Reino Unido continúa con su segundo de los cuatro días de celebraciones por el Jubileo de la reina Isabel II (sus 70 años de reinado).
La gran expectación de la jornada la han marcado los duques de Sussex, el príncipe Harry y Meghan Markle, que después de su ausencia en el saludo oficial desde el balcón del palacio de Buckingham, hoy hicieron su primera aparición pública desde hace dos años en el Reino Unido, junto a la familia real británica.
Todos se reunieron esta jornada para una misa de gracias por los 70 años de reinado de Isabel II, sin la monarca, cansada por el primer día de festejos, pero con Harry y Meghan, que centraron todas las miradas.
Quien tampoco acudió, por haber contraído COVID-19, fue el príncipe Andrés, de 62 años, considerado "hijo predilecto" de la monarca pero alejado de la vida pública a raíz de acusaciones de agresión sexual a una menor en Estados Unidos.
Entre algunos gritos de júbilo y notorios abucheos de la multitud, el nieto de la monarca, de 37 años, llegó vestido de chaqué y corbata gris, luciendo todas sus condecoraciones, que conserva pese a que desde que en 2020 dejó la monarquía no puede llevar uniforme militar.
Sonriente pero tensa, la ex actriz estadounidense, de 40, vestía elegantísima con un abrigo de solapas blanco hueso, color que algunos medios británicos interpretaron como un intento de mostrar "inocencia", y una pamela gris perla.
La pareja sacudió a la monarquía cuando hace dos años decidió irse a vivir a California, desde donde criticaron a la familia real, llegando a acusar de racismo a uno de sus miembros, que no nombraron.
Desde entonces han visto a la reina poco y en privado y su hija menor, Lilibet, que el sábado cumple un año, no conocía hasta ahora a su celebérrima bisabuela.
Viajaron a Londres para las fiestas del jubileo, pero el jueves se habían mantenido alejados de la prensa, por cuya presión afirmaron haber abandonado el Reino Unido.