El presidente de Siria, Bashar al Assad, dijo estar dispuesto a trabajar con cualquier grupo rebelde que desee dejar las armas, con el fin de evitar que haya más conflictos en su país. Además, se mostró abierto a la posibilidad de convocar a elecciones presidenciales anticipadas, siempre y cuando el pueblo así lo desee. Las declaraciones fueron publicadas este jueves (31.03.2016) por la agencia de noticias rusa RIA Novosti.
“Si existe esa voluntad, no es ningún problema para mí”, dijo el mandatario, cuya permanencia en el poder es el principal obstáculo para el avance de las negociaciones de paz entre la oposición y los representantes del Gobierno. En esas eventuales votaciones deberían participar todos los sirios, incluso los que están fuera del país, añadió el jefe de Estado. Según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur), casi 5 millones de personas han abandonado el país tras el inicio de la guerra civil, en marzo de 2011.
Asimismo, Al Assad dijo que el eventual despliegue de fuerzas de paz de Naciones Unidas en Siria sería ilógico e imposible. “No es realista dado que tales fuerzas, como norma, actúan sobre la base de acuerdos internacionales”, dijo el político. “Dichos acuerdos deberían tener la aprobación de algunos países. ¿Qué países? En este caso no hay otros países. Existe solamente el Gobierno sirio, una sola entidad”, enfatizó.
Ataques cerca de Damasco
Por otro lado, los bombardeos contra algunas localidades continúan en Siria. Este jueves, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos reportó que al menos 23 personas murieron, entre ellas cuatro menores de edad, y decenas resultaron heridas luego de que aviones de guerra de origen desconocido atacaran Deir al Asafir, al este de Damasco. Los aparatos efectuaron catorce misiones contra una zona hospitalaria y una escuela de esa localidad.
La noche del miércoles hubo enfrentamientos entre las fuerzas del régimen y combatientes de facciones islámicas, entre las que figura el Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda, en Guta Oriental. Según la ONG, en las últimas semanas, los efectivos gubernamentales han intentado avanzar en esa área y cercar Deir al Asafir, donde residen unas 2.700 familias. Si bien en Siria rige un alto el fuego, este no incluye ni al Frente Al Nusra ni al Estado Islámico.
El grupo rebelde islamista Jaish al Islam, que controla el área, habló de una masacre y juró venganza.