Contra todo pronóstico, los conservadores de David Cameron ganaron con mayoría absoluta su puesto en el gobierno británico, asegurando al menos 329 escaños en el Parlamento y superando holgadamente la mayoría mínima exigida.
Esta ventaja le permitirá a Cameron gobernar en su segundo turno consecutivo en solitario y sin la necesidad de formar un gobierno de coalición, como sucedió en las pasadas elecciones de 2010, en que no alcanzó la mayoría absoluta de 326 escaños y tuvo que formar una alianza con los Liberales Demócratas.
Pasado el mediodía de este viernes Cameron llegó hasta el Palacio de Buckingham acompañado de su esposa, para reunirse con la Reina en su residencia oficial y confirmar su segundo periodo como primer ministro.
Después de eso, se dirigió hasta el número 10 de Downing Street y entregó su discurso de victoria en que declaró que con la mayoría de tories en el Ejecutivo se podrá poner en ejercicio el Manifiesto conservador en su totalidad.
La aplastante victoria además despertó en la Unión Europea el fantasma de una salida de Reino Unido del bloque, por la promesa del primer ministro británico de convocar un referéndum sobre el tema en 2017 y que ratificó en su discurso de este viernes.
“En política, nunca debemos esquivar las grandes preguntas", explicó en referencia al “Brexit”, el acrónimo de la salida de Reino Unido del bloque.
Además, prometió mayores poderes para Escocia.
Las renuncias
Luego de que se confirmara la devastadora victoria de los conservadores de Cameron, el líder laborista Ed Miliband renunció a su puesto tras confesar que la noche del jueves fue una jornada muy “difícil y decepcionante” para el laborismo.
Varios de los escaños de los laboristas cayeron ante Partido Nacional Escocés, que pasó de tener sólo 3 escaños a gobernar en prácticamente toda la región escocesa.
El jefe de los Liberales Demócratas, Nick Clegg, también anticipó su renuncia como líder luego de las “devastadoras” pérdidas.
En tanto que Nigel Farage, también dio un paso al costado como líder de Ukip, aunque adelantó que podría lanzarse por una carrera dentro del partido para mantener su liderazgo.
La victoria escocesa
Aunque esperada, la segunda gran ganadora de la noche fue Nicola Sturgeon, líder de los nacionalistas escoceses, que ganaron 56 de los 59 escaños de Escocia en las elecciones generales británicas, multiplicando por nueve su resultado de 2010, según el recuento definitivo de votos.
"Es un giro histórico", dijo Nicola Sturgeon, líder del SNP y jefa del gobierno regional escocés en un discurso tras el anuncio de los resultados.
La victoria del SNP contrasta con la derrota en septiembre de los nacionalistas en el referéndum de independencia de Escocia, donde ganó el "no" por el 55% de los votos. Sin embargo, la amplia presencia que tendrán ahora en el Parlamento avecina nuevas presiones para el gobierno sobre la permanencia de Escocia en la unión.