En Washington, Estados Unidos, dos abuelitos que llevaban 52 años de matrimonio fallecieron el mismo día  por causa del coronavirus (COVID-19). 

Según consingó el medio Washington Post, la pareja se llamaba Merle y Dolores Tofte, y tenían 86 y 85 años respectivamente.

Hace pocos meses, luego de haber celebrado su último aniversario, ambos decidieron vender la casa de toda su vida y mudarse a una vivienda independiente donde sería más fácil encargarse de las tareas del hogar. 

Sin embargo, poco tiempo después, Dolores, o Dee como le decían sus cercanos, se tropezó y se rompió la cadera. Después de recuperarse en el hospital y en un centro de rehabilitación, se mudó a un hogar de acogida para adultos cercano que podría brindarle más atención médica. Merle, la visitaba todos los días.

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Todo iba bien hasta que luego de celebrar su cumpleaños 85, Dee comenzó a sentirse debil como para ponerse de pie y hablar. La llevaron al hospital y cuatro días después ocurrió lo mismo con su esposo, quien había comenzado a desarrollar tos, fiebre y dolor de cuerpo. 

Pocos días después, ambos dieron positivo por COVID-19 y una de sus cinco hijos tuvo que ser puesta en cuarentena con su familia durante 14 días.

Como es normal en un procedimiento de cuarentena por coronavirus, ninguno de los familiares de Dee y Merle podían ir a visitarlos al hospital, sin importar que la condición de estos abuelos empeorara. 

Merle, que tenía problemas respiratorios, fue colocado en un ventilador en el quinto piso del hospital donde estaban siendo tratados, mientras que Dee también estaba luchando, dos pisos más abajo.

Los enamorados de toda la vida no pudieron volver a verse en persona.  El 16 de marzo, los médicos informaron a sus hijos que la pareja tenía pocas horas de vida.

La familia completa, incluyendo cinco hijos y cuatro nietos, llamaron a Dee y Merle en FaceTime para despedirse. Dos nietas cantaron "A Bushel and a Peck" de Doris Day, que era la canción de amor favorita de la pareja para cantar juntos.

“El hecho de que ambos se fueron juntos, a pesar de que fue muy duro para nosotros, fue lo mejor para ellos. Si solo quedara uno, eso habría sido horrible”, aseguró Lori Kohler, hija de la pareja. 

En menos de tres semanas Dee y Merle sucumbieron a las infecciones por COVID-19. Murieron con horas de diferencia y fueron enterrados vistiendo pijamas que hacían juego sin un funeral, debido a que las restricciones estatales prohiben las grandes reuniones. 

"No puedo consolar a mis hijos que han perdido a sus abuelos. No puedo celebrar un servicio para mis padres o asistir a su entierro (...) Quería tiempo y privacidad para llorar, pero si su historia puede salvar una vida, es necesario contarla. Por favor comparte esto. Te amo mamá y papá", compartió por Facebook Michelle Nusom Taylor, otra hija de la pareja. 

 

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