Mientras las balas silbaban por las calles y el gas lacrimógeno se arremolinaba en el aire como una niebla tóxica, Florin y Mariuca Talpes se dieron cuenta de que sus vidas nunca volverían a ser las mismas.

Poco sabía la pareja entonces que se convertirían en dos de los líderes empresariales más exitosos de su país.

Fue en diciembre de 1989 cuando Florin y Mariuca quedaron atrapados en la Revolución rumana.

"Estábamos en la calle en medio de las balas y los gases lacrimógenos", dice Mariuca, que tenía 26 años en ese momento, "teníamos dos niños gemelos de 3 años... Le dije a Florin que se fuera a casa a cuidarlos".

Sus hijos salieron ilesos del violento derrocamiento del dictador Nicolae Ceausescu y su régimen comunista.

Pero, de repente, Mariuca y Florin, que entonces tenía 32 años, enfrentaron un futuro económico incierto.

A medida que el aparato estatal se iba desintegrando, no estaban seguros de si mantendrían sus trabajos en el Instituto de Investigación Informática del gobierno; y si, de mantenerlos, les pagarían.

En enero de 1990 ambos renunciaron para establecer su propia compañía.

En un país donde la empresa privada había sido prohibida bajo el gobierno comunista, ninguno de los dos tenía experiencia en la gestión de un negocio, pero pensaron que era un riesgo que valía la pena tomar a pesar de cierta oposición dentro de sus familias.

Hoy en día su negocio, Bitdefender, es uno de los proveedores más populares del mundo de software de ciberseguridad y antivirus. Con ingresos anuales de más de U$$120 millones, la empresa tiene un valor de US$600 millones.

"Mi madre gritaba '¿estás loca?'", recuerda Mariuca, de 54 años. Su padre, un actor rumano, le dio a la pareja US$300 para ayudarlos a despegar.

La primera versión del negocio se llamaba Softwin, y la idea era que ofrecería servicios de soporte de software para empresas de Occidente.

Su primer cliente vino de Francia, y Florin admite que él y Mariuca tuvieron que aprender de la peor manera que en el mercado libre el cliente tenía que estar completamente feliz porque simplemente podía irse a otra parte, algo que no era el caso bajo el comunismo, pues no había competencia.

"Tuvimos que aprender rápidamente lo que significa tener un cliente insatisfecho y qué hacer para satisfacerlo", dice Florin, de 60 años.

"Veníamos del sistema comunista que no necesariamente acentúa la calidad... fue como una ducha fría".

Mariuca agrega: "Fue un choque cultural".

No sólo eran rápidos para aprender sino también muy buenos en la programación informática.

Pronto otra empresa occidental los contactó para ver si Softwin podía arreglar un juego de tenis que estaban haciendo. Querían que la pelota se moviera con más fluidez.

Softwin continuó creciendo hasta 2001, cuando se transformó en el aún más popular Bitdefender, con un crecimiento liderado por comentarios positivos y recomendaciones de boca en boca a medida que el uso de internet proliferaba en el mundo.

Bitdefender tiene 500 millones de clientes (59% de miembros del público y 41% de empresas) que pagan para descargar su software desde su sitio web.

Mariuca admite que a veces ser rumano ha sido un obstáculo, debido a la opinión negativa que algunos tienen del país.

"Creo que muchos occidentales pensaban que salíamos de cuevas, por vivir en un país pobre... sin educación".

Pero agrega que dentro de la industria, los rumanos tienen una excelente reputación porque hay una gran cantidad de especialistas informáticos que trabajan en el extranjero.

Florin señala que siempre tiene que trabajar duro para estar más avanzado que los ciberdelincuentes.

"Cuando comenzamos, los atacantes eran activistas o jóvenes en busca de venganza. Hoy en día se trata de crimen organizado. Es una industria: el delito cibernético".

"La gente tiene todos sus dispositivos conectados a internet, y todos son como puertas y ventanas para ladrones".

Rik Turner, analista de la consultora Ovum, dice que Bitdefender ha jugado un "juego astuto" al estar en los mercados de consumo y de negocios, y "haciendo licencias con otros proveedores de seguridad para que puedan usar su tecnología en sus portafolios de productos más amplios".

Florin, quien tiene el título de director ejecutivo, lidera Bitdefender, mientras que Mariuca se ocupa de la compañía de software educativo Intuitex.

La pareja también reserva tiempo para un hobby que les apasiona: el baile de salón. Son campeones nacionales rumanos en su categoría.

"Las lecciones de baile nos recargan", dice Florin.

Bitdefender tiene 1.400 empleados en oficinas en 11 países y su sede en Bucarest. Alrededor del 40% de su negocio se encuentra en América del Norte.

Si bien la empresa tiene una cantidad de inversionistas externos, Florin y Mariuca mantienen una participación mayoritaria.

"En la vida y en los negocios tienes que adaptarte, aprender rápido y ser lo más ágil posible", apunta Florin.

Publicidad