Uno de los peores incendios en la historia reciente de Estados Unidos avanza por la región del vino de California, y deja a su paso una estela de muerte, cenizas y destrucción.

Más de 30.000 residentes fueron evacuados y unas 30.000 hectáreas de terreno quedaron arrasadas por las llamas.

El gobernador de California, Jerry Brown, declaró el estado de emergencia para la zona.

De acuerdo con los reportes de los bomberos, cuatro empresas vinícolas quedaron destruidas y hay más de 91.000 casas y negocios sin electricidad.

Todavía no se sabe cómo empezaron los incendios el domingo por la noche. Según los expertos, el fuego avanzó a gran velocidad por la combinación de fuertes vientos, con baja humedad y un tiempo seco y caluroso.

"Todo parece una infernal zona de guerra", declaró la supervisora ??del condado de Sonoma, Shirlee Zane, quien examinó el daño en la región desde un helicóptero.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emitió una declaración de desastre para California, lo que provee recursos federales para los gobiernos locales que necesitan ayuda urgente.

Numerosos complejos industriales quedaron destruidos.

El condado de Sonoma, en el norte de San Francisco, se lleva hasta ahora el peor saldo de la devastación: 11 de las muertes tuvieron lugar allí y en ciudades como Santa Rosa están destruidos distritos completos.

Al menos 23 personas perdieron la vida, más de 600 están desparecidas y unas 2.000 propiedades han sido destruidas, según recuentos preliminares de las autoridades.

El Servicio Nacional del Tiempo emitió una alerta para la zona de San Francisco, donde el humo comenzó a llegar este miércoles.

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