Medio Estados Unidos busca ansioso la respuesta a un enigma político aun indescifrable: ¿cómo se enfrenta a un líder como el presidente Donald Trump?

Los resultados parciales del supermartes en las primarias demócratas muestran una carrera abierta por la candidatura para enfrentar a Trump en noviembre, entre el exvicepresidente Joe Biden en el sector moderado del partido y el senador Bernie Sanders en el ala izquierdista.

Con la votación del martes en 14 estados para elegir más de un tercio de los delegados de la Convención demócrata que lanzará al candidato, Biden revivió su campaña con una serie de victorias sorpresivas que incluyeron el preciado Texas, mientras Sanders llevaba la delantera en California, el premio mayor del día.

La división demócrata expone visiones diferentes sobre lo que se precisa para vencer a Trump, una cuestión que también ocupa a expertos, calienta debates y es tema de libros de reciente publicación en este país.

"Ciertamente, la pregunta principal que enfrentan los estadounidenses en este momento es qué tipo de campaña puede derrotar a Donald Trump", dice Rick Wilson, un estratega y asesor del Partido Republicano, crítico del presidente y autor del libro "Postularse contra el diablo: un plan para salvar a Estados Unidos de Trump y a los demócratas de sí mismos", que el mes pasado entró en la lista de más vendidos de The New York Times.

"Es muy difícil tener algo más que a Donald Trump como centro de atención política en EE.UU. en este momento, por lo que la campaña se desarrollará básicamente como una decisión entre mantener a Trump o descartarlo", señala Wilson en una entrevista con BBC Mundo.

¿Quién?

El panorama actual de EE.UU. contrasta con el de cuatro años atrás, cuando pocos creían en las chances de triunfo de Trump, entonces recién llegado a la política con un discurso antiestablishment que demonizaba a los inmigrantes y polarizaba a los votantes.

Pero el mandatario mostró que su polémico estilo puede darle resultados en las urnas.

Ahora Trump tiene asegurada la nominación republicana pese a los escándalos que han salpicado su gobierno, cobró impulso tras ser absuelto de un impeachment el mes pasado y, según Wilson, "está dispuesto a explotar los poderes de la presidencia de un modo que ningún otro presidente estadounidense lo hizo para asegurar su reelección".

Las encuestas señalan de todos modos que tanto Sanders como Biden podrían vencer a Trump en una elección que será reñida.

Pero entonces surgen las interrogantes: ¿qué tipo de candidato tendría más chances de lograrlo? ¿Y con qué propuestas?

Estas cuestiones calentaron el último debate demócrata la semana pasada.

"Si quieres vencer a Trump, lo que vas a necesitar es un movimiento de base sin precedentes de personas negras, blancas y latinas, estadounidenses nativos y asiáticos, que están de pie y luchando por la justicia: de eso se trata nuestro movimiento", dijo Sanders al resto de los precandidatos.

Este tipo de mensajes atrae más bien a jóvenes y a quienes creen que es hora de proponer un giro a la izquierda en EE.UU. tras la derrota de la candidata moderada Hillary Clinton contra Trump en 2016.

Pero esto rechina entre los demócratas más centristas y de más edad, que creen que la llave de la elección la tendrá quien conquiste los votantes blancos de clase media en estados péndulo como Pensilvania, Ohio, Carolina del Norte, Michigan o Wisconsin, que en 2016 se inclinaron por Trump.

Muchos demócratas sostienen que Sanders tendría menos chances de vencer a Trump en esos lugares por sus ideas socialistas, como por ejemplo la de crear un programa de salud gubernamental que ofrezca cobertura integral y gratuita de atención médica a todos en lugar del sistema actual de seguros privados.

"¿Alguien puede en esta sala imaginar a republicanos moderados yendo a votar por él?", preguntó a Sanders en el mismo debate Michael Bloomberg, exalcalde de Nueva York que quedó rezagado en la carrera y este miércoles anunció que se retira y que le da su apoyo a Biden.

Alan Abramowitz, un politólogo en la Universidad Emory autor de libros sobre elecciones en EE.UU., el ascenso de Trump y la polarización política, señala que "todos los votantes demócratas quieren derrotar a Trump, pero existen estas diferencias sobre lo que se necesitaría para hacerlo".

Biden ganó fuerza con el apoyo que recibió de otros precandidatos centristas que se retiraron de la carrera demócrata esta semana, como Pete Buttigieg y Amy Kobuchar, pero Abramowitz cree que su pulso con Sanders se puede arrastrar hasta la convención demócrata en julio.

"No creo que ninguna de las partes pueda ganar una victoria decisiva en las primarias", dice el experto a BBC Mundo.

¿Cómo?

También se plantean otras disyuntivas para los demócratas a la hora de enfrentar al presidente, como por ejemplo si su campaña debería apuntar a mostrar a Trump como un mal líder para el país.

Esto lo hizo Clinton en 2016, con un aviso publicitario que mostraba a niños frente a la televisión viendo a Trump llamar a los mexicanos de "violadores", parodiar a un periodista discapacitado o afirmar: "Puedo pararme en medio de la Quinta Avenida y dispararle a alguien y no perdería ningún voto".

Una alternativa sería concentrarse en criticar los resultados concretos de políticas del gobierno de Trump en temas como la salud o las guerras comerciales.

Los avisos publicitarios demócratas este año se dividen entre ambas opciones y por ahora es incierto en cuál se enfocarán en la campaña.

Hasta hace unos días, la fortaleza de la economía de EE.UU., con el desempleo en mínimos históricos y récords al alza en la bolsa de Wall Street, parecía una carta clave de Trump para lograr su reelección.

Pero el panorama cambió drásticamente en la última semana por impacto del coronavirus en la economía, que ha llevado a las bolsas a caídas desconocidas desde la crisis global de 2008.

Mientras los demócratas votaban en sus primarias el martes, la Reserva Federal de EE.UU. sorprendió con un recorte de tasas que, sin embargo, no logró detener el desplome bursátil ni los temores de los inversores a una recesión económica.

Ante esto, Trump acusó inicialmente a sus adversarios políticos de intentar exagerar la amenaza del coronavirus y, tras ser criticado por su respuesta inicial y confirmarse la primera muerte en EE.UU. por el virus, anunció medidas enérgicas como controles a viajeros.

Un deterioro de la economía en un año electoral marcaría una amenaza imprevista para la reelección de Trump y para el Partido Republicano, tras perder el control de la Cámara de Representantes en las elecciones de mitad de período en 2018.

"Los republicanos están unidos detrás de Trump" pero "él tiene un índice más alto de desaprobación que de aprobación, y eso lo pone en riesgo", advierte Abramowitz.

"Si los demócratas pueden unirse detrás de un candidato, creo que tienen buenas posibilidades de ganar las elecciones".

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