El juicio contra Theo Bronkhorst, el organizador del safari durante el cual fue abatido el conocido león Cecil en Zimbabue, quedó aplazado hasta septiembre a petición de la defensa.
El magistrado Lindiwe Maphosa ordenó que la audiencia de Bronkhorst, un cazador profesional zimbabuense de 52 años imputado por "no haber impedido una caza ilegal", fuera aplazada hasta el 28 de septiembre.
El tribunal de Hwange, que juzga el caso, está situado cerca de la reserva donde vivía el león. Bronkhorst niega haber realizado ninguna irregularidad durante el safari, en el cual el dentista estadounidense Walter Palmer abatió al felino con una flecha el 1 de julio.
El león llevaba un collar GPS porque estaba siendo estudiado por la universidad de Oxford.
Tras la ola de indignación que generó la muerte de Cecil, Zimbabue le declaró la guerra a los cazadores furtivos y se impusieron restricciones inmediatas para la caza de animales grandes como leones, elefantes y leopardos.
También se prohibió abatir animales cerca de la reserva de Hwange, salvo que exista una autorización escrita de los parques nacionales, y se proscribió la caza con arco.
"Siento pena por mi cliente [Palmer]. Es un buen hombre. No hizo nada malo", dijo Bronkhorst a los periodistas tras salir del tribunal.
Palmer, pedido en extradición por Zimbabue y que afirmó ser "totalmente inocente", ha sido objeto del escarnio público en las redes sociales tras saberse que el león había muerto.
La noticia fue publicada días después de que el dentista saliera del país y volviera a Estados Unidos.
El cazador aficionado está escondido y su clínica situada en Minnesota (norte) fue cerrada provisionalmente después de ser objeto de protestas de activistas a favor de los derechos de los animales.
Palmer se disculpó por la muerte de Cecil —conocido por su melena negra, muy poco habitual entre los leones del sur de África— y en un comunicado insinuó que podría haber sido engañado por su guía.
Amenazas de muerte
El sábado, Bronkhorst dijo en una entrevista a la AFP que cree que no hizo nada malo y dice ser inocente de todos los cargos.
"No creo que faltara a ninguno de mis deberes, fui contratado por un cliente para organizar una cacería y disparamos a un viejo león macho que, para mí, había superado su edad reproductiva, y no creo haber hecho nada malo", dijo el cazador zimbabuense por teléfono.
"Le vendí una caza que era totalmente legal", dijo Bronkhorst, quien afirma que todo estaba en regla y que recibió 55.000 dólares (50.000 euros) por su trabajo.
A Bronkhorst se le impuso una fianza de 1.000 dólares la semana pasada y tuvo que entregar su pasaporte y debe presentarse ante la policía tres veces por semana.
Lo ocurrido "posiblemente ha cambiado la vida de mi familia y mi trabajo para siempre (...) recibimos muchas, muchas amenazas de muerte", contó el cazador.
Criticada por muchos, la caza es una fuente importante de ingresos y genera alrededor de 40 millones de dólares al año en Zimbabue, según la autoridad de protección de la vida silvestre y de los parques nacionales.