AFP
Miles de personas llenaron este sábado Barcelona de banderas españolas contra la independencia de Cataluña, una semana después del referéndum de autodeterminación prohibido en la región que ha desatado una crisis política sin precedentes en 40 años de democracia española.
"Nosaltres també som catalans" ("nosotros también somos catalanes"), podía leerse en una de las pancartas de la manifestación, que concluirá con un discurso de Mario Vargas Llosa, el Nobel de Literatura que vivió unos años en Barcelona.
Bajo el lema "¡Basta, recuperemos la sensatez!", la marcha busca mostrar a la llamada "mayoría silenciosa", los catalanes opuestos a la independencia que no suelen significarse.
Tras considerar que ha ganado la consulta prohibida y marcada por violentas contenciones de la policía española, el presidente catalán, Carles Puigdemont, amenaza con declarar unilateralmente la independencia de la región que representa el 16% de la población y el 19% del PIB de España, y cuyos 7,5 millones de habitantes se encuentran profundamente divididos sobre la secesión, según encuestas.Las posiciones entre Barcelona y Madrid siguen en polos opuestos.
El gobierno de Rajoy se niega a dialogar mientras los independentistas no hayan retirado la amenaza y el presidente del gobierno no descarta retirar su autonomía a la región.
"No descarto absolutamente nada", declaró Mariano Rajoy el domingo al diario El Pais que le preguntaba sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que permite la suspensión de la autonomía. "Lo que tengo que hacerlo es a su tiempo [...] A mí me gustaría que a la mayor celeridad posible se retire la amenaza de la declaración de la independencia", agregó.
"Cansada de estar callada"
Mientras, muchos catalanas del no, se atrevían por fin a hablar. "Estoy muy cansada de estar callada, cada vez que sacamos las banderas españolas nos dicen fascistas", explicó a la AFP Susana Cerezal, de 41 años, que llegó desde la localidad catalana de Figueras, cerca de la frontera con Francia.
"Tengo 67 años y es la primera vez que voy a una manifestación, pero es que veo que la situación ha llegado a un extremo de discriminación y no se nos oye a quienes estamos en contra", coincidió Telesforo García Pérez, un jubilado de 67 años que vino de Vilafranca del Penedés, también Cataluña.
La iniciativa, convocada por la asociación Societat Civil Catalana -que advirtió que "no se aceptará ninguna simbología ni entidad que no defienda los valores democráticos"-, está respaldada por el conservador Partido Popular del jefe del gobierno español Mariano Rajoy, el Partido Socialista de Cataluña y Ciudadanos (centroderecha), primera fuerza de oposición en la región.
Muchos habitantes llegados de otras regiones que decían sentirse obligados a expresar su apoyo a los unionistas catalanes también estaban este domingo en Barcelona.
De la principal estación de trenes de Barcelona, la de Sants, decenas de personas salían a media mañana con banderas españolas alrededor de las 9 de la mañana, gritando "¡Viva España!", "¡Viva Cataluña!", y jaleando a los furgones de la Policía Nacional apostados enfrente.
"Dar apoyo a estos compatriotas"
"Después de mucho tiempo viendo como una minoría se hacía con toda la sociedad, y el sufrimiento de muchos catalanes de a pie, hemos decidido venir para dar apoyo a estos compatriotas y demostrarles que no están solos", dijo Juan Gil Casares, un madrileño de 33 años.
"Es un día histórico para poner fin al independentismo, estamos muy emocionados", dijo Dolors Montserrat, la política catalana que es ministra española de Sanidad.
La manifestación culmina un fin de semana de movilizaciones en las calles en numerosos puntos de España, sin unanimidad en la receta: desde los llamamientos a que el presidente del gobierno Mariano Rajoy dé un golpe sobre la mesa, a los más conciliadores llamados al diálogo con el ejecutivo catalán de Carles Puigdemont.
La marcha de este domingo recorrerá un kilómetro por el centro de Barcelona y estará fuertemente custodiada, en medio de un clima de tensión en Cataluña.
¿Declaración de independencia?
El Ejecutivo ha aguantado hasta ahora la ofensiva judicial de Madrid y las presiones económicas, con la salida de Cataluña de compañías muy emblemáticas como CaixaBank, Gas Natural o Banco Sabadell.
El Parlamento catalán debía, según el calendario independentista, declarar la independencia en los días siguientes a la proclamación de los resultados del referéndum del 1 de octubre, algo que aún no ha sucedido.
Sí se divulgaron el viernes los resultados definitivos de la consulta, que no contó con garantías mínimas: un 90,18% votó por el sí a la independencia, con una participación del 43,03%.
Puigdemont se dirigirá a la cámara regional, donde los secesionistas son mayoritarios, la tarde del martes 10 de octubre, para comentar la "situación política". De momento se ignora si ese será el momento elegido para declarar la independencia.