La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, dijo el martes sentirse agradecida por su tiempo en el cargo y negó que los constantes ataques que enfrentó en redes sociales fueran la causa de su inesperada renuncia.

La líder de 42 años dijo la semana pasada que ya no tenía "energía" después de cinco tumultuosos años al frente del gobierno, en los que lideró el país durante desastres naturales, su peor ataque terrorista y la pandemia del covid-19.

Su renuncia, casi tres años después de su cómoda reelección, generó un debate sobre el discurso de odio que enfrentan las mujeres en la política.

Chris Hipkins, quien la reemplazará como primer ministro, ha dicho que Ardern experimentó "maltratos aborrecibles" durante su mandato.

Pero Ardern aseguró que no lo ve así.

En su último compromiso público como primera ministra, una visita al asentamiento maorí de Ratana, en la Isla Norte, dijo que "odiaría" que su salida fuera vista como "un comentario negativo sobre Nueva Zelanda".

"Me voy con un sentimiento de gratitud por haber ocupado esta maravillosa función durante tantos años", dijo a los periodistas desde la cuna de uno de los movimientos políticos indígenas más influyentes del país;

La popularidad del gobierno laborista de Ardern decayó en los últimos meses, golpeado por una posible recesión y el repunte de la oposición conservadora.

Hipkins será investido el miércoles como primer ministro, y calificó como "agridulce" sustituir a su amiga de 20 años.

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