Un policía se ha convertido para muchos en el "héroe" del Capitolio en Estados Unidos.

Las imágenes del agente Eugene Goodman haciendo frente a la turba de partidarios del presdiente Donald Trump que asaltó la sede del Congreso en Washington el pasado 6 de enero le han hecho merecedor de numerosos elogios.

En el asalto el día en que los legisladores certificaron la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales, murieron cinco personas, entre ellas un policía.

Otro agente que se encontraba de servicio durante el asalto se quitó la vida esta semana, según informó su familia.

El valor aparentemente mostrado por Goodman, del que se ha publicado que es un veterano del Ejército y sirvió en Irak, coincide con las críticas contra la policía del Capitolio por los fallos en el operativo de seguridad de ese día.

Kirk Burkhalter, profesor de Derecho Penal en la Escuela de Leyes de Nueva York y durante 20 años miembro del Departamento de Policía neoyorquino, describió la reacción de Goodman ante los asaltantes como "tremenda".

"No creo que haya un entrenamiento que te prepare para esa situación", dijo Burkhalter.

En el video grabado por el reportero del Huffington Post Igor Bobic, Goodman, negro, se ve rodeado por un grupo de seguidores de Trump, todos de raza blanca.

Goodman aparece atrayendo la atención de los asaltantes para alejarlos de la entrada desprotegida de la sala de plenos del Senado.

Christopher J. Hale, político demócrata del estado de Tennessee, fue uno de los que se refirió a la actuación de Goodman.

"En este peligroso momento de la historia de nuestra nación, fue la única persona interponiéndose entre la democracia y el gobierno de los tiranos", escribió en Twitter junto a una fotografía del momento.

El hombre al frente del grupo de asaltantes, que viste una camiseta de QAnon, ha sido identificado como Doug Jensen, de Iowa y fue después detenido por su participación en los incidentes.

En la grabación puede verse a Jensen encabezando el grupo que persigue a Goodman escaleras arribas, a solo unos metros de la entrada a la Cámara.

Mientras se aleja de los asaltantes, se oye a Goodman gritar por radio: "¡Segunda planta!", aparentemente con la intención de alertar a sus compañeros de que el grupo se aproxima al interior del recinto donde se aprueban las leyes de Estados Unidos.

Después de mirar de reojo la entrada a la cámara del Senado, empuja levemente a Jensen, en un movimiento que parece buscar distraer su atención de ese acceso desprotegido y lograr que los asaltantes se centren solo en él.

La escena de Goodman perseguido escaleras arriba con algunos portando banderas de la Confederación, el bando esclavista en la Guerra Civil estadounidense (1861-1865), y otros con elementos de simbología nazi resulta extremadamente preocupante para Burkhalter.

"Agente de policía o no, ver a un hombre negro perseguido por alguien que porta una bandera confederada; siempre hay algo mal en esa imagen. No debería volver a suceder", dijo.

"Simplemente, apesta a todo lo que tenemos que corregir".


Policías suspendidos

Dos agentes de la Policía del Capitolio fueron suspendidos y hasta 15 están siendo investigados por su actuación durante el asalto del 6 de enero, según declaró Tim Ryan, miembro demócrata de la Cámara de Representantes que preside el subcomité de la Cámara que investiga la respuesta policial al asalto.

Ryan dijo sin ofrecer más detalles que uno de los agentes se tomó una selfi con uno de quienes entraron violentamente en el Capitolio y otro se puso una gorra con el lema "Hagamos América grande de nuevo", el de la campaña de Donald Trump.


Los elogios a Goodman llegaron también de algunos miembros del Congreso y algunos pidieron que el agente sea condecorado con la Medalla de Honor de esta institución.

"Mientras la turba de fascistas de Trump arrasaba el Capitolio, este valiente oficial mantuvo a los alborotadores asesinos lejos de la cámara del Senado y salvó las vidas de quienes estaban dentro", escribió el congresista Bill Pascal enTwitter.

"El miércoles pasado, yo estaba dentro de la cámara del Senado cuando el oficial desvió de ella a una turba enojada corriendo un gran riesgo personal. Su rapidez de reflejos y acción decisiva ese día salvó vidas y tenemos una deuda de gratitud con él", escribió el senador Bob Casey este lunes.

El encuentro entre Goodman y los asaltantes se produjo solo minutos antes de que las autoridades lograran sellar los accesos a la Cámara, de acuerdo con los reportes del diario The Washington Post.

Goodman es uno de los 2.000 agentes del Departamento de Policía del Capitolio. Se trata de un cuerpo encargado de proteger el histórico edificio e independiente de la policía de Washington DC, que patrulla el resto de la capital.

Qué pasa ahora con la policía del Capitolio

El jefe del Departamento de Policía del Capitolio, Steven Sund, dimitió la semana pasada tras las críticas recibidas por la respuesta a los asaltantes. La demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, reclamó su renuncia.

El fiscal en funciones Michael Sherwin dijo que el Departamento de Justicia considerará presentar cargos criminales contra cualquier agente de la policía del Capitolio del que se pruebe que estaba compinchado con los asaltantes.

El agente Howard Liebengood, de 51 años, que se encontraba de servicio el día de los incidentes se suicidó el sábado, según comunicó su familia.

El abogado de la familia calificó de "pérdida devastadora" la muerte de Liebbengood, que llevaba 15 años en el Departamento.

El senador republicano Mitt Romney dijo en Twitter que tanto él como su equipo estaban "desolados" por la muerte de Liebengood.

"Howie era una presencia familiar y alegre, y también un amigo para mí y para mi equipo", escribió. "Su valor, amabilidad y genuina preocupación por los otros era algo que todos los que tuvimos el privilegio de conocerle sentíamos profundamente".

De acuerdo con CBS News, el socio en Estados Unidos de la BBC, la policía del Capitolio ha tenido que responder a varios incidentes en los que oficiales amenazaban con autolesionarse después del asalto del 6 de enero.

Para Burkhalter, la responsabilidad de cualquier fallo de seguridad recae en los altos mandos del Departamento.

Según este experto, cuando se llega al extremo de que un solo agente como el oficial Goodman tiene que tomar decisiones sobre dónde desplegar los recursos quiere decir que la batalla ya se ha perdido. "Nunca debería haberse llegado a ese punto", dijo.

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