Es mucho más que la celebración de un centenario.

En 1917 el presidente de EE.UU., Woodrow Wilson, pese a que había ganado la reelección el año anterior con una una política aislacionista que había mantenido a EE.UU. país fuera de la I Guerra Mundial y con el lema de "Estados Unidos primero", decidió mandar a tropas estadounidenses a participar conflicto que desangraba a Europa.

Su intervención, con el envío de unos dos millones de soldados de los cuales unos 125.000 perdieron la vida, fue fundamental para ayudar a la victoria de los aliados.

Un siglo más tarde, Donald Trump, otro presidente que llegó al poder prometiendo poner a "Estados Unidos primero" y considerado aislacionista en política internacional, asiste este viernes al desfile en París con motivo del día nacional de Francia, que este año servirá también para conmemorar el centenario de la entrada de EE.UU. en la llamada Gran Guerra.

Invitado por el presidente francés, Emmanuel Macron, Trump contemplará desde un lugar de honor la parada militar en los Campos Elíseos, que contará con la participación especial de tropas y de aviones militares de su país.

Pero, la presencia del mandatario estadounidense en París tiene mucho más que ver con el presente y el futuro que con historias pasadas.

Aliados inesperados

Donald Trump y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, no parecen ser aliados naturales. Al contrario.

Durante la campaña presidencial francesa, Trump no ocultó sus simpatías por la rival de Macron, la ultraderechista Marine Le Pen, ni escatimó críticas hacia la Unión Europea (UE).

El gobernante francés, por su parte, es un abierto defensor de la integración europea y no ha vacilado a la hora de cuestionar a Trump.

Así, durante la campaña electoral estadounidense dudó de la falta humildad del magnate inmobiliario y, ya una vez en el poder, fustigó su decisión de retirar a EE.UU. del acuerdo sobre cambio climático de París.

Macron grabó un video en el que invitaba a científicos y ciudadanos estadounidenses decepcionados a viajar a Francia para trabajar en "soluciones concretas" ante el calentamiento global e incluso trastocó el lema electoral de Trump ("Hagamos nuevamente grande a Estados Unidos") y llamó a "hacer nuevamente grande a nuestro planeta".

El primer encuentro entre ambos mandatarios, ocurrido a finales de mayo en Bruselas, estuvo marcado por un momento extraño: al saludarse, Macron tomó la mano de Trump durante varios segundos negándose a soltarla pese a la evidente incomodidad de este.

"Debemos demostrar que no haremos pequeñas concesiones, ni siquiera simbólicas", explicó el mandatario francés sobre ese episodio en una entrevista posterior.

Intereses compartidos

Pero si entre Trump y Macron no existe una coincidencia ideológica previa, ni una evidente simpatía, ambos gobiernos comparten una serie de importantes intereses comunes que, además, ahora parecen acercarles más debido a fenómenos ajenos a las relaciones bilaterales como el Brexit -la salida de Reino Unidos de la Unión Europea- que abren la oportunidad para desarrollar una mejor relación.

En un artículo en The New York Times se afirma que la invitación de Macron puede darle al mandatario estadounidense un breve respiro de sus dificultades políticas internas, pero también es para su anfitrión una oportunidad para establecer a Francia como el principal punto de contacto de Trump con Europa occidental.

"Es una posición en la que Macron parece haber caído casi por defecto, cuando los británicos se concentran en su salida de la Unión Europea, la canciller de Alemania expresa abiertamente su desdén por Trump y los países del sur de Europa se mantienen en dificultades fiscales perennes. Pero, también es un rol que Macron ha asumido con entusiasmo: el chico prodigio de la política francesa tiene una aparentemente ilimitada confianza en su capacidad de seducción", señala el diario estadounidense.

La empresa de consultoría sobre temas geopolíticos Stratfor, con sede en Texas, destaca que tras el Brexit, Francia será el único país de la Unión Europea que tendrá un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU y también el único con una capacidad militar de alcance global.

"Francia ve en la visita de Trump una oportunidad para convertirse en el principal interlocutor de Estados Unidos en la Unión Europea. Esto también ofrece una oportunidad para que el gobierno de EE.UU. realice progresos diplomáticos dentro de la UE", afirma la consultora en un análisis.

"Trump tiene una buena relación con la primera ministra británica, Theresa May, pero su gobierno es débil y Reino Unido va de salida del bloque continental; y las relaciones de Washington con Alemania siguen siendo algo frías", agrega.

En un texto a propósito de la visita de Trump a Francia, el diario Le Monde señala el carácter pragmático de Macron, que demostró al renunciar a la salida de Bashar al Asad como prerrequisito para la solución del conflicto en Siria, y llama a trabajar en los temas de interés común con Washington.

"Es hora de dejar las rivalidades infantiles de los apretones de mano. Hay que avanzar sobre Siria, el terrorismo, el clima, y es imposible hacerlo prescindiendo de EE.UU. Por cierto, Macron quiere presentarse como líder europeo en la escena internacional. Pero para esto, no deberá quedarse en las imágenes ni en los símbolos", afirma el diario parisino.

Macron parece ser consciente de la importancia de contar con Estados Unidos y de evitar que Trump se aísle.

En declaraciones a un canal de televisión, el portavoz del gobierno de Francia, Christophe Castaner, destacó que si bien la invitación a Trump buscaba honrar a Estados Unidos por su papel en la liberación de Europa durante las guerras mundiales, quizá también podría servir para acercar a Washington al Viejo continente.

"Emmanuel Macron quiere intentar evitar que el presidente de Estados Unidos se quede aislado. A veces él puede tomar decisiones con las que estás en desacuerdo, como por ejemplo en el cambio climático. Pero, podemos hacer cosas: o dices 'no vamos a hablar porque no has sido amable' o podemos acercarnos a él para mantenerlo dentro del círculo", señaló.

En su comparecencia conjunta ante la prensa este jueves en París, Trump insinuó que Washington podría cambiar su posición en relación con el acuerdo sobre cambio climático y alabó a su contraparte como un presidente "duro" capaz de mantener a Francia a salvo del terrorismo.

"Él no va a ser débil con la gente que incumple la ley", señaló.

Macron destacó la participación de EE.UU. en la guerra contra el autodenominado Estado Islámico (en la que también participa Francia) y afirmó que ambos países tienen una "voluntad común" en temas como comercio, seguridad, lucha contra el terrorismo y la estabilidad de Medio Oriente.

Reconociendo las diferencias que tienen sobre el tema del cambio climático, propuso avanzar en los intereses compartidos.

"Mi voluntad es seguir trabajando con Estados Unidos", dijo.

Publicidad