Un águila que devora una serpiente, posada sobre un nopal en el islote de un lago.
La escena del mito fundacional de México en 1325 se convirtió cinco siglos después, tras la independencia del país, en su símbolo nacional: está estampada en el centro de su bandera, en las monedas y en documentos oficiales, incluido el pasaporte.
Es la representación de una alegoría prehispánica relatada a los mexicanos durante generaciones: la de un pueblo que realizó un peregrinaje de muchos años, encontró aquella águila en un islote y ahí estableció su nuevo imperio.
¿Pero ese pueblo era el de los aztecas o el de los mexicas?
Pese a que suelen usarse como sinónimos, los aztecas y los mexicas no eran el mismo pueblo: los primeros eran los habitantes de la mítica Aztlán; los segundos, un grupo que se separó de ellos.
Aztlán y los aztecas
Múltiples documentos prehispánicos y cronistas de la época novohispana dan cuenta de un lugar llamado Aztlán, pese a que hasta la fecha no se sabe su ubicación.
Incluso no hay consenso sobre si en verdad existió.
Sus habitantes eran los aztecas, palabra que significa "los que vienen de Aztlán".
Según el consenso de múltiples fuentes, en el año 1-Técpatl, equivalente al 1064 del calendario actual, una fracción del pueblo azteca escuchó el llamado del dios Huitzilopochtli, que les prometió una nueva tierra para vivir.
Debían salir de Aztlán y encontrarla. Allí tendrían riquezas y serían poderosos. Así que emprendieron un peregrinaje que tuvo varias etapas intermedias.
Finalmente llegaron al lago de Texcoco (sobre el que se erige hoy la capital mexicana) en el que fundaron la ciudad de México-Tenochtitlan, aunque esto no ocurrió de manera inmediata a su llegada. Se cree que fue en el año 1325.
Allí crearon su propia identidad y aunque venían de Aztlán, ya no se identificaban como aztecas, sino como "mexicas", que en la lengua náhuatl significa "los de México".
Enredo de gentilicios
Hasta donde se puede saber, la historia de Aztlán y los aztecas fue mencionada por primera vez por los propios mexicas, cuando ya estaban asentados en su nueva ciudad.
Crónicas muy citadas de la época del Virreinato de la Nueva España (1521-1821), como "Historia verdadera de la conquista de la Nueva España", de Bernal Díaz del Castillo, nunca mencionan el gentilicio "azteca".
Y es que los españoles llamaban a los indígenas de Ciudad de México "mexicas" o incluso "mexicanos".
La histografía muestra que el gentilicio "aztecas" en realidad comenzó a ser divulgado por historiadores anglosajones a partir del siglo XVIII, casi 300 años después de la conquista española.
Expertos como William Robertson y William H. Prescot, por ejemplo, comenzaron a referirse a los mexicas como "aztecas" para distinguirlos de los mexicanos en general (indígenas o no), le explica a BBC Mundo el historiador Fernando Navarrete.
"El término mexica se presta a ambigüedades, a una confusión con mexicanos. En cambio azteca no tiene esa ambigüedad", señala Navarrete, especialista en historia prehispánica en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
¿Imperio mexica?
Con el tiempo, el gentilicio fue retomado por diversos historiadores hispanohablantes y finalmente permeó incluso entre los propios mexicanos.
En el mundo e incluso en la cultura popular de México se habla del "imperio azteca" cuando sería más exacto decirle "imperio mexica", pues fueron estos últimos los que lo fundaron y ampliaron.
Y en la cultura popular hay también muchas muestras de cuán adoptada está la referencia. El icónico Estadio Azteca lleva el nombre de los predecesores de los mexicas, y a la selección de fútbol se le suele llamar "equipo azteca".
Sin embargo, los entendidos prefieren "mexicas" para referirse a aquellos indígenas que fundaron la ciudad de México-Tenochtitlan, que luego de la conquista y la independencia es el país que conocemos hoy.
En ese contexto, Navarrete advierte que llamar "aztecas" a los mexicas solo por proceder de Aztlán es una generalización.
"Aztecas eran todos los que vivían en Aztlán. Y los mexicas eran parte de ese conjunto, pero había muchos más. No eran el único pueblo que vivía ahí", explica.
Chalcas, colhuas, tepanecas, tlahuicas, tlaxcaltecas, xochimilcas están entre otros pueblos que migraron de Aztlán, según "Historia de las Indias de Nueva España".
"Llamarlos aztecas no es inexacto, pero sí niega el hecho de que ellos abandonaron esa identidad de manera deliberada. No toma en cuenta el cambio histórico que tuvo su nombre", dice el historiador.
El símbolo nacional
Los niños de 10 años leen en el libro de texto de la escuela pública que son los mexicas los fundadores del que sería el más poderoso imperio de su época (1325-1521) en Mesoamérica, la región geográfica del centro y sureste de México.
"Después de un largo viaje, en 1325, los mexicas llegaron a la zona de Texcoco.
Según cuenta la leyenda, encontraron en unos islotes abandonados la señal de que ahí deberían fundar su ciudad México-Tenochtitlan", describe el libro de Historia de cuarto grado.
Pero a diferencia de generaciones anteriores, en el texto ya no se enseña la alegoría del águila devorando la serpiente que se ve en la bandera como un hecho histórico. Se refiere como una "leyenda".
Los especialistas señalan que esa imagen fue una descripción que, probablemente, se hizo de manera posterior a la fundación de México-Tenochtitlan y que se reforzó en el siglo XVIII, tras la independencia de la nación.
Para fundar su ciudad, el altépetl, los mexicas hicieron rituales en los cuales había una imagen del dios en forma de águila, Huitzilopochtli, explica Navarrete.
"Históricamente, lo que podemos demostrar a partir de las fuentes es que hubo una preparación de esta fundación y probablemente se construyó la escena que después se llamó milagro. Para los mexicas significó la aparición divina sin lugar a dudas, no creo que hayan estado mintiendo", señala el experto.
"Pero lo que llamamos milagro es la descripción del ritual que posteriormente fue embellecido y divinizado para darle mayor fuerza ideológica", añade.
El primer uso del águila en una bandera lo hizo el líder rebelde José María Morelos en su estandarte de la Guerra de Independencia. Uno de varios que hubo durante el conflicto de 1810 a 1821.
Cuando México logró la separación de España, los líderes independentistas adoptaron en la primera bandera el símbolo de la fundación de México-Tenochtitlan representado por el águila.
Sin embargo, Navarrete advierte que ese símbolo solo reivindica a los mexicas y no a los pueblos prehispánicos que estaban sometidos por ese imperio y que eran mayoría.
"En México, la reivindicación de los mexicas ha servido para olvidar o negar que en realidad la mayoría de los indígenas estaban del lado de los conquistadores. Y que los derrotados fueron los mexicas".
Así que el símbolo nacional termina celebrando solo al grupo dominante y no a toda la cultura indígena que había en el centro del país y más allá.