Los talibanes colgaron los cadáveres de cuatro presuntos secuestradores en público en la ciudad afgana de Herat, en una aparente advertencia, según dijo un miembro de este grupo extremista islámico.
La espantosa exhibición se produjo un día después de que un notorio funcionario talibán advirtiera que se reanudarían los castigos extremos, como ejecuciones y amputaciones.
Los hombres fueron muertos en un tiroteo después de presuntamente secuestrar a un empresario y a su hijo, dijo el vicegobernador de Herat, Maulwai Shair Ahmad Emar, este sábado.
La agencia de noticias AP reportó que un cuerpo fue colgado de una grúa en el centro de la ciudad.
Wazir Ahmad Seddiqi, un comerciante local, le dijo a la agencia que cuatro cuerpos fueron llevados a la plaza, uno fue colgado allí y los otros tres cuerpos fueron trasladados a otras plazas de la ciudad para ser exhibidos.
"Advertencia"
Agencias de noticias citan al vicegobernador de Herat, Maulwai Shair Ahmad Emar, quien dijo que los combatientes talibanes habían seguido a los presuntos secuestradores y los habían matado a todos en un tiroteo.
El vicegobernador dijo, de acuerdo a AFP, que las fuerzas de seguridad de la ciudad recibieron el reporte de que un empresario y su hijo habían sido secuestrados el sábado por la mañana.
La policía cerró las carreteras fuera de la ciudad y los talibanes detuvieron a unos hombres en un puesto de control, donde "se produjo un tiroteo", dijo.
"Como resultado de unos minutos de lucha, uno de nuestros muyahidines resultó herido y los cuatro secuestradores murieron", dijo el vicegobernador a AFP.
"Para que sea una lección para otros secuestradores (...), los colgamos en las plazas de la ciudad y dejamos claro a todos que todo el que robe o secuestre o haga alguna acción contra nuestro pueblo será castigado", señaló también a la agencia.
Las víctimas del secuestro quedaron ilesas, de acuerdo al testimonio del vicegobernador.
La BBC no ha podido confirmar de forma independiente las circunstancias en las que murieron los hombres.
Sin embargo, imágenes gráficas compartidas en las redes sociales parecían mostrar cuerpos ensangrentados en la parte trasera de una camioneta con una grúa levantando a un hombre.
Otro video mostraba a un hombre suspendido de una grúa con un cartel en el pecho que decía: "Los secuestradores serán castigados así".
Mohammad Nazir, residente de Herat, dijo, de acuerdo a Reuters, que estaba comprando cerca de la plaza Mostofiat de la ciudad cuando escuchó un anuncio por altoparlante llamando la atención de la gente.
"Cuando di un paso al frente, vi que habían traído un cuerpo en una camioneta, luego lo colgaron en una grúa", contó.
Castigos extremos
Desde que asumieron el poder en Afganistán el 15 de agosto, los talibanes prometieron una forma de gobierno más suave que en su mandato anterior.
Pero ya ha habido numerosos informes de abusos contra los derechos humanos cometidos en todo el país.
El conocido exjefe de la policía religiosa de los talibanes, el mulá Nooruddin Turabi, ahora a cargo de las prisiones, dijo el jueves que los castigos extremos, como ejecuciones y amputaciones, se reanudarían en Afganistán, ya que eran "necesarios para la seguridad".
En una entrevista con AP, dijo que es posible que estos castigos no se impongan en público, como ocurría bajo el anterior régimen talibán en la década de 1990.
Las ejecuciones públicas eran llevadas a cabo con frecuencia en el estadio deportivo de Kabul o en los vastos terrenos de la mezquita de Eid Gah durante los cinco años de gobierno del Talibán.
Sin embargo, Turabi rechazó la indignación por sus ejecuciones públicas pasadas: "Nadie nos dirá cuáles deberían ser nuestras leyes".
En agosto, Amnistía Internacional denunció que los combatientes talibanes estaban detrás de la masacre de nueve miembros de la perseguida minoría hazara.
La secretaria general de Amnistía, Agnès Callamard, dijo en ese momento que la "brutalidad a sangre fría" de los asesinatos era "un recordatorio del historial de los talibanes y un indicador espantoso de lo que puede traer el gobierno talibán".