Una amiga íntima de la difunta reina Isabel II pidió disculpas el viernes a una británica negra a la que preguntó insistentemente sobre su origen durante una recepción en el Palacio de Buckingham el pasado noviembre.
Las dos mujeres mantuvieron un encuentro por la mañana en Buckingham, informaron en un comunicado conjunto el Palacio y Ngozi Fulani, presidenta de la asociación británica Sistah Space, que ayuda a las víctimas negras de violencia de género.
"Durante esta reunión, llena de calidez y comprensión, Lady Susan pidió sinceras disculpas por los comentarios que hizo y la aflicción causada a la señora Fulani", informó la Casa Real.
Susan Hussey, de 83 años, fue dama de honor de Isabel II durante más de 60 años, una de sus compañeras de más confianza y madrina del príncipe Guillermo, heredero al trono.
Fulani denunció a finales de noviembre los comentarios ofensivos que le había hecho esta miembro del séquito real durante una recepción.
En un tuit, la activista relató que, a su llegada, una persona a la que se refirió como "Lady SH" le "retiró el pelo" para ver la tarjeta identificativa prendida a su pecho y la preguntó sobre sus orígenes.
Cuando le respondió que era británica, Hussey insistió: "No, pero ¿de dónde es realmente?".
Tras responderle que había nacido y crecido en el Reino Unido, la mujer reiteró: "No, pero ¿de dónde procede en África?", "¿de dónde procede su pueblo?", "¿cuándo vinieron por primera vez?".
Esto sumió en una nueva polémica al palacio, que inmediatamente censuró los "comentarios inaceptables" y anunció la dimisión de Hussey.
"Lady Susan se ha comprometido a profundizar su concienciación sobre las sensibilidades afectadas y agradece la oportunidad de aprender más sobre la cuestión", recogía el comunicado del viernes, sin mencionar en ningún momento la palabra racismo.
"Fulani, que recibió injustamente un horrible alud de insultos en las redes sociales y otros lugares, aceptó sus disculpas y entiende que ninguna malicia fue intencionada", agregó.
Tras la polémica, Sistah Space tuvo que cesar sus actividades por motivos de seguridad.
La cuestión del racismo es especialmente sensible para la familia real británica desde que el príncipe Enrique, hermano menor de Guillemo, y su esposa, la estadounidense mestiza Meghan Markle, acusaron a uno de sus miembros de haberse inquietado por el color de piel de sus futuros hijos.