En Derby, Inglaterra, una adolescente murió de un paro cardíaco tras inhalar desodorante que había rociado en su habitación.
Según recoge BBC, Giorgia Green, de 14 años, tenía autismo y le gustaba aplicar el desodorante sobre las mantas de su cama para que tuvieran buen olor.
"El olor le daba una cierta sensación de relajación. Si se sentía de alguna manera un poco ansiosa, rociaba aerosol y le daba una sensación de comodidad porque es un desodorante que usaba mi esposa", señaló Paul Green, padre de la joven.
Fue hasta entonces que, en mayo de 2022, el hermano mayor la encontró inconsciente en su habitación.
"Su puerta estaba abierta, así que no era como si fuera un ambiente cerrado", dijo su padre.
"La cantidad exacta (de desodorante) no está clara, pero sería más de lo que normalmente rociarías”, añadió.
El certificado de defunción señala que la menor murió producto de “inhalación de aerosol”.
Ahora, su familia busca generar conciencia sobre la peligrosidad de estos productos.
"La gente no sabe lo peligroso que puede ser el contenido de esas latas", señaló el padre de la menor.
"Me gustaría que nadie más en el país, o en el mundo, terminara teniendo que pasar por lo que nosotros hemos pasado personalmente. No queremos que la muerte de nuestra hija sea en vano", decretó.
Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas de Inglaterra, la palabra "desodorante" se mencionó en 11 certificados de defunción entre 2001 y 2020.
Sin embargo, es probable que el número real de muertes sea mayor, debido que las sustancias específicas no siempre se mencionan en dichos documentos.