En medio de la mayor crisis política que atraviesa desde que asumió la presidencia, Michel Temer insiste con su inocencia y pide al Tribunal Supremo de Brasil que anule la investigación en su contra por supuestos delitos de corrupción y obstrucción a la justicia.

Este sábado, a través de un mensaje a la nación, Temer cuestionó la validez de las grabaciones realizadas por uno de los dueños de la empresa JBS y en las que, según la Fiscalía, Temer avala la compra del silencio de un diputado preso por corrupción.

El mandatario, una vez más, aseguró que seguirá al frente del gobierno brasileño.

Después del mensaje presidencial, Temer no aceptó preguntas de los periodistas presentes en Planalto, la sede del gobierno ubicada en Brasilia.

Grabaciones

El presidente brasileño puso en duda la validez y credibilidad de las grabaciones realizadas por uno de los dueños del gigante cárnico JBS y en la que, según la Fiscalía, Temer permite que se soborne a un poderoso diputado preso por corrupción a cambio de su silencio.

Peritos contratados por medios locales señalaron este sábado que la grabación realizada por Joesley Batista, uno de los dueños de JBS, y que implica a Temer fue editada antes de ser entregada a la Fiscalía.

Este elemento fue citado por el presidente como una prueba de su invalidez.

"Esa grabación clandestina, fue manipulada y adulterada con objetivos nítidamente subterráneos", subrayó el mandatario, en su segundo pronunciamiento desde que estalló el escándalo, el miércoles.

Temer insistió en que no cometió ningún delito, que "nunca compró el silencio de nadie" y no obstruyó a la Justicia, como ha apuntado el Fiscal General, Rodrigo Janot, en el pedido de investigación que fue autorizado por el Tribunal Supremo.

"Estamos entrando con una petición en el Supremo para suspender la investigación hasta que sea verificada la autenticidad de la grabación clandestina", recalcó el jefe de Estado.

Ataques contra JBS

Temer también arremetió contra Joesley Batista, uno de los dueños de JBS y el autor de la grabación de la conversación entre ambos, y le acusó de haber cometido el "crimen perfecto" para obtener dinero y escapar de la justicia brasileña.

El mandatario, en el poder de manera oficial desde el 31 de agosto de 2017, dijo que Batista especuló con la moneda brasileña gracias a esa grabación, ya que, según rumores del mercado, compró una gran cantidad de dólares la víspera del escándalo consciente de la fuerte depreciación que sufriría el real.

Batista "está libre y suelto, paseando por Nueva York, y Brasil, que ya había salido de las más grave crisis económica de su historia, vive ahora días de incertidumbre", dijo el presidente.

Desde que saltó el escándalo, el pasado miércoles, Temer ha insistido en defender su inocencia y se aferra al cargo, en medio de la presión de la oposición y de algunos sectores de su base aliada para que renuncie.

Temer insistió en que el hecho de escuchar los actos ilícitos relatados por Batista en el encuentro que ambos mantuvieron en su residencia oficial no suponen un "delito" y recalcó que su único objetivo era "librarse del interlocutor".

"Yo continuaré al frente del Gobierno", dijo Temer en el momento de concluir su mensaje.

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