"Iniciamos el tercer 'impeachment' [juicio político para la destitución] de un presidente en la historia de Estados Unidos", dijo el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, poco antes del comienzo formal del proceso.
El juicio político contra el presidente de Estados Unidos entró así en una nueva etapa este miércoles tras un debate en el Senado que se prolongó hasta altas horas de la noche en el que se debían establecer las reglas que regirán el proceso.
Antes de que este se centrara en los dos cargos que pesan sobre Trump -uno por abuso de poder y otro por obstrucción al Congreso- los republicanos, que dominan el Senado, y la oposición demócrata se enfrascaron en una crispada pugna por la organización del propio proceso que se extendió durante 13 horas.
Todos los intentos de los demócratas de citar testigos clave u obtener documentos fueron bloqueados por la mayoría republicana, en un indicio de que cómo se desarrollará un proceso que probablemente concluirá con la absolución del mandatario, que busca la reelección en las presidenciales de noviembre. Los republicanos bloquearon todos los intentos de los demócratas de citar a altos funcionarios. "Necesitamos que el presidente deje de esconder las pruebas" de sus presiones a Ucrania, subrayó una de las "fiscales" demócratas, la congresista Zoe Lofgren.
McConnell presentó la noche del lunes un plan de resolución para un juicio abreviado que en cerca de dos semanas puede despachar el proceso. Este cronograma establecía tres sesiones de ocho horas para la acusación, un tiempo equivalente para la defensa y luego 16 horas para las preguntas. Este plan de trabajo fue adaptado a último minuto tras la propuesta inicial presentada por McConnell contemplaba sesiones vespertinas de 12 horas, lo que fue duramente criticado por los demócratas que afirmaron que con esto pretendía que el proceso se desarrollara a espaldas de la opinión pública.
Ese fue el único cambio que admitió McConnell sobre su plan del lunes. Las once enmiendas presentadas por el jefe de la bancada demócrata, Chuck Schumer, para citar a altos funcionarios cercanos a Trump y para obtener documentos fueron rechazadas sistemáticamente con los 53 senadores republicanos votando en bloque.
El representante de Trump, Pat Cipollone, en el proceso dijo que un juicio político equivale a "robarse una elección" y afirmó que bloquear los testimonios de los altos funcionarios de la Casa Blanca es un "acto de patriotismo". "Ellos quieren sacar al presidente Trump de las papeletas", dijo en referencia a las próximas elecciones. "Acabemos con esta farsa ridícula y demos paso a las elecciones" presidenciales de noviembre, sentenció Cipollone.
La senadora Elizabeth Warren, una de las precandidatas demócratas a quien el proceso dejó anclada en Washington, se expresó con dureza después de que los republicanos sepultaron una enmienda para citar al jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mick Mulvaney. "Seamos claros: no estaríamos aquí presentando enmiendas si el senador McConnelly los republicanos no estuvieron tratando de manipular las reglas del juicio político", dijo Warren.
Por su parte, Trump ha estado siguiendo el debate desde su hotel en Davos, donde se encuentra para participar en el Foro Económico Mundial. Desde allí volvió a calificar el proceso en su contra como una "una caza de brujas que ha estado desarrollándose durante años".
Y pidió en un tuit en mayúsculas que se lean las transcripciones de su conversación con el presidente ucraniano, en referencia a una transcripción parcial de la llamada por la que se le acusa de presionar a Ucrania para que interfiriera en las elecciones de 2020 en su favor, sugiriendo a su homólogo Volodimir Zelenski que investigara los negocios del hijo de Joe Biden, quien podría ser su rival demócrata en las presidenciales.