AFP
Una ola de mujeres se abre paso al frente del Reino Unido. Ya dirigen los gobiernos regionales de Escocia y de Irlanda del Norte, y pronto habrá una al mando del de Londres.
"¿Es una coincidencia afortunada o se ha roto, por fin, el techo de cristal?", se preguntaba esta semana el diario The Guardian.
En la carrera a la sucesión del jefe del partido conservador y Primer Ministro David Cameron, que renunció tras la victoria del Brexit, hay una cosa clara. Su sucesora será una mujer, la segunda en el cargo desde Margaret Thatcher.
Los militantes elegirán entre la ministra de Interior Theresa May y la secretaria de Estado de Energía Andrea Leadsom, quienes quedaron finalistas frente a tres candidatos.
La rivalidad entre ambas se ha avinagrado después de que Andrea Leadsom sugiriera, según un artículo del Times, que Theresa May es menos apta para suceder a Cameron que ella porque no ha sido madre.
"Absolutamente horrible y exactamente lo contrario de lo que he dicho. Estoy asqueada", replicó Leadsom en Twitter.
En Escocia, Nicola Sturgeon (del Partido Nacional Escocés) dirige el gobierno regional desde noviembre de 2014, mientras que Ruth Davidson lleva las riendas del Partido Conservador regional y Kezia Dugdale, las del Partido Laborista.
En Irlanda del Norte, también hay una mujer al mando del gobierno regional desde el comienzo del año, y en el País de Gales, Leanne Wood, preside desde 2012 el Plaid Cymru, una de las principales formaciones políticas de la región.
Rompiendo moldes
"Todo esto demuestra que las barreras que podían existir para el ascenso a los más altos cargos han desaparecido completamente", declaró a la AFP Iain Begg, investigador de ciencias políticas en la London School of Economics (LSE).
Según él, Margaret Thatcher "rompió moldes e hizo posible que otras mujeres se convirtieran en líderes", cuando se puso a la cabeza del Partido Conservador (Tory) en 1975. O sea casi sesenta años después de la entrada de la primera mujer en la Cámara de los Comunes, Nancy Astor, en 1919.
Los tories anduvieron a la zaga de los laboristas, con tan sólo 13 diputadas en 1997, entre ellas Theresa May. En 2005 eran 17 y hoy 68 (de 330).
Una progresión lenta, realizada bajo presión del grupo Women2Win, fundado en 2005 por Anne Jenkin, de la Cámara de los Lores, y Theresa May con el objetivo de conseguir más escaños para las mujeres. Andrea Leadsom fue una de las beneficiadas.
"Lo vamos consiguiendo", ha comentado esta semana Anne Jenkin. "Todavía estamos a leguas de los laboristas [que cuentan con 99 de 230] pero habremos tenido dos primeras ministras" antes de que ellos consigan una.
Capacidad y autoridad
Una situación que podría cambiar a corto plazo. El líder del Partido Laborista Jeremy Corbyn se enfrenta a una revuelta interna y Angela Eagle ya ha anunciado que presentará su candidatura a la dirección del 'Labour'.
La evolución es lenta, admite Iain Begg, pero la sociedad "quiere que el hecho de ser homosexual o mujer deje de ser un obstáculo".
Angela Eagle y Ruth Davidson se declaran abiertamente homosexuales.
Rosamund Urwin, periodista del Evening Standard, lo define como la emergencia de una "feminocracia". "Merkel, May, Clinton y Eagle parecen salir del mismo molde. Tienen autoridad, son duras y con currículums bastante más impresionantes que sus adversarios".