Un reciente estudio apunta a que un anticuerpo del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS) puede ayudar en el combate del nuevo coronavirus COVID-19 que surgió en diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan, China. 

Un equipo internacional de científicos, compuesto por algunos que ya habían sido parte de la investigación con el Sars-Cov el 2003, realizaron un trabajo para determinar si algunos de los anticuerpos identificados en aquella oportunidad, obtenidos de personas recuperadas, podían servir para combatir el nuevo coronavirus COVID-19.

Los resultados de esta investigación fueron publicados en la revista Nature, donde se concluyó que uno de los anticuerpos, S-309, “neutraliza potentemente” el Sars-Cov-2 (nuevo coronavirus), en particular a la proteína spike o proteína S, que permite entrar al virus en la membrana celular y multiplicarse en su interior, indicaron David Veesler de la Universidad de Washington en Seattle y Davide Corti de la Vir Biotechnology en Bellinzona, Suiza.

La doctora Fabiana Osorio, académica del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Chile y presidenta de la Asociación Chilena de Inmunología, explicó en LUN que "neutralizar el virus" se refiere a que el anticuerpo se adhiere al mismo, le bloquea la proteína S y no le permite multiplicarse.

“Esta investigación es tan de primer nivel, que no sólo logra identificar el anticuerpo, sino que logra obtener una estructura cristalográfica de él. Es decir, se puede saber cómo se une al virus a nivel molecular y cómo es esta estructura en un espacio tridimensional”, detalló Osorio.

Por otro lado, el doctor Arturo Borzutzky, jefe de la sección de Inmunología, Alergia y Reumatología Pediátrica de la Escuela de Medicina de la Universidad Católica afirmó que “estos anticuerpos podrían suministrarse en pacientes con COVID-19 o también preventivamente en paciente inmunodeprimidos seleccionados. Por ejemplo, si tienes un paciente con cáncer y sabes que un familiar suyo dio positivo por el coronavirus, uno podría darle el suero para prevenir que se contagie”.

Una de las ventajas, según Borzutzky, es que este anticuerpo es de origen completamente humano, a diferencia de otros que se obtienen de mezclas de los provenientes de personas con los de ratones o de cualquier otro animal.

“En este caso disminuyen enormemente las posibilidades de que se produzca una alergia, por ejemplo. Las tasas de seguridad son notoriamente mayores”, cerró.

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