El gobierno de Australia tomó la medida de erradicar al menos dos millones de gatos salvajes para el 2020 para así de reducir su consumo de roedores y marzupiales nativos.
El plan consiste, según indica The New York Times, en dejar salchichas envenenadas en las zonas en que merodean los felinos. Los embutidos están elaborados con carne de canguro, grasa de pollo, una mezcla de hierbas y un ingrediente especial: el veneno conocido como ponzoña.
Se trata de un producto que proviene de la extracción del fluoracetato de sodio acumulado en las plantas gastrolobium, una especie nativa de Australia. Este tipo de veneno es letal para gatos, cuyo sistema evolutivo no desarrolló resistencia a las toxinas. El también conocido como "1080" también puede ser dañino para zorros y otras especies similares.
Los felinos no son nativos de la isla, siendo considerados una plaga estimada de entre dos a seis millones de ejemplares. En algunas áreas la densidad alcanza los 100 felinos por kilómetro cuadrado.
La política es una de las cuatro estrategias anunciadas por el país el año 2015 para proteger a sus especies nativas. Entre ellas se encuentra crear refugios para especies de mayor riesgo, mejorar el hábitat e intervenciones de emergencia para evitar extinciones.
La Estrategia de Conservación de Especies Amenazadas del gobierno australiano sostiene que "a través de nuestro compromiso de tomar medidas decisivas sobre los gatos salvajes y otras especies invasoras, reduciremos significativamente el impacto de los depredadores salvajes y aumentaremos la resistencia de nuestras especies nativas"
Las salchichas mortales es solo uno de los métodos para erradicar gatos, entre los que se encuentra la caza, tiroteos y otras formas de envenenamiento.
La decisión del gobierno se ha enfrentado a la crítica nacional e internacional, entre las que destacan la del cantante inglés Morrisey y la actriz francesa Brigitte Bardot, quienes lo consideran un verdadero "genocidio".