Britney Thomas jamás pensó que una fractura en su dedo pulgar podría traerle consecuencias tan terribles a su vida. La jugadora de cricket, de 17 años, sufrió un leve accidente durante uno de los partidos que disputaba en marzo de 2018.

La joven acudió al Hospital Regional de Latrobe, ubicado a unas dos horas de Melbourne, para tratarse la fractura. En el lugar, los médicos le indicaron que con una simple cirugía se resolvería el tema y que además le pondrían yeso para acortar su recuperación.

Tras la operación le dieron el alta, sin embargo, a la semana después Thomas regresó al centro médico con un dolor insoportable en su mano izquierda. El médico le quitó el yeso para revisar el estado de la fractura, y descubrió que su pulgar estaba hinchado y de color morado.

El problema era evidente: el dedo todavía estaba atado con una banda elástica que se dejó por error después de la cirugía, consignó The Washington Post.

"Quitaron el yeso y estaba muy oscuro, parecía muy muerto", dijo Leanne Keating, la madre de Thomas, a un periodista de ABC. "Me llevaron a emergencias y pensaron, 'Oh, probablemente perderás tu pulgar'", dijo la deportista al mismo medio.

Los médicos primero aplicaron sanguijuelas para tratar de chupar la sangre y así hacerla circular en el tejido muerto. Luego la cosieron a la ingle de Thomas con la esperanza de restaurar el flujo sanguíneo del pulgar y la respuesta nerviosa. Finalmente, un cirujano amputó el dedo muerto y lo reemplazo por el dedo gordo del pie de la joven.

"La gente me pregunta, 'Oh, ¿por qué tu pulgar se ve tan raro?'", y yo les contesto "porque no es mi pulgar, es mi dedo del pie".

El error del hospital dejó a la adolescente con un uso extremadamente limitado de su mano izquierda. Asimismo, su pie tuvo que ser sometido a una cirugía. Para reemplazar el dedo gordo del pie de Britney, los médicos tomaron un pedazo de su cadera y crearon un hueso nuevo para su pie.

Luego de esta negligencia, el Hospital Regional de Latrobe comenzó una investigación que descubrió que el equipo quirúrgico había marcado una casilla que indicaba que la banda elástica había sido retirada, pero no fue así. Los funcionarios del hospital no respondieron de inmediato una solicitud de comentarios, pero el director ejecutivo del hospital, Peter Craighead, sí habló con ABC.

"Me dolió el estómago", dijo. "Esto es muy devastador, ver que pasa algo así".

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