No es comparable con la criminalización de las relaciones entre personas del mismo sexo (que todavía persiste en varias partes del mundo), sin embargo la homofobia también es un problema en el llamado "mundo desarrollado".
Un reporte publicado esta semana en ocasión del Día Internacional contra la Homofobia, la Bifobia y la Transfobia, reveló que más de dos tercios de los empleados LGTBI en Reino Unido (68%) han sido víctimas de acoso en sus lugares de trabajo.
Varios de ellos se pusieron en contacto con la BBC para compartir sus experiencias.
Según la investigación, coordinada por el Congreso de Sindicatos, el 42% de sus encuestados dijo haber sido objeto de comentarios no solicitados sobre su vida sexual por parte de sus compañeros de trabajo.
Una de estas víctimas es "Sarah", una enfermera de 29 años que le dijo a la BBC que el acoso empezó mientras todavía estaba estudiando.
"Mi mentora era muy religiosa y no aceptaba la homosexualidad. Me preguntó si tenía novio y le hablé de mi novia, pero no lo aceptaba. Siempre se refería a ella como mi 'amiga'", contó.
Otro mentor le preguntó si quería empezar una familia, pero "parecía enojado e incómodo" cuando "Sarah" le explicó cómo ella y su novia habían planeado tener hijos.
"Sarah" dijo que le resultó difícil cuestionar sus actitudes, pues sus calificaciones dependían de su aprobación.
Y desde que se graduó también ha sido víctima de frecuentes comentarios o preguntas inapropiadas por parte de sus colegas de trabajo.
"Una se rió en mi cara cuando me vio ordenar vestidos, diciendo que no sabía que las lesbianas usaban ropa femenina. Luego pidió ver una foto de mi novia y comentó: 'Pensé que una de las dos tenía que ser un marimacho'".
Sus colegas varones, mientras tanto, le han preguntado si la pueden ver mientras tiene sexo con su novia, y "Sarah" afirma que es común que le hagan preguntas íntimas sobre su vida sexual.
La enfermera cree que la mayor parte del tiempo este comportamiento es fruto de la ignorancia y no de la malicia, pero dice que eso hace su trabajo más difícil y a menudo se siente excluida.
"Me dicen que me pueden 'reparar'"
Otra víctima, JT, dice que se ha tenido que acostumbrar al acoso en el trabajo.
"Muchos hombres con los que trabajo, y también clientes, me han dicho que me pueden 'reparar' y volverme 'normal'. Algunos hasta han tratado de forzarme para tratar de conseguirlo", cuenta.
Y las preguntas inapropiadas también son moneda común.
"Una vez tuve que pasar todo mi turno hablando de mi género con una colega. Decía que era obvio que solo quería ser 'especial' y que nada era verdad. Luego hizo que su madre llegara y me hiciera un montón de preguntas, sobre mis genitales, sobre el sexo, mis relaciones y sobre si me habían abusado", relata.
Algunos colegas también han comentado que la novia de JT es "demasiado bonita" para ella, pues nada más debería aspirara a salir con una "marimacha".
La joven dice que eso hace difícil poder sentirse orgullosa o tener confianza en ella misma, pues son constantes recordatorios de que la gente "me ve como algo que pueden cambiar o 'mirar morbosamente'".
"Si no dices nada, eso alienta el comportamiento y me hace sentir incómoda constantemente. Y si me quejo, me dicen que estoy sobrereaccionando o que estoy poniendo incómoda a la gente", explica.
"No hay ningún lugar en el que me sienta cómoda", lamenta
"Desperdicio de mujer"
Helen, una psicóloga quien se describe como pansexual y está actualmente en una relación con otra mujer, también ha pasado por experiencias desagradables.
"Recientemente estaba ejercitándome en el gimnasio de la oficina y dos colegas hombres estaban detrás de mí. Y uno dijo 'Qué desperdicio de mujer'", contó.
"Luego, cuando me iba, uno me preguntó: '¿Es porque nunca has estado con un hombre de verdad?' Se rio y luego los dos me silbaron. No he vuelto a regresar al gimnasio".
Helen dice además que el acoso sexual del que ha sido víctima no solo ha sido verbal.
"Tuve que irme de la fiesta de Navidad de la oficina porque un colega me pidió que le enseñara una foto de mi pareja. Cuando le enseñé mi perfil de Facebook dijo 'Pagaría US$100 por verlas a las dos'. Eso me molestó, y él dijo: 'No seas sensible' al tiempo que me daba una palmada en el trasero cuando me iba", relató.
Pero Helen se preocupa por las implicaciones para su trabajo de denunciar ese tipo de situaciones.
"Me pregunto qué podría pasar con mi reputación y con mis posibilidad de promoción si reporto esos incidentes".
Acoso de años
De hecho, para algunas personas que han sufrido acoso sexual en el trabajo, la denuncia no ha facilitado las cosas.
"Después de que un colega descubrió que yo era gay, me preguntó qué cuánto cobraba. Informé, pero no pasó nada", contó "Patrick", quien trabaja en el sector público y dijo haber soportado años de acoso sexual.
Y en otra instancia, una investigación generada por una de sus denuncias, más bien terminó empeorando las cosas.
"Todo mi equipo se estaba preparando para una jornada de retiro, que implicaría diferentes actividades deportivas", explicó "Patrick".
"Y poco antes del retiro me llevaron a una oficina y me dijeron que los demás no querían hacer las actividades conmigo, porque se sentirían incómodos compartiendo ducha, así que no iría", relató.
"Lo informé y mientras investigaban estuve fuera durante más de un año. El procedimiento hizo que mi familia se diera cuenta de mi sexualidad".
Patrick dice que como resultado trató de quitarse la vida dos veces.
Si tú o alguien de tu entorno se encuentra deprimido o en problemas, busca ayuda. Aquí puedes encontrar aquí recursos de apoyo según tu región: