El papa Francisco, de 86 años, fue dado de alta este sábado del hospital romano en el que estuvo internado tres días por una bronquitis, y regresó al Vaticano para preparar las celebraciones de Semana Santa.
"Aún estoy vivo", dijo bromeando el pontífice argentino a los fieles y periodistas congregados frente al hospital Gemelli de Roma.
El papa, que estaba sonriente y de buen humor, se bajó de su automóvil para saludarlos, antes de dirigirse al Vaticano.
Antes de partir en un automóvil blanco Fiat 500, Francisco abrazó a una pareja cuya hija falleció el viernes por la noche en el hospital, informó el Vaticano.
También agradeció al personal médico y a los periodistas que lo esperaban a la salida del centro médico.
Francisco fue despedido con aplausos por la gente que se había congregado allí con la esperanza de verlo.
El Vaticano confirmó que podrá presidir mañana domingo la misa de Ramos en la plaza de San Pedro, que marca el inicio de los ritos de la Semana Santa.
Como en otras ocasiones y debido a que se desplaza en silla de ruedas por sus dolores en la rodilla, sólo presidirá la ceremonia, que será celebrada por el cardenal argentino Leonardo Sandri.
Antes del ingresar a su residencia en el Vaticano se detuvo unos minutos a rezar en la iglesia de Santa María Mayor, en el centro de Roma, una tradición personal cumple antes de cada viaje al exterior.
"Feliz Pascua y oren por mí", dijo el papa a la periodista de la televisión italiana que lo esperaba a la entrada del Vaticano.
La víspera había llevado huevos de chocolate, rosarios y libros a los niños enfermos de cáncer que se encuentran internados y bautizó a un recién nacido.
En una foto difundida por el Vaticano se le veía recuperado, sonriente, apoyado en un caminador, rociando con agua bendita la cabeza del bebé.
Una bronquitis infecciosa
Francisco recibió tratamiento antibiótico por una bronquitis infecciosa, que produjo "los efectos esperados con una notable mejoría", explicó el vocero del papa.
El jefe de la iglesia católica sufre problemas crónicos de salud y se sometió a una cirugía de colon en julio de 2021.
El miércoles, el Vaticano aseguró que se encontraba en el hospital romano para someterse a un chequeo programado, pero tuvo que admitir horas más tarde que padecía una "infección respiratoria" que requería tratamiento con antibióticos.
La hospitalización sorprendió a la opinión pública y avivó el debate sobre su posible renuncia por motivos de salud.
Francisco siempre ha dejado abierta la posibilidad de emular a su predecesor, Benedicto XVI (fallecido en 2022), quien renunció al cargo en 2013.
Pero sus mensajes sobre esta opción son ambivalentes.
En julio de 2022 dijo que podría "hacerse a un lado", pero en febrero afirmó que la renuncia de un papa "no debería convertirse en una moda" y que esa idea "no estaba en su agenda por el momento".
El pontífice es atendido constantemente por un equipo de médicos y enfermeros, ya sea en el Vaticano o durante sus viajes.