El gobierno británico, encabezado por el conservador Boris Johnson, pedirá a la reina Isabel II que clausure las sesiones parlamentarias desde mediados de septiembre.

Esto significa que los legisladores probablemente no tendrán tiempo para aprobar leyes que puedan impedir la salida del Reino Unido de la Unión Europea sin acuerdo el 31 de octubre, fecha en la cual vence el plazo para el Brexit.

La idea de suspender el Parlamento, conocida como prórroga, ha causado controversia, y los críticos dicen que evitará que los parlamentarios puedan desempeñar su papel democrático en el proceso del "divorcio" de la UE.

El Brexit debía haberse llevado a cabo el pasado 29 de marzo, sin embargo, tuvo que se postergado hasta el próximo 31 de octubre ante la falta de acuerdo en el Parlamento británico sobre el acuerdo que la ex primera ministra Theresa May había alcanzado con Europa.

Johnson ha insistido en que quiere abandonar la UE el 31 de octubre con un acuerdo, pero que está dispuesto a hacerlo sin acuerdo antes que atrasar de nuevo el Brexit.

Esa posición ha provocado que varios parlamentarios de la oposición se unan para tratar de bloquear una posible salida sin acuerdo, y este martes anunciaron que tenían la intención de utilizar el proceso parlamentario para hacerlo.

Pero si el Parlamento se suspende el 10 de septiembre, como se sugiere desde el gobierno, solo tendrán unos días la próxima semana para impulsar los cambios.

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