra de Comunicación e Información y luego como la primera mujer canciller de Venezuela. Siguió así los pasos del propio Maduro, encargado de Exteriores con Chávez antes de ser nombrado vicepresidente.

En la tribuna internacional defendió con vehemencia y combatividad a un gobierno que ha ido perdiendo aliados en la región, llegando a presentarse a una cumbre de Mercosur de la que Venezuela había sido excluida y ocupando un asiento que nadie le había reservado.

También cargó con dureza, aunque siempre sin perder su sonrisa característica, contra los intentos de aislar a Venezuela en la Organización de Estados Americanos (OEA).

Su lealtad tiene ahora un nuevo premio, la vicepresidencia ejecutiva, el más alto cargo del gobierno solo por debajo del propio presidente.

Asumirá el reto en un contexto marcado por la división imperante en el clima político nacional y las dificultades económicas que sufre la población.

Publicidad