Una nueva investigación liderada por el laboratorio Pfizer sugiera que su vacuna desarrollada contra el COVID-19 protege los pacientes contra una mutación que se encuentra en las nuevas cepas del coronavirus encontradas en el Reino Unido y Sudáfrica.
Estas variantes están causando preocupación mundial y ambas comparten una mutación llamada N501Y, que corresponde a una ligera alteración en un punto de una proteína que recubre el virus. Y es allí donde se cree que ese cambio es la razón por la que puede propagar tan fácilmente.
Según informa la agencia AP, la mayoría de las vacunas que se están implementando en todo el mundo entrenan al cuerpo para reconocer a esa proteína y combatirla. Por lo tanto, Pfizer se asoció con investigadores de la rama médica de la Universidad de Texas para realizar pruebas de laboratorio y estudiar si la mutación afectaba la capacidad de la vacuna para hacerlo.
De esta manera, utilizaron muestras de sangre de 20 personas, que recibieron la vacuna, fabricada por Pfizer y su socio alemán BioNTech, y los anticuerpos de los pacientes lograron defenderse del virus.
A pesar que el estudio es preliminar, Philip Dormitzer, director científico de Pfizer aseguró que "fue un hallazgo muy tranquilizador que al menos esta mutación, que era una de las que más preocupaba a la población, no parecer ser un problema".