Mientras el agujero en la capa de ozono de la Antártida se recuperaba, un nuevo orificio apareció en una zona del Ártico.
Los efectos de los químicos utilizados por el hombre, la luz solar y las temperaturas provocaron que los niveles de ozono en la atmósfera sobre el Polo Norte disminuyeran de una manera importante.
De acuerdo a los estudios, el vórtice polar sobre el Ártico con aire frío formó un orificio en la capa de ozono, el más grande registrado en la historia en esa zona, aunque no del nivel del agujero de la Antártida.
Este agujero, que podría impactar gravemente en la circulación atmosférica, no es nuevo. Se registró por primera vez en 1997 y luego en 2011.
Este año se ha registrado en algunas zonas una importante reducción de la capa de ozono.