Participar en las elecciones parlamentarias de diciembre o boicotearlas, ese dilema causa ya un auténtico cisma en el seno de la oposición de Venezuela.
El excandidato presidencial Henrique Capriles anunció este miércoles su intención de "no dejar a la sociedad civil sin opciones" de cara a los comicios, en abierto desafío a la estrategia de boicot marcada por Juan Guaidó.
La decisión de Capriles ya se veía venir desde el martes, cuando se evidenciaron las diferencias con Guaidó al saberse de la liberación de decenas de disidentes presos y después de Turquía revelara que mantenía una línea de diálogo abierta con el gobierno.
Guaidó, quien como titular de la Asamblea Nacional (AN) se proclamó presidente interino y ejerce de líder de la oposición, dijo que las liberaciones "obedecen a maniobras políticas" y llamó a "no convalidar el fraude electoral de la dictadura".
"Jamás estaremos dispuestos a aceptar acuerdos electorales que no permitan la verdadera expresión de la voluntad del pueblo", señala un comunicado del gobierno interino.
No en vano, los defensores del boicot consideran que los comicios no contarán con las mínimas garantías de que no habrá fraude y que el gobierno de Maduro buscará que tengan la mayor apariencia de legitimidad posible convenciendo a fuerzas de oposición para que participen.
"El dilema es luchar o no luchar"
Y esa postura de no acudir a las elecciones había sido acordada con las principales fuerzas de la oposición, incluida la facción liderada por Capriles.
Pero el excandidato presidencial, sobre quien pesa una inhabilitación para ejercer cargos púbicos, anunció este miércoles que no va a "dejar a la gente sin opción", aunque no ofreció detalles de cómo lo hará.
"Es un falso dilema participar o no participar. El dilema es luchar o no luchar, y yo he decidido luchar", dijo Capriles durante una transmisión por sus redes sociales este miércoles.
"Nosotros estamos peleando para que las elecciones sean libres y democráticas, esa es nuestra pelea, para que el pueblo venezolano pueda expresarse y que su voto sea respetado, contado", agregó.
Capriles insistió en que en Venezuela la oposición enfrenta "un régimen que no es democrático". "El tema es cómo esa elección nos permite seguir abriendo caminos en este país".
"Si vas al proceso, no legitimas a Maduro, es una falsedad (...) si el régimen no democrático, la dictadura, deja una rendijita, tenemos que meter la mano para después meter el pie. Nadie hubiese imaginado que iban a salir presos... quizás hay una rendijita", dijo.
"Nadie sabe lo que puede pasar, pero sí estoy seguro que nada va a pasar convocando a no hacer nada o convocando a seguir en la actual situación".
Por qué es un problema para Guaidó
Cuando se declaró presidente interino, Guaidó logró aglutinar bajo su liderazgo a la heterogénea oposición venezolana.
Pero a medida que pasaron los meses y su estrategia para derribar a Maduro no daba resultado, creció el malestar y políticos opositores de otros partidos empezaron a deslizar las críticas en privado.
Hace pocos días, le retiró su apoyo María Corina Machado, una histórica opositora considerada de las más radicales contra el gobierno.
Y en los últimos meses proliferaron las voces que ponen en duda las sanciones estadounidenses y reclamaban un enfoque a la cuestión electoral que fuera más allá de la mera negativa a participar.
Los últimos acontecimientos hacen evidente que se resquebraja la unidad con la que las fuerzas opositoras se habían enfrentado al chavismo.
La liberación de presos supone un contraste evidente con los escasos resultados de la política de Guaidó. En total, la lista de beneficiarios del indulto supera el centenar.
Entre ellos, se encuentran algunas figuras relevantes de la oposición, como Roberto Marrero, jefe de gabinete de Guaidó cuando fue encarcelado, o Juan Requesens, diputado de Primero Justicia acusado de participar en el intento de asesinar a Maduro con un dron explosivo en agosto de 2018.
También hay históricos legisladores antichavistas, como Henry Ramos Allup, o chavistas desencantados que acabaron siendo críticos de lo que juzgan deriva autoritaria del país bajo el mando de Maduro, como Nícmer Evans.
Ni el propio Guaidó, ni Leopoldo López, dirigente opositor considerado su mentor político que permanece refugiado en la residencia del embajador de España en Caracas, se han beneficiado de la medida. Tampoco Capriles, sobre quien pesa una inhabilitación para acceder a cargos públicos.
Tras la puesta en libertad de Requesens, Capriles comenzó a llenar su cuenta de Twitter con noticias de los liberados y mensajes de celebración y reivindicación. Pero Guaidó se apresuró a rechazar lo que calificó de "iniciativas personales".
Luis Vicente León, analista de la consultora Datanálisis, se pregunta en su cuenta de Twitter: "¿Quién recibirá el apoyo de las mayorías? ¿Quien te ofrece liberar los presos y atender los problemas un día siguiente abstracto y esquivo o quien hace algo concreto, incluso negociar con el diablo, para resolverlo hoy?".