El Fortune, el primero de los cinco tanqueros iraníes enviados con gasolina para Venezuela, ya se encuentra en aguas venezolanas, según informó la televisión estatal del país sudamericano.
El ministro de Defensa venezolano ya anunció el pasado miércoles que la Armada de su país escoltaría los buques cuando se encontraran en su Zona Económica Exclusiva.
El anuncio del envío de los buques había despertado especulaciones sobre una posible respuesta de Estados Unidos, cuyas sanciones pesan tanto sobre Venezuela como sobre Irán y que tiene desplegada una misión naval contra el narcotráfico en aguas del Mar Caribe.
Teherán había advertido que cualquier maniobra hostil de Washington tendría consecuencias y el presidente iraní, Hassan Rohani, dijo en un comunicado: "Esperamos que Estados Unidos no cometa ningún error".
Se estima que la flotilla de buques transporta alrededor de un millón y medio de barriles de gasolina adquiridos por el gobierno de Nicolás Maduro.
Pero no se ha dado información de cuál será su destino final.
Venezuela sufre una escasez severa de combustible después de que la mala gestión de la petrolera estatal llevara al colapso de sus refinerías.
E problema se agravó después de que en marzo Washington sancionara a la multinacional rusa Rosneft, que entregaba gasolina a Venezuela a cambio de crudo.
El gobierno impuso poco después un estricto racionamiento bajo control de la Guardia Nacional que ha obligado a los venezolanos a hacer largas colas.
Estados Unidos considera Irán uno de los países patrocinadores del terrorismo y a Nicolás Maduro un gobernante ilegítimo, por lo que ha impuesto en los últimos años sanciones contra ambos gobiernos.
El Departamento de Estado cree que la petrolera estatal venezolana, PDVSA, está pagando "con toneladas de oro" los servicios iraníes.
Para Irán, cuya economía se resiente por el efecto de las sanciones y el gran impacto que ha tenido allí la pandemia de covid-19, el oro venezolano le permitiría obtener fácilmente liquidez.
Los expertos calculan que el envío de gasolina iraní deberá servir para cubrir el consumo nacional en época de cuarentena durante 1 ó 2 meses, pero advierten que no será una solución definitiva al problema de la escasez de combustible en Venezuela.
Por qué Maduro pide ayuda de Irán
Ya en la época del fallecido expresidente Hugo Chávez, la Venezuela socialista construyó una buena relación con la República Islámica.
David Smilde, analista del centro de análisis Washington Office of Latin America, le dijo a BBC Mundo que "la cooperación es natural porque ambos se ven como socios estratégicos en un mundo multipolar y los dos son estados forajidos para Estados Unidos".
"Si es cierto que Venezuela está pagando en oro, tiene sentido que Irán arriesgue varios buques y su carga, ya que está desesperadamente necesitada de ingresos debido a las sanciones", indica por su parte el periodista de la BBC Kasra Naji.
Venezuela atraviesa una de las peores crisis económicas de la historia reciente.
Su Producto Interno Bruto ha caído más del 50% desde que Nicolás Maduro llegó al poder en 2013 y millones de venezolanos han abandonado su país. El coronavirus y la caída de los precios del crudo no han hecho sino empeorar las cosas para la nación petrolera.
La mala gestión y la corrupción en la petrolera estatal en los últimos años llevaron al colapso a sus refinerías, lo que hizo desaparecer la producción local de gasolina.
Durante meses, el gobierno venezolano sorteó este problema entregando petróleo crudo a cambio de gasolina a sus clientes, principalmente la compañía de mayoría rusa Rosneft.
Pero la Administración Trump lanzó en febrero y marzo dos rondas de sanciones contra las filiales de Rosneft que comercializaban el crudo venezolano en los mercados internacionales
Hasta que a finales de marzo, Rosneft anunció por sorpresa su salida de Venezuela. Un funcionario del Departamento de Estado de EE.UU. le dijo a BBC Mundo entonces que "se trataba de un intento de proteger sus activos de las sanciones".
Antonio de la Cruz, experto de la consultora Inter American Trends, cree que "entre los accionistas de Rosneft hay socios privados muy importantes que no podían poner en peligro la compañía por hacer negocios con Maduro y a Vladímir Putin no le quedó más remedio que tomar esa decisión".
Desde entonces, la gasolina está estrictamente racionada en Venezuela y la gente debe pasar la noche en enormes colas para conseguir no más de 30 litros.
"Maduro intenta ahora que los iraníes llenen el vacío que dejó Rosneft", indica De la Cruz.