AFP

Los australianos empezaron a recibir este martes por correo una encuesta sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo cuyo resultado no será vinculante pero que podría abrir la vía a su legalización.

Después de que el senado australiano (la cámara alta del parlamento) rechazara dos veces la organización de un plebiscito, una de las promesas de campaña del actual gobierno conservador, el ejecutivo decidió organizar una encuesta por correo cuyo resultado no será vinculante.

La consulta se cerrará el próximo 7 de noviembre y los resultados se darán a conocer el 15 de ese mes.

Si la mayoría de los australianos responde "sí", el gobierno se ha comprometido a organizar un voto en el parlamento para cambiar las leyes sobre el matrimonio.

La cuestión del matrimonio entre personas del mismo sexo está en el debate político australiano desde hace años y según una encuesta de Fairfax Media publicada el martes el 70% de los australianos son partidarios del "sí".

"Aliento a todo el mundo a responder a la encuesta y enviarla. Votaré sí, igual que Lucy", dijo el primer ministro Malcolm Turnbull en un anuncio difundido esta semana en la radio.

Turnbull, considerado como moderado, se enfrenta a la oposición sobre esta cuestión de algunos miembros de la coalición en el poder (Partido Liberal+Partido Nacional), por lo que la consulta por correo supone una solución de compromiso.

Durante el fin de semana hubo multitudinarias manifestaciones a favor y en contra del matrimonio homosexual. En el centro de Sídney miles de personas salieron a la calle el domingo vestidas con los colores del arcoiris para defender el "sí".

Los partidarios del no se manifestaron el sábado, denunciando que el matrimonio homosexual vulnera la libertad religiosa y los derechos de los niños.

La encuesta por correo llegará a 15 millones de australianos con la pregunta "¿Cree que hay que cambiar la ley para permitir que se casen  las parejas del mismo sexo?" y dos respuestas posibles, sí y no.

Los partidarios del "sí" denuncian que la encuesta por correo tradicional puede dejar fuera a muchos jóvenes que se comunican con las nuevas tecnologías y que suelen ser más favorables al matrimonio homosexual.

Por su parte los diputados del partido Nacional ponen en duda la capacidad del servicio postal para llegar a las zonas rurales más remotas del país.

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