Un nuevo pulso político cobra intensidad en Sudamérica y ensombrece el futuro de las relaciones entre dos grandes economías de la región: Brasil y Argentina.

La pugna enfrenta directamente al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y al candidato argentino, Alberto Fernández, favorito para las presidenciales de octubre en fórmula con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Tras las elecciones primarias que fortalecieron a Fernández el domingo, Bolsonaro dijo que el retorno del kirchnerismo al poder provocaría una oleada de "argentinos huyendo" a Brasil, y advirtió: "No queremos eso".

Fernández respondió con dureza, acusando a Bolsonaro de ser "un racista, un misógino, un violento".

Este enfrentamiento del presidente brasileño con quien ahora es favorito en las elecciones argentinas hace asomar la posibilidad del regreso de una histórica rivalidad que había quedado atrás con su estratégica sociedad en el Mercosur.

"Lo vemos muy claro: después del resultado del domingo, las cosas pueden complicarse en las relaciones entre Brasil y Argentina", dice Paulo Velasco, profesor de relaciones internacionales en la Fundación Getulio Vargas, una universidad brasileña de élite, en diálogo con BBC Mundo.

¿Un apoyo conveniente?

Tras alcanzar la presidencia de Brasil en enero con un discurso de extrema derecha, Bolsonaro advirtió en diferentes ocasiones contra el retorno al poder del kirchnerismo, que asocia a los gobiernos socialistas venezolanos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

Al visitar Argentina en junio y reunirse con su par Mauricio Macri, que busca su reelección, Bolsonaro pidió a los argentinos que voten "con la razón y no con la emoción" en las elecciones de octubre.

Algunos observadores se preguntaron entonces si ese apoyo favorecía o perjudicaba a Macri, teniendo en cuenta que muchos argentinos ven a Bolsonaro como un líder polémico y de posiciones extremas.

Por su lado, Fernández visitó en julio al expresidente izquierdista de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, el principal rival interno de Bolsonaro y que está preso por corrupción.

Lula felicitó a la fórmula kirchnerista en Twitter por las primarias del domingo y Fernández le envió "un fuerte abrazo" por la misma vía.

"Nada que ver"

La disputa Bolsonaro versus kirchnerismo ya estaba planteada, pero ganó intensidad con las primarias que le dieron 47,6% de votos a Fernández y 32,1% a Macri.

"La banda de Cristina Kirchner, que es la misma de Dilma Rousseff, que es la misma de Maduro y Chávez, y de Fidel Castro, dio una señal de vida", sostuvo Bolsonaro el lunes en Rio Grande do Sul, próximo a Argentina.

"Si ese zurdaje vuelve en Argentina, nosotros podremos tener en Rio Grande do Sul un nuevo estado de Roraima", dijo Bolsonaro en referencia a una hipotética llegada de inmigrantes argentinos como la de los venezolanos.

"Y no queremos eso: hermanos argentinos huyendo para acá".

Fernández respondió casi de inmediato.

"En términos políticos, yo no tengo nada que ver con Bolsonaro. Celebro enormemente que hable mal de mí un racista, un misógino, un violento", indicó el candidato kirchnerista en una entrevista con el programa televisivo argentino Corea del Centro.

"Con Brasil nos vamos a llevar espléndido, Brasil va a ser siempre nuestro principal socio, Bolsonaro es una coyuntura en la vida de Brasil como Macri es una coyuntura en la vida de Argentina", señaló.

¿Y el Mercosur?

Los expertos ven como algo extraordinario que un presidente brasileño haya tomado posición tan clara sobre un candidato un país vecino.

Todo esto ocurre además poco después que el Mercosur y la Unión Europea (UE) cerraran en junio un histórico acuerdo de libre comercio tras 20 años de negociaciones.

Antes de ese acuerdo, Bolsonaro solía ver al Mercosur como un club político de izquierda y su ministro de Hacienda, Paulo Guedes, llegó a decir que el bloque no sería "prioridad" del nuevo gobierno.

Distintos especialistas notaron que el acuerdo con la UE cambió la percepción de Bolsonaro acerca de la importancia del Mercosur.

Sin embargo, al visitar a Lula, Fernández dejó abierta la posibilidad de revisar ese mismo pacto, que aun necesita ratificación de los países.

Y Bolsonaro sostuvo esta semana que la postura de Fernández sobre el Mercosur "es la primera señal de que será una relación bastante conflictiva", aunque negó que personalmente quiera "romper unilateralmente" la relación.

"El Mercosur pasó a ser algo importante para Bolsonaro, pero ahora puede complicarse, porque para él era muy cómodo tener a Macri al lado", dice Velasco.

Y agrega que el escenario que asoma "puede afectar de manera muy clara las relaciones" bilaterales si Fernández fuese electo, "a no ser que los dos presidentes tengan posiciones más pragmáticas".

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