Al extender una alfombra de representaciones gigantes de billetes de 500 euros sobre el altar donde el papa Francisco celebrará una misa la próxima semana, el artista portugués Bordalo II reavivó la polémica sobre la contribución de los poderes públicos a los gastos de organización de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
La acción deliberadamente provocadora, titulada "Paseo de la vergüenza", fue realizada el viernes para criticar que un Estado laico gaste dinero en "patrocinar la gira de la multinacional italiana" mientras "muchas personas luchan por mantener sus casas, sus trabajos y su dignidad", explicó el artista en las redes sociales.
"Estoy muy contento con el resultado porque conseguimos hacer ruido sobre un problema real", declaró Artur Bordalo a la AFP en su estudio en Lisboa, adonde llevó la alfombra de 20 metros.
"Me siento víctima de una injusticia como ciudadano, como muchos de nosotros. Como artista, tengo la oportunidad de transmitirlo y dar mi voz a las personas que comparten esta misma frustración y tristeza", añadió este artista plástico de 35 años.
La capital portuguesa se prepara para acoger a un millón de jóvenes católicos de todo el mundo que participarán en la JMJ con el papa, que la visitará del 2 al 6 de agosto.
El asunto del financiamiento público de esta actividad, en particular la construcción del altar-podio en el sitio de un antiguo vertedero a orillas del río Tajo en el suburbio noroeste de Lisboa, provocó polémica a principios de año.
La Iglesia portuguesa tuvo que revisar su proyecto y el costo del altar pasó de 4,2 a poco menos de 3 millones de euros (4,6 a unos 3,3 millones de dólares).
En total, la factura de esta gran fiesta católica se estima en unos 160 millones de euros (177 millones de dólares). Aproximadamente la mitad corre a cargo de la Iglesia, el resto es financiado por el gobierno y los ayuntamientos de Lisboa, Loures y Oeiras.
Según un estudio encargado por los organizadores y realizado por la consultora PwC con el Instituto Superior de Economía y Gestión (ISEG) de la Universidad de Lisboa, el evento tendrá unas repercusiones económicas estimadas entre "411 y 564 millones de euros" (454 y 622 millones de dólares).
Los comerciantes de la región de Lisboa cuentan con la afluencia de peregrinos para aumentar sus ingresos.